SOY TUYA
Su beso es tan aplastante. Me domina, me come y absorbe hasta el alma. No es igual a ninguno de los anteriores. Es mejor. Es crudo y feroz. Dice tanto con sus labios en los míos y con su lengua devorando la mía.
No fue una propuesta en forma, pero somos adultos, lo suficientemente adultos para saber lo que estamos haciendo y sus consecuencias. ¿Verdad?
Lo duro de su espada está haciendo desastres en mi estómago. Su mano está en mi nuca y me atrae más a él como si pudiera desaparecer de sus brazos en cualquier momento. Pero no tengo planeado desaparecer.
Y se lo demuestro poniendo ganas y participación en esto.Uso una de mis manos para llegar a su camisa y siento los latidos erráticos de su corazón, y el fuego de su piel que traspasa la tela y llega a mi piel haciéndome calentar poco a poca cada centímetro de mi cuero haciéndome desear más y más.
Entonces empiezo a quitar su camisa, pero me detiene poniendo una mano sobre la mía. —no lo hagas.
—¿por qué no? —le digo apenas respirando con el ceño fruncido y el aliento entrecortado.
No responde, pero me mira como tratando de resolver un enigma. No es un buen momento para pensar Erick solo hazlo.
—si no te gusto, entonces déjame ir. —me atrevo a decirle con mucho miedo de su respuesta. O de que decida detenerse Justo ahora. Algo dentro de mí sabe que le gusto, pero hay otra parte una de él en su cerebro que no entiendo por qué termina haciendo lo que no quiere. Y alejando lo que parece que si quiere.
Mis palabras parecen tener el efecto deseado. Para mí. Porque me toma de las manos y me levanta de suelo. No estoy de pie por mucho tiempo es solo unos segundos. Me toma en sus fuertes brazos y me lleva a su cama. Me siento flotar hasta que caigo con fuerza en ella.
Me acuesta en la cama y la anticipación que siento ahora es más real.
—no vuelvas a pensar que no me gustas. Que no vez que eres la maldita mujer más hermosa de todo el jodido mundo. Me pondría de tapete para que tus hermosos pies no tocaran el lodo. Iniciaría una guerra con tal de ganar una sola de tus sonrisas.
A esto es a lo que me refiero. Sus palabras dicen tanto junto con sus ojos. Pero sus actos van en contra de esos sentimientos casi todo el tiempo.
—entonces no te detengas. Ni ahora ni nuca Erick. Soy tuya. Hazme tuya.
Su mirada se hace oscura y el gruñido que sale de sus entrañas me pone la piel de gallina.
—dilo otra vez —me dice quitándose de encima su camisa y el pantalón. Mis ojos lo miran todo.
—que cosa? —pierdo el hilo de mis palabras cuando miro su piel expuesta. Es mejor que en mis sueños y fantasías, hombros anchos y con más fuerza de la que aparenta. Su piel dorada y suave pegada a cada fibra y músculo de su cuerpo, brazos y abdomen.Una línea de bello que inicia Justo en inicio de sus Calzas que me hace tener más curiosidad de los que hay ahí abajo y saber si es tan duro con el resto de su cuerpo.
—que eres mía. Dilo. —su voz ronca me saca de mis pensamientos y me doy cuenta de que estaba sosteniendo en aire.
Suelto todo lo que estaba en mis pulmones y le digo lo que quiere oír.—soy tuya.
—eso es princesa. Eres mía. Y solo mía. —sus ojos son los de un depredador a punto de comerse a su presa y no sé por qué me gusta lo que siento al verlo y escucharlo así.
Me arrastro en el colchón hacía a tras como si intentara huir de él, pero con una mano al rededor de mi tobillo, me jala hasta la orilla de la cama. Con tres movimientos, se deshace de toda mi ropa, provocando un escalofrío por todo mi cuerpo y no solo por el aire fresco que baña mi piel, es por su mirada, ese fuego en sus ojos, que acaricia cada rincón de mi piel, pálida y delicada. Me hace estremecer.
Pero no hay una pizca de vergüenza en mí.
Quiero tanto esto como él.Se acuesta sobre mí. —debiste poner tu distancia cuando te di la oportunidad princesa. Después de hoy no hay vuelta atrás. —susurra en mi oído y no creo poner responder a eso aunque lo intentara.
No le digo nada simplemente hago lo que mi cuerpo me dice. Abro mis piernas para él.
—te necesito Erick por favor. —como dije, no hay vergüenza.
Se coloca entre mis piernas y sé lo que viene a continuación. Lo siento. Tan duro y grande ahí.
El ritmo de mi respiración aumenta con cada segundo. Pero no quiero esperar más. Lo necesito ahora.
El mensaje no lo recibe porque parece que se toma las cosas con calma me besa con ternura y mucha delicadeza. —esto dolerá bebé, pero solo un poco. —me dice.
Y yo sé que es verdad. Escuche conversaciones de mis tías y también leí las novelas de mamá así que sé lo que significa.
Una de sus Manos baja hasta mi núcleo ese que siente fuego y necesidad. Y un gruñido desesperado sale de su boca.
—estás tan mojada. Estás tan lista para recibirme bebé.No entiendo lo que significa, pero si estoy lista. —lo estoy Erick. Por favor.
Me besa de nuevo ahora con más fuerza como al principio con desespero y mi cuerpo reacciona. Mi espalda se arquea por el placer que me da con sus dedos, su lengua en mi boca me hace callar mi gemido cuando se introduce dentro de mí.
Es lento, pero llega hasta el fondo de mi ser.
Abro la boca formando una "O"con un grito ahogado ensordecedor. Su boca aprovecha mi posición para besar mi cuello y morder la parte más sensible de este.La sensación de intrusión se deshace a medida que sus caricias y besos aumentan y pronto estor retorciéndome abajo de él. Él lo toma como una señal porque apoyado con sus manos a ambos lados de mi cabeza empieza a moverse. A meterse y salirse de mi cuerpo a un ritmo lento y firme. Con cada embestida me hace abrir un poco más la boca y cerrar los ojos. Siento que una lágrima rueda por mi mejilla, pero no es de tristeza ni de dolor es diferente. Me siento llena.
Llena de él. De Erick. Mi Erick.
—tú también dilo. —digo en un jadeo apenas audible.
—que cosa princesa.
—que eres mío. Dilo. —susurro entre gemidos.Su sonrisa se ensancha y aumenta la velocidad de sus embestidas. Casi olvido lo que le pedí cuando habla de nuevo.
—soy tuyo Violet, desde el día en que cruzaste tus ojos con los míos, en ese baile. Mordiéndote los labios y después escondiéndote atrás de tu hermano... desde ese día. Soy completamente tuyo.
Sonrío, solo hago eso, porque soy incapaz de habla ahora. Siento algo que se acumula en lo bajo de mi espalda, algo que me hace tensar mi cuerpo y temblar las piernas. Algo que saca un grito de mi cuerpo y voz.
El cual es silenciado con un beso arrollador. Un beso cargado y explosivo.
Cuando abro mis ojos y miro los suyos algo grande se forma en mi corazón, ya no es solo deseo. Ahora es necesidad. Es amor. Estoy segura.
Cuando termino de temblar el cuerpo de Erick también se tensa sobre el mío y mordiendo mis labios hace el sonido más caliente que jamás pensé escuchar. Y se derrama dentro de mí.
Sale de mí y usando un paño limpia la prueba de nuestra unión. Tan delicado y cuidadoso.
Se acuesta a mi espalda y me rodea el cuerpo.—duerme un poco princesa.
"Sí. Esto es lo que quiero cada día de mi vida." Pienso antes de quedarme dormida.
***
Despierto con un par de brazos rodeando mi cuerpo y una respiración profunda en mi oído. Mi primera imprecisión es tratar de reconocer donde estoy y hago un movimiento con mis piernas. Es ahí cuando recuerdo todo. El dolor en mis piernas me recuerda todo.
Suspiro y cierro los ojos de nuevo, pero los vuelvo a abrir y ahora con más fuerza junto con mi cuerpo poniéndome de pie.
El sol ya salió. Y yo no estoy en mi cama. Ni en mi cuarto. Ni vaya, en mi casa.Esto es malo muy malo.
Y el sonido detrás de la puerta lo demuestra...
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La propuesta de un... ¿Caballero? | LEGADO #1 ✔️
FanfictionEn un Londres, por la época georgiana, en 1832 una señorita de Nombre Violet es presentada en sociedad, pero lo que ella menos quiere en ese momento es encontrar un esposo. Tras perder a su padre a la edad de 6 años a causas de un virus desconocido...