🔸Capítulo 20🔸

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LO QUIERO

Dos días después y sin noticias de la salud del padre de Erick, pedí salir a pasear por la ciudad, me detuve frente al consultorio vacío de Erick. Con mi mano en la puerta pensé en todo lo que ha pasado desde que conocí sus ojos.

Ese día, el de mi presentación, donde su presencia me dejó sin aliento. Recuerdo querer odiarlo. Y recuerdo creer conseguir odiarlo cuando supe que era médico y que era un mujeriego. Y que estaba jugando conmigo fingiendo ser un caballero frente a mi madre y un libertino y coqueto a solas.

Sonrío, porque ya no siento lo mismo que sentía en ese entonces, recordar esos momentos de tensión cuando intentaba ponerme nerviosa ya no se siente igual. Ahora me provocan algo en el estómago y un poco más abajo.
Unas cosquillas y aleteos en el centro de mi estómago.

Suspiro pensando en que no me di cuenta en que momento mis emisiones y sentimientos cambiaron.

No sé si fue en el momento en que creyó en mí y acepto enseñarme su mundo como médico. O si cada encuentro y clase privada añadió un poco más a nuestra relación.

No sé si fue ese primer beso, el cual me molesto en mi mente, pero mi cuerpo y corazón sintieron todo lo contrario.

No sé si cada roce de su piel con la mía o cada profunda mirada han sumado un poco hasta lograr lo que ahora siento.

Lo quiero.

A él. Todas sus partes. La sinvergüenza y la educada. La fuerte y la vulnerable. La tierna y la apasionada.

Un suspiro involuntario llena todo mi pecho y al exhalarlo giró para regresar a casa. Entonces mi cara choca con un pecho duro y fuerte.
El rebote de mi cuerpo en el suyo me hace perder el equilibrio y son sus manos las que me sostienen por la cintura antes de poder caer.

Mis ojos se encuentran con los suyos, tan profundos como en mis sueños. Y tan reales como él mismo.

Hola —suelto en un jadeo. Es lo que me provoca su sola presencia.

Viendo a mis labios me responde con la misma palabra y no puedo evitar recordar ese momento de intimidad que tuvimos en su casa, el cual estaba destinado a mostrarme lo mal hombre que podría ser, pero no pudo estar más alejado de la verdad.

Lo que provocó en mí ya no fue miedo ni vergüenza, ni mucho menos rechazo.
Lo que me provocó fue deseo de algo más.
Deseo de él.

—estás bien? —me pregunta al darse cuenta de que me perdí en mis pensamientos.

—si, ahora lo estoy. —nunca me he considerado tímida, pero hay algo en lo que él hizo conmigo que ahora me hace querer ser más expresiva. Si puedo ser clara en todo lo que ahora siento respecto a nosotros, lo seré.

—que haces aquí Violet? —quita su mano de mi cintura y se asegura de que tenga los pies bien puestos en el suelo.

—no lo sé. Solo sé que quería estar aquí. —le digo la verdad.

Lo siento inspirar profundamente antes de decir algo más. —lo siento, ya no puedo atender este lugar. —dice agachado la cabeza. Y sé lo que significa. Su padre está mal y quiere alejarme.

—que haces aquí? —le pregunto yo.

—honestamente... necesitaba un poco de aire fresco y antes de darme cuenta estaba aquí. —sonrío ante su explicación, porque es exactamente lo mismo que me trajo a este lugar.

No hacemos otra cosa más que mirarnos a los ojos, no sé cuanto tiempo pasa solo sé que me gusta, y que lo quiero, necesito este contacto en mi vida.

La propuesta de un... ¿Caballero? | LEGADO #1 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora