9.- No se olvida

203 25 5
                                    






-  ¡Mamá! ¡Mamá! ¿Falta mucho? - decía la pequeña con un entusiasmo contagioso, como si estuviera ansiosa por llegar a su destino, dando pequeños saltitos de alegría desde su asiento.

-  Falta poquito mi niña, ahora deja de estar levantándote de tu asiento podrías lastimarte.

-  ¡Espero llegar pronto! Papa también viene en camino y nos podremos divertir los tres juntos!

La alegría con la que pronunciaba esas palabras conmovió el corazón de la joven madre que conducía el automóvil. Con el fin de tranquilizar a su pequeña, le pasó un folleto que guardaba en su bolso, el cual trataba sobre el parque de diversiones al que se dirigían desde hacía un buen rato.

Al verlo, la pequeña no pudo contener su emoción y comenzó a imaginar innumerables posibilidades para divertirse junto a su madre y su padre en las atracciones. Desde que vio aquel anuncio en la televisión sobre un nuevo parque llamado "Luuluu Land" que, según ella, no quedaba tan lejos de donde vivían, había estado rogando a sus padres que fueran, especialmente porque su mejor amiga también iba a estar allí.

Le prometieron llevarla al parque si se comportaba bien y se esforzaba en la escuela, y así lo hizo. Había logrado las mejores calificaciones en su primaria y rara vez causaba problemas, o al menos eso creían sus padres. A pesar de su buen comportamiento, no faltaban los matones que la molestaban, pero ella no caía en ninguna de sus provocaciones. Además, contaba con la defensa constante de su mejor amiga.

- También irá ella, mamá. Llegó ayer y me contó que el parque es incluso mejor de lo que imaginaba- dijo emocionada la niña-

- ¿Te refieres a la pequeña rubia? ¿Cómo lo sabes?- preguntó su madre, curiosa.

La niña dudó un momento antes de responder esa pregunta, ya que a su edad no se le permitía usar un teléfono celular. Sin embargo, se había acorralado a sí misma y no le quedó más opción que explicar: "Papá me presta su celular para mandarme mensajes con ella... -respondió con timidez-

La madre estaba claramente un poco molesta, no con su hija, sino con su esposo, a quien ya había descubierto en múltiples ocasiones ayudando a Marcy en sus pequeñas travesuras. "Hablaré con él después...", susurró para sí misma.

- No lo regañes tan fuerte...- dijo la pequeña, tratando de convencer a su madre.- Fue mi culpa.

- No te preocupes, cariño, no estoy enojada, pero debes decirme estas cosas. Recuerda que no debes hablar con extraños- le recordó. La menor solo asintió en silencio, pareciendo ahora como si la hubieran regañado.- No te desanimes, hijita. Cuando lleguemos a Luuluu Land, comeremos un montón de algodones de azúcar, ¿de acuerdo?

Esto hizo que recobrara el ánimo. Estaba muy emocionada y no podía esperar a llegar para reunirse con su amiga y vivir una aventura inolvidable junto a sus padres...

Sin embargo, un solo pestañeo, un pequeño descuido, fue lo que hizo verdaderamente inolvidable ese día. Un agudo y fuerte pitido de un claxon fue lo último que escuchó la pequeña Marcy antes de cerrar sus ojos.


.

.

.

.

.

.

𓂀 𝕀 𝕨𝕒𝕟𝕟𝕒 𝕗𝕖𝕖𝕝 𝕝𝕚𝕧𝕖 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora