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Esa noche no pude dormir ni siquiera un poco por estar pensando en lo que había hecho

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Esa noche no pude dormir ni siquiera un poco por estar pensando en lo que había hecho.

Era la peor persona del mundo.

El sentimiento de culpa se había hecho más grande por cada minuto que pasaba, aún más porque aún le había dicho nada a Roier.

Juro que iba a decírselo pero estaba buscando el momento indicado para contarle lo que había pasado.

Había sido una tonta de nuevo, no aprendí la primera vez, y también me culpaba por eso.

Sentía que me ahogaba con este sentimiento. Roier me iba a odiar cuando se enterará, y no podía culparlo, estaba en todo su derecho de hacerlo.

Era un monstruo por hacerle eso a el.¡Nosotros ni siquiera no habiamos besado aun!, tampoco había pasado ni un día de que éramos novios y yo ya me había besado con uno de sus mejores amigos.

Nunca debí haber aceptado ser su novia. ¿Que había pensado cuando le dije que si?. Viéndolo desde este punto ni siquiera debí decirle que si cuando me invitó a esa cita.

Desde el principio debi  haberle aclaro la situación. Cuando me di cuenta de que a él yo no podía verlo de otra forma que no fuera como amigo.

Cuando llegue al hotel, y como había supuesto, Samy llegó y me intento sacar información sobre lo que había visto. Confiaba en mí hermana, le habría contado como habían sido las cosas para liberarme un poco de esta carga y que me aconsejara, a no ser porque tanto Ari como Ama venían con ella y me daba pena hablar con ellas al respecto, después de todo también eran amigas de Roier, pero sobretodo no le había dicho porque no quería que hubiera otra pelea entre nosotras por el mismo tema de siempre: Osvaldo.

Gracias al cielo, Félix se había limitado a solo mirarme con curiosidad y no llenarme de preguntas como lo había hecho mi hermana. Era obvio que quería hacerlo, pero agradecía que se mantuviera de esa forma, en cualquier momento también hablaría con ellos.

Ya solo faltaba un día para la velada y todos nosotros ya nos encontrábamos en donde sería el evento para el último pesaje. No faltaba mucho para que fuera el turno de Samy, puesto que sería el segundo combate.

Roier se encontraba a mi lado, viendo el evento.

— ¿Todo bien?.— me pregunta, haciendo que salga de mis pensamientos.

Asiento, evitando mirarlo a los ojos.

—¿Segura?.

Le sonrió, tratando de tranquilizarlo.

— Si, no pasa nada, solo tengo sueño.— digo, aún con la sonrisa en mi rostro.

Me mira no muy convencido pero termina asientiendo. Se acerca más a mí para dejar un tierno beso sobre mi frente y después recargar mi cabeza sobre su hombro.

No puedo más, necesitaba decirle ya, a pesar de que que los nervios me estaban matando y no quería que me escucharan los demás.

— Roier, necesito contarte algo que paso ayer. Es difícil de decir, pero...

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 || 𝖤𝖫 𝖬𝖠𝖱𝖨𝖠𝖭𝖠 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora