05.- Picante

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POV Marcy


Escucho los llantos de mi madre, sintiendo su dolor y sufrimiento. Siento la urgencia de hacer algo, lo que sea necesario. No fue mi culpa, repito en mi mente, no fue mi culpa. La responsabilidad recae en ese hombre, en él. No en mí. Perdón, madre...

Un grito estremece el aire mientras despierto de una pesadilla. Las manos sudorosas tocan mi rostro y reconozco la señal de otro ataque de ansiedad. Mi cuerpo tiembla incontrolablemente y la visión se torna borrosa. Intento buscar las píldoras "felices" en mi mesita de noche, pero no están. Frustro al tirar objetos al suelo, buscándolas en vano. Deberían estar ahí, siempre listas para emergencias. Estos episodios me dejan impotente, incapaz de levantarme o razonar.

El frío me envuelve y las náuseas aumentan. Aunque intento reponerme, es en vano. Estoy sola en casa, mi padre está fuera por trabajo y hoy no tengo clases con Karin. Respiro profundamente, repitiendo "1, 2, 3, exhala" en un intento de calmar mi mente con la técnica clásica de respiración.

Desde abajo, la voz preocupada una joven pregunta si todo está bien. Intento identificar la voz, pero el ataque de ansiedad nubla mis pensamientos. "¿Podría ser el ladrón de ayer, aún aquí?", pienso en medio del pánico.

Trato de pedir ayuda, pero mi voz apenas se escucha. Colapso al intentar abrir la puerta, desesperada por obtener ayuda. Una figura entra y me ayuda a levantarme. Me lleva a la cama, intentando calmar mis temblores con palmadas en la espalda, pero no surte efecto.

Era ella, la ladrona de ayer, al parecer se había quedado a dormir aquí y no podía recordarlo, no importaba solo quería mis maldigas pastillas. Intento comunicarme, señalando mi frasco de píldoras, pero Anne no comprende mis movimientos. Desesperada, intento indicar que necesito una pastilla. Finalmente, ella lo entiende.

Anne corre a buscar las píldoras, sin saber su ubicación exacta. Regresa con un peluche de conejito, al parecer lo había sacado de su mochila, "es un recuerdo de mi abuelo, me calmaba cuando mis padres discutían y no tenia donde sentirme segura, toma espero te ayude" termino ofreciéndomelo como distracción mientras busca las píldoras. Tomo el peluche con fuerza, sintiéndome un poco más calmada, tenia el mismo aroma que ella, era dulce y relajante como el cafe.

Finalmente encuentra las píldoras y las tomo con lágrimas en los ojos. Las tomo rápidamente y me siento un poco mejor, si quiera me moleste en pasármelas con mi jugo de siempre, el momento de desesperación me hizo tragármelas como si fueran dulces, Anne me ofrece agua, lo cual acepto con gratitud.

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FIN POV

"¿Para qué son estas pastillas?", se pregunta Anne al leer la etiqueta "propanolol". Mientras pienso en cómo responder, ella comprende que son para los ataques de ansiedad.

"¿Puedo quedarme unos días?", le pidió Anne después de un rato de silencio. Reflexiono sobre la decisión, considerando que Anne me asustó ayer pero también me ayudó hoy. Decido aceptar, y ella se alegra.

- Hablaré con tus padres. Les diremos que fue una pelea típica de adolescente con mis padres y que escapé de casa, y que tú, mi amiga, me invitaste a quedarme unos días. ¿Qué opinas? - propuso con seguridad esta estrategia, aunque con ciertas dudas evidentes.

- Yo... no tengo amigos, y no voy a la escuela... - dijo en voz baja, casi susurrando. Anne se aproximó para entenderla mejor.

- ¿A qué te refieres? ¿Eres una especie de nini o algo así? - preguntó por curiosidad, lo que causó cierta molestia en Marcy, quien respondió con un suave golpe de almohada. A pesar de quedarse en casa, tenía sus razones y no había dejado de estudiar. - Está bien, está bien. No preguntaré más. Pero necesito otra historia de respaldo...

- Mi padre siempre trabaja. Estas semanas no estará en casa. Y Karin vendrá hasta el próximo lunes... - volvió a hablar, aunque su voz apenas se entendía. Anne pareció comprender, adaptándose a su manera de hablar.

- Suena muy conveniente. ¿Karin es tu madre? - intentó obtener más información, cuestionando por qué mencionar a su madre por su nombre.

- Es mi maestra -respondió tímidamente. Después de un momento de silencio, Marcy puso una mano en su pecho, como si le doliera. Pero sintió el contacto de una mano más grande sosteniendo la suya, brindándole seguridad.

- Está bien, no te agobies - Marcy solo asintió y evitó hablar más sobre su madre. Luego, planteó su solicitud de quedarse en casa. Prometió esconderse cuando alguien llegara.

Marcy reflexionó, pero decidió que no había mucho que perder. Si podía ayudar a alguien, no se negaría. No respondió verbalmente, solo asintió nuevamente. Eso llenó de alegría a Anne, quien la abrazó sin pensarlo. Un rubor tiñó las mejillas de Marcy, mientras experimentaba un abrazo genuino.

- Ups, perdón. Me emocioné, jaja. ¿Qué te parece si bajamos a desayunar algo? No es por presumir, pero mi cocina es exquisita. Aunque, lamentablemente, lo digo yo misma - comentó mientras bajaban las escaleras.

La azabache siguió a Anne sin objeciones, reconociendo su propio hambre en ese momento. Observó la hora en su celular: eran las 7 de la mañana, una hora inusual para ella, ya que normalmente se despertaba alrededor de las 10 am. Sin embargo, esta vez no había logrado dormir nada, lo que la dejaba sintiéndose cansada y agotada.

Descendió las escaleras con una sensación de pesadez en su cuerpo. Para su sorpresa, Anne ya había preparado algo para las dos en la cocina, utilizando sus ingredientes sin permiso. La morena se disculpó nuevamente, pero Marcy la tranquilizó al decirle que no había problema, ya que ella nunca había utilizado la cocina de esa manera.

Anne había preparado huevos a la diabla, un desayuno peculiar, acompañado de jugo de manzana. Marcy dudó antes de probarlo debido al fuerte aroma de las especias. Sin embargo, al ver que Anne lo comía sin problemas, decidió darle un buen bocado. Apenas tocó su lengua con el alimento cuando comenzó a sudar y jadear debido al intenso picante.

- Olvidé mencionarlo, pero mi familia se especializa en comida picante :b - comentó Anne, entre risas.

Marcy observó a Anne con una mirada de desaprobación, lo que hizo que la morena sintiera el verdadero terror. Anne rápidamente le entregó un cartón de leche para que pudiera calmar la sensación de ardor en su boca.

"Espero que sea la primera y última vez que pruebo algo así. Definitivamente el picante no va conmigo..." pensó Marcy para sí misma. Se sentía un poco arrepentida de haber tomado esa decisión impulsiva de probar algo tan picante y dejar que una extraña se quedara en su casa.

𓂀 𝕀 𝕨𝕒𝕟𝕟𝕒 𝕗𝕖𝕖𝕝 𝕝𝕚𝕧𝕖 𓂀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora