Save Him ® Secretos #1

43. |Grabado a fuego|

*Regalito de MeliiKlever 😍

Capítulo 43

Grabado a fuego

5 de Agosto

—Muy bien, todas arriba. Es hora de calentar, vayan a la barra y hagan los pliés correspondientes. ¡Andando! —No creí que tuviera madera para muestra, hasta que llegué a este cuarto y vi la pasión de estos chicos por aprender. Dios. Incluso el ballet nunca me había parecido tan encantador como hasta ahora. Quizás tenga que ver con el hecho de que estoy trabajando junto a adolescentes que parecen amarlo más que a su vida. Es genial poder contemplar la entrega y dedicación que tienen para con el arte.

Tengo una clase de quince estudiantes, en su mayoría féminas que, a pesar de estar en una etapa donde la palabra "sexo" brilla como el lema principal, han podido batallar, y no obstante a eso, también vencer y dedicar tiempo a algo sano y particularmente hermoso.

Aún no me acostumbro del todo, es muy nuevo para mí. Tanta gente pendiente a lo que hago, tantas expectativas dejadas sobre mis hombros... Una presión que está implícita en cada una de las miradas de los maestros de esta academia; son cosas que no pasan desapercibidas para nadie.

Claro, dejando atrás el hecho de que estaré participando en una de las competencias más famosas e importantes de Inglaterra. El nombre de la Academia recae encima de mí y para ser honesta, aunque me emociona, también me tiene temblando como una gelatina. No es fácil cuando las personas esperan tanto de ti y ni siquiera tu misma sabes si eres suficiente.

Además, debo agregar, tener a mis compañeros de oficio rondando en cada uno de mis ensayos para ver cómo me las arreglo, es bastante molesto. Quizás no lo hacen con mala intención, quizás es solo curiosidad, sin embargo, no quita que me ponga de los nervios.

—¡Señorita Dupont! —Emely, una chica de lindos ojos almendras y cabello azabache se acerca a mí, y por su ceño fruncido, sé que no está nada contenta. Tengo una leve sospecha de porqué, pero decido dejarla hablar —. Estoy harta de esto. Lynette no deja de molestarme. Voy a explotar.

Ajá, con tan solo una semana aquí estoy al tanto de las riñas que se mueven como pan caliente en plena huelga de hambre, y para más drama, no tengo la menor idea del porqué. Parece ser algo viejo ya que las otras chicas no le prestan gran atención. Como no quiero pleitos en mi hora, decido terminar con esto lo más pronto posible. Es odioso tener que parar por el simple hecho de que ellas no pueden compartit un lugar sin querer arrancarse los pelos.

—¡Lynette, Emely! Vengan de inmediato. —Las demás muchachas vuelcan su escrutinio hacia las culpables de que alce la voz cuando yo suelo ser muy calmada; y se miran entre sí con asombro. La necesidad de saber por qué el alboroto, reluce en sus facciones y sé que si no salgo de estas cuatro paredes, serán la comidilla durante mucho tiempo. Para nadie es un secreto que no se llevan bien, pero de eso, a que la corrija en frente de todo el mundo, es otra cosa.

Abandonamos la estancia y nos dirigimos a la pequeña oficina que Michael me designó cuando llegué a la academia. Según él, cada maestro tiene una. Y creo que se utilizan para un mismo propósito: resolver malentendidos entre los estudiantes.

Veinte minutos más tardes, y después de escuchar ambas versiones de la historia, descubro que la raíz del problema es un chico. Un chico que baila salsa y que está jugando a Romeo con ambas muchachas. No puedo hacer nada más que aconsejarlas y prohibirles volver a boicotear las rutinas por sus conflictos, de lo contrario serán suspendidas. Es obvio que ellas, tan preocupadas por su futuro en este mundo, han aceptado sin rechistar. Me alegra bastante, aunque lo que me hubiese gustado decirles tenía más que ver con que el tipo era un patán y que no merecía que se pelearan por él.