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𝐎𝐒𝐕𝐀𝐋𝐃𝐎
Habían pasado unos días desde que Zaira se había ido de Madrid, para mi suerte según lo que me había dicho, regresaría a vivir a Monterrey y no podía negar que estaba muy emocionado por eso.
Aunque no todo era del todo bueno pues hoy era la despedida de la Casa, y nos habíamos reunido todos para hacer el que sería el ultimo directo de este viaje. ¿Cuál era el problema? Tener que estar con Roier en la misma habitación y tratar de permanecer con vida.
Empezamos con el stream en el canal de Carrera unos minutos después de que llegaran todos y al parecer todo iba con normalidad con la excepción de que no había cruzado ni mínima palabra con él y prefería que se quedara así. Aunque si me había costado disimular frente a nuestros amigos, sentía que iba a ser peor con el chat y no quería tener que darles explicaciones.
— "Vamos a extrañar los directos con todos juntos". — leí un comentario del chat
—Bueno, tampoco es como que no nos vayamos a ver otra vez. — responde Carrera, quien estaba sentado en la silla a lado de mí.
— El plan es hacer la Casa en diferentes países y ciudades. — explica Spreen.
— "¿Alguien sabe quién era la chica de cabello morado que estuvo con Valdo en la esquina?"— lee Carre, a la vez que se gira a mirarnos a Roier y a mí con cierta gracia.
— Que específicos. — escucho murmurar a Roier a pesar de que se había sentado lejos de mí, en el sillón.
Todos aquí se habían enterado de lo que había tenido con Zahira hace unos años y de que Roier le había pedido que fuera su novia en este viaje, por lo cual no se me hacía raro ese tipo de indirectas por parte de mis amigos.
— Es hermana de Rivers.— explico rápidamente antes de que a alguien se le ocurriera decir algo que no.
Continuamos haciendo chistes entre nosotros y contestando preguntas un rato, obviamente tratando de evitar tocar el tema de Zahira y de Roier, para luego finalizar el directo.
— Tengo que irme. — dice Roier levantándose del sillón — Aida me está esperando.
Aldo frunce el ceño confundido.
— ¿Aida? ¿Qué paso con Zahira? — quiere saber.
— Termine con ella. — le responde serio.
— ¿Pero por qué? — pregunta.
La mirada de Roier cambia de dirección hacia mí. Su mirada estaba cargada de odio. Era la primera vez que me veía a la cara después de lo sucedido.
— Pregúntale a tu amigo, — le dice eso refiriéndose a mi — aunque yo que tú me cuidaba, no vaya a ser que bese a tu novia también.