🌸 05 🌸

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AU. Amnesia.

( El capítulo está inspirado en la canción " Bugambilia ", pero está ambientado en un árbol de melocotón )

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El viento recorrió todo el valle, causando que las flores del árbol de melocotón se alzarán, flotando alrededor de la escena tan extraña que se había formado desde hace minutos.

El mayor observaba minuceosamente  al hombre que estaba parado al frente suyo, atento de cualquier cambio causado con el tiempo. Era él, y a la vez, no lo era.

Aún recuerda cuando en la mañana lo miró en un mercado situado en otra aldea, pudo reconocerlo a pesar del gran cambio que presentaba que lo hacía casi irreconocible. Preguntó a uno de los aldeanos sobre que le había sucedido, éste le respondió calmadamente y con una expresión de sorpresa:

" No sé si usted lo sepa, pero el solía pertenecer a ésta aldea. Cuando era niño hubo un incendio en su hogar y huyó al amanecer. No lo volvimos a ver en muchos años, no fué hasta que hubo una batalla cerca de la aldea entre él y un hombre encapuchado muy misterioso. El niño ya era un adulto, y se veía poderoso, pero el hombre de la capucha ganó; lo dejó sin poderes, y aparentemente, sin memoria.

Le dijimos que se había golpeado con una carreta y lo llevamos con su padre, el cual se regocijó bastante al verlo. El señor trató de recordarle quien era antes del accidente del incendio. Ahora es un aldeano ordinario que vende frutas y hortalizas junto a su padre.

Es una historia interesante y sorprendente, ¿No lo cree? "

La situación lo había dejado atónito, le costaba creer que en el tiempo en el que no se reencontraron sucedió semejante suceso. Tal era el asombro que sentía, que citó al de tez lila a un árbol de durazno cerca de la aldea.

No tenía intenciones de recordarle todas los actos terribles que hizo, solo quería hacerle mención de algunas cosas. Quería acercarse a él, y internamente, tenía deseos de que lo recordara.

El menor tenía una vestimenta común entre los aldeanos, su cabello, el cual lo había visto recogido, estaba suelto, había mencionado que su liga se había roto y tuvo que venir así; le comentó que no le molestaba en lo absoluto, por el contrario, solo le daba más calidad al recuerdo que tenía de él, aunque no se lo confesó.

Algo que en su mente parecía resaltar era el color de sus ojos, el color carmín que alguna vez tuvieron se habían convertido ( o habían regresado ) en una tonalidad café que lo desconcertaba. Los ojos ajenos lo miraban con curiosidad y confusión, con mucha razón, solo se ha quedado en silencio desde que llegó aún sabiendo que lo citó para dialogar.

Le parecía tan extraño reconocer qué aquél adulto inerme y sencillo era la misma persona que no temió en desatar un poder que pudo destruir todo lo conocido si caía en manos equivocadas.

Cuando finalmente salió de su ensimismamiento lo invitó a sentarse junto a él, Manipulens, dócil, obedeció confundido.

No sabía por qué aquél hombre de aspecto peculiar lo había citado, si ni siquiera sabía quién era.

– Perdona, desde que llegaste no he dicho nada, de seguro te estás preguntando quién soy. – Aclaró su voz y extendió su mano – Llámame Maestro Patada, soy un maestro de Kung Fu.

Flor De Melocotón || KicknipulensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora