OJOS MENTIROSOS
ERICK
Encontrar a Violet en la habitación de mi padre es una cosa, pero saber que le hizo creer al viejo moribundo que es mi prometida es una cosa completamente diferente.
Estaba en el estudio revisando las últimas cuentas que me pidió el señor Colin. Saber que su familia me aprecia tanto para estar aquí ayudando en la casa, dejando sus vidas de lado para compartir un poquito de mi miseria, me calentó un poquito el corazón.
Cuando mire a Violet parada en la sala común mi corazón casi sufre un infarto. Pensé lo peor y corrí a ella, quería tomarla en mis brazos y no soltarla jamás.
Pero me conformé con acariciar su bello rostro y mirar en sus ojos grises todo lo que estaba tratando de decirme.Hasta que me percate de la presencia de sus padres, claro no esperaba que hubiera venido sola, pero tampoco me esperaba verlos en mi casa.
Acepte su ayuda, no porque crea que la necesite, sino porque vi que sus intensiones eran sinceras... que equivocado estaba en la primera parte, porque sí necesitaba la ayuda, me di cuenta cuando en un dos por tres, Reviso todas las cuentas, los libros, las facturas y reviso todo y cada uno de los pendientes. Hasta mandó restaurar el jardín.Entonces fue cuando decidí visitar a mi padre, y encontré la sorpresa de qué estoy comprometido. ¿Puede algo tan insignificante, como esa mentira, hacerme sentir tanta rabia?
La respuesta es sí.Salí de la habitación, pero me quedé en la puerta escuchando las palabras de Violet Cómo relató la noche en que nos conocimos cómo le dijo a mi padre, que al principio me odiaba, y como de sus labios salía la más dulce de las mentiras al decirle que me quería.
No la creí capaz de tanto y la sangre me hierve a un nivel nunca antes soportado.
Cuándo sale de la habitación, no puedo evitar expresar toda mi furia en ella. La tomo del brazo y lo obligo entrar a otra habitación.
—que crees que estás haciendo Violet, te has vuelto loca? —mi voz es fuerte. Estoy realmente molesto con ella.
me doy cuenta de que mi agarren en su brazo es más fuerte del que pretendía, pero no puedo hacer nada por disminuirlo. Esto es lo que soy y entre más pronto se dé cuenta y se aleje de mí, mejor será para ella.—en realidad yo no he hecho nada. Tu padre pensó que tú y yo... — empieza a dar explicaciones y puedo sentir el temblor en su voz, pero no puedo detenerme ahora.
—y tú dejaste que lo creyera. — le gritó aún más fuerte, y miró el momento exacto en el que las lágrimas empiezan a formarse detrás de sus ojos. Me está doliendo. No quiero lastimarla, pero ella me ha lastimado también con sus mentiras.
—yo... no era mi intención. Solo que se puso tan feliz, que no quise romper su ilusión.
Niego con la cabeza. la sostengo frente a mí, con mis manos alrededor de sus brazos. La fuerza es bruta. Sé que puedo dejarle marcas en sus brazos. Pero el pensar en sus mentiras, me tiene loco. Odio las mentiras, no diría una si eso dependiera mi vida.
Y en este momento me siento como un hipócrita porque sé que me he mentido a mí mismo al decir que no siento nada por ella.
—lo siento Erick. Sabía que me despreciabas, pero no sabía que un par de semanas o días fingiendo que me quieres, —la voz se le quiebra y las lágrimas salen de sus ojos como torrentes de agua —sería tan horrible para ti.
Mi corazón.
Maldita sea, estoy llegando a mi límite.
—no tienes ni idea. —le digo con los dientes apretados. No tiene ni idea de cuanto la quiero.
—suéltame entonces —me exige.
—te mostraré la clase de mal hombre que soy y entonces te darás cuenta de tu error.
No le doy derecho a preguntas ni a réplicas, porque mi boca ataca la suya. No es como el primer beso no es como me gustaría hacerlo. Es un beso cargado de furia, de frustración, de dolor. Fuerte y rudo. Espero que intente alejarse de mí que vea lo malo que soy para ella y quiera correr para siempre de mi lado.
Pero me sorprende rodeando mi cuello con sus manos y respondiendo a mi beso con la misma intensidad, con el mismo calor, con el mismo deseo. Un gemido sale de sus labios y va directo a mis pantalones.
Dios, esto no era lo que tenía pensado al besarla.
Mis manos sueltan sus brazos, y una de ellas. La coloco atrás de su nuca. Enredando mi puño con su cabello jalando un poco de el para obligarla a mirarme. en sus ojos grises, manipuladores y mentirosos, veo algo que nunca creí ver.
Pasión, fuego, desenfreno, locura y también veo cariño. Un cariño que ahora pienso que es lastima.
Violet me tiene lastima.Su respiración es agitada tanto como la mía. Enreda sus manos en mi cabello, y también tira de él para después empujarme a sus labios de Nuevo. Esto es demasiado para mí. No podré contenerme. Lo peor de todo es que no quiero contenerme la quiero la necesito la deseo.
Creo que la amo.
Niego con la cabeza para deshacerme de ese último pensamiento, y mientras mis labios se comen su boca, la dejo introducir su lengua en la mía, y es un festín de sabores. Están dulce y también siento lo salado de sus lágrimas. El deseo en ella sabe tan bien.
Mi otra mano la coloco en su espalda, atrayéndola mas a mi cuerpo, como si eso fuera posible, como se pudiera fundir mi cuerpo con el de ella. Sé que siente erección en su estómago. Los sonidos que salen de su boca Cada vez son más intensos y reflejan más y más deseo.
Tengo que obligarme a pensar en sus padres en lo que están haciendo por mí para poder ponerle un punto final a lo que estamos haciendo.
Me separo de ella como si me doliera seguir tocándola, aunque la realidad es que me duele no poder tenerla.
—Erick?
— no digas nada.
— pero... yo quiero...
— no sabes lo que quieres Niña. —cierro los ojos y suspiro para controlar mi necesidad de ella. —No desmentiré tu farsa con mi padre. Pero quiero que sepas que no voy a desistir, me iré de Londres, no soy bueno para ti y tú no eres buena para mí.
Salgo de la habitación, más enojado que como entré. Necesito salir, necesito sacarla de mi sistema, necesito que olvidar su sabor, la sensación de sus manos en mi cabello, su respuesta a mi toque el sonido de sus gemidos en mi boca.
necesito, debo y voy a olvidarme de Violet Bridgerton.
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La propuesta de un... ¿Caballero? | LEGADO #1 ✔️
FanfictionEn un Londres, por la época georgiana, en 1832 una señorita de Nombre Violet es presentada en sociedad, pero lo que ella menos quiere en ese momento es encontrar un esposo. Tras perder a su padre a la edad de 6 años a causas de un virus desconocido...