47. |Incondicional I|

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Capítulo 47

Incondicional I

10 de Febrero, 2014

Han pasado alrededor de tres meses desde que me despedí del hombre que amo. Desde que mis inseguridades ganaron tanto terreno que me hundieron en un pozo profundo del que me fue imposible salir a flote a tiempo. En la vida me arrepiento de muchas cosas, pero ésta es la que se lleva el primer lugar por sobre todas.

Se preguntaran... ¿Por qué no volviste a él? Creanme que mis pies temblaban y la impaciencia reinaba en mi subconsciente, pero la vida no es tan sencilla y en cuanto pisé Liverpool, me enteré que mi madre estaba siendo hospitalizada porque había tenido un accidente de camino a la joyería. Juro que mi mundo se desmoronó en ese instante y cualquier otra preocupación o remordimiento que hubiese hecho mella en mí, desapareció para darle lugar a una sola cosa: Isabella.

Después de aquel fatídico día, ella estaba grave. Todo sucedió muy rápido. Se encontraba cruzando la calle cuando un auto que venía a toda velocidad y al parecer, sin frenos, la atropelló y la lanzó al otro lado del pavimento. Las personas que estaban a su alrededor inmediatamente llamaron a emergencias para que pudieran llevársela y socorrerla.

Su estado era tal, que por poco se queda inválida. El golpe en su columna fue muy fuerte y los doctores no daban esperanzas. Papá estaba histérico y la abuela tomó un avión en cuanto lo supo. En la casa nos hallábamos en ascuas y con el corazón latiendo a mil a cada segundo. Permanecimos casi dos semanas en el ir y venir del hospital. Camille y su esposo no se despegaban de nosotros, y qué decir de Jeancarlos, quien consideraba a Isabella como a su madre, él no se movía de ahí a menos que fuera algo inevitable. Todo era un caos y las esperanzas estaban volviéndose escasas.

Sin embargo, gracias a Dios, luego de unas terapias, sus piernas comenzaron a tener movimiento y después de eso, el doctor la despachó con la clara orden de que tenía que volver cada dos días para continuar con el tratamiento. No fue fácil, mamá se encontraba depresiva, nada le gustaba, había perdido ese brillo por vivir. Después del accidente, el gris se había adueñado de su arcoiris y nada parecía poder colorearlo otra vez.

Kilian hacía lo imposible por complacerla, por decirle lo hermosa que era, por intentar sacarla a algún lugar... No obstante, ella se negaba. Tuvimos que tratarla con un sicólogo para entender las razones de su comportamiento y que la ayudaran a mejorar, no era normal lo que sucedía. Entonces, luego de ahí, hubo una mejora. Difícil el proceso, reconfortante el resultado. Eso era lo único que nos interesaba.

Y sí... En todo ese tiempo Alex y Marie se mantuvieron en contacto conmigo y me hicieron sentir su gran apoyo desde la distancia. Estaba agradecida porque en esos momentos no era yo. Mi mundo se reducía a la academia y a las constantes visitas al ser que me dio la vida.

Otro a quien debo darle su mérito es al rubio. Harry se portó de una manera maravillosa, estuvo ahí cada segundo que lo necesité, me brindó el calor de una amistad y la sinceridad y consuelo de un amigo. No puedo quejarme en absolutamente nada con él.

Pero Adrien... Ésa es otra historia.

No hubo llamadas de su parte, ni siquiera un mensaje vibró en mi teléfono. Y no me quejo. No lo merecía. A pesar de que me confesó sus sentimientos y yo le confesé los míos, no desistí en mi idea de abandonar Francia y seguir aquí. Y aunque tenía planeado devolverme en cuanto aterrizara, mis planes se vieron frustrados por algo que se escapaba de mis manos.

Y lo extraño. Joder. Lo extraño mucho. Tanto así que he hablado con Michael para adelantar mis vacaciones e ir a visitarlo... O mudarme. Quiero verlo, lo necesito. Y no sé que voy hacer cuando lo vea... Quizás esta vez sí me quede, sí lo deje todo para ser feliz a su lado. Quizás sí ignore el pasado que nos une y decida iniciar una nueva historia a su lado.

Save Him ® Secretos #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora