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¿De quién es la culpa?

(Continuación de " Primer Beso ")


Algo que siempre le confundió de los festejos de la aldea era la cantidad de alcohol que eran traído a ellos.

Claro que no tenía muchas experiencias en festejos, lo invitaban, pero en su mayoría las rechazaba, sentía desasosiego ante esas cosas. La última vez que fué a una fiesta fué un cumpleaños, ese fué el de Teeyang, y como tal no fué una fiesta en la que se involucró, y por obvias razones, no hubo alcohol.

En todo caso, sabía perfectamente que en la mayoría de las fiestas había alcohol, todos  eran adultos así que tendían a beber sin preocupaciones. Él, por su parte, se limitaba a ver todo desde una esquina, limitándose a tomar moderadamente, mientras se hundía en sus pensamientos y analizaba su alrededor.

El alcohol era bueno en el aspecto de querer despejarte un rato del estrés y los trabajos, nunca estaba demás tomar para refrescarte; pero éste también tenía sus desventajas, amanecer después de haberte embriagado es terrible, la sensibilidad al ruido y la luz, el cansancio, las náuseas, etc. Aunque todo tambien depende del control que se tiene al consumirlo.

En su mente empezó a realizar una breve lista sobre las desventajas del alcohol, porque a decir verdad que no tiene muchos beneficios. Se puede decir en ocasiones: " ¿Que más da?, es de humanos desear olvidar cualquier mal recuerdo con un buen disfrute ", si bien es cierto, el detalle era el costo del placer de distraerse de los pesares.

No era un secreto para nadie que el alcohol en algunas ocasiones es el protagonista de las malas decisiones. Desastres; engaños; confesiones muy delicadas, tantas cosas que al momento son tomadas a la ligera, para quedar a la mañana siguiente sumido en un pesado arrepentimiento. Casualmente la única excusa que pasa por tu mente es esa.

El culpable es el alcohol.

Pero no es el arma el que causa la muerte, sino el que la porta, por lo que era más culpa del bebedor que de la bebida. Podría culpar a Manipulens por haberlo embriagado aquella noche y besarlo, pero las siguientes veces que se reunieron para tomar eran muy consientes de lo que estaba sucediendo entre ambos.

Para esos momentos sabía manejar correctamente la acción de besar, y se había acostumbrado a la forma de besar del de mirada rubí, que era una
mezcla entre la rudeza y el deseo. Al muy desgraciado le solía gustar jugar con él antes de apresarlo en un apasionado beso, y a él le gustaba molestarlo para después calmar sus humos con un corto y cariñoso beso.

Fueron tiempos lindos que se redujeron a añicos tras la traición del menor por el pergamino. Pensar en todo ese tiempo desperdiciado por la ambición ajena lo hacía sentirse ahogado en una condena para la cuál no estaba preparado. Estaba pagando el precio de haber confiado a ciegas; la de haberse encontrado con quién no debió; la de no conocer correctamente a Manipulens.

Eran tantas las cosas que pensaba mientras miraba la nitidez del sake a medio tomar con desinterés. De vez en cuando miraba a las demás personas festejar alegres, para devolver su mirada dubitativa al líquido en el envase, en ocasiones tomaba un trago, pero era principalmente por la sensación tan tediosa que lo invadía al estar allí, pero no quería quejarse, él fué de forma voluntaria a allí.

Esa mañana los aldeanos habían visitado su hogar para invitarlo al cumpleaños del anciano con más años de la aldea. Se sintió ofendido cuando aclararon " alguien aparte de usted, Maestro Patada. ", pero no comentó al respecto. Habían mencionado que era un festejo muy especial ya que habían anticipado tantas cosas, y creían que el toque dorado sería su presencia en dicho lugar. Quería rechazar la invitación, nunca logró conectar con el ánimo de una fiesta; sin embargo, aceptó, pero aclaró una hora para su partida.

Flor De Melocotón || KicknipulensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora