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𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 ☆

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𝐑𝐈𝐕𝐄𝐑𝐒 ☆

— Siéntate. — pide Ari. Era la segunda vez que me lo pedía.

Desde que Zahira había salido a hablar con Osvaldo, no había podido quedarme quieta en un solo lugar. No podía evitarlo, incluso había mandado a Producción a revisar que todo estuviera bien.

Aunque, me era difícil no poder confiar en mí mejor amigo en esto. Me dolía. Osvaldo no era mala persona, pero había lastimado a mi hermana de alguna forma y me dolía muchísimo más verla llorar, y si eso significaba mentirle a una de las personas que más quería, o inclusive a ella misma, lo haría.

—¿Ya me van a explicar que está pasando?— pregunta Roier. El era el más confundido con esto.— ¿Cómo es que todos ustedes ya conocían a Zahi?.

Cierro los ojos frustrada. No quería tener que darle una explicación ahora, sin Zahira, aunque la merecía más que nadie.

Aún me era raro y difícil de procesar que dos de mis mejores amigos estuvieran detrás de mí hermana.

— ¿Y?— vuelve a insistir Roier, mirándonos a todos.

— A nosotros ni nos mires, estamos igual o peor de confundidos que tú. — le responde Quackity, refiriéndose a él , Spreen y Carrera, que efectivamente, no tenían contexto de nada.

— ¿Rivers?— me pregunta a mí directamente. — ¿Desde cuándo la conocen?.

Cierto, no le habíamos siquiera explicado que éramos hermanas. Me sorprendía que no hubiera deducido ya por los apellidos.

— Desde que nació.— digo. Roier arruga el entrecejo. — Es mi hermana.

— Tiene sentido. No se porque ninguna me lo dijo. — hace una mueca — Debiste haberme dicho.

Eso último iba dirigido especialmente a Aldo que también estaba igual de ansioso por ver qué pasaba afuera.

— No sabía que Zahira era Victoria.— se defiende.

— Eso me confunde más.— dice— ¿quien es Victoria?.

— Es una larga historia.— respondo antes de que Aldo le diga cualquier cosa.

Me asomo por la ventana que daba al jardín, apenas se podían ver a los chicos sentados en una banca.

Trago grueso. Seguramente Zahira ya sabía que a ella también le había dicho una que otra mentira sobre lo que pasó despues de esa noche.

— Tengo tiempo.— insiste.

— Bien, — acepto rendida — te diré lo que sé.

Doy un último vistazo a la la ventana, quería asegurarme de que no hubiera problemas, y me siento frente Roier.

—Fue una noche antes de que Zahi se mudara a Canadá.— digo.

Empiezo por contarle como fue que  invité a Zahira a la fiesta de Ama esa noche y como fue que casi no iba por tener que cuidar a nuestros sobrinos. Sobre todo había hecho énfasis en hablarle del antifaz. Algo parece hacer click en Roier. Los demás, que al igual que el no sabían nada, escuchaban atentos.

𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 || 𝖤𝖫 𝖬𝖠𝖱𝖨𝖠𝖭𝖠 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora