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— Xiao Zhan, deja de moverte. 

Murmuró Wang Yibo molesto. Desde que esperaban en la sala de aquel hospital, el omega no dejaba de caminar de un lado a otro desesperado. Mordía sus uñas, gruñia y no se cuantas cosas más salían de sus labios, estaba aterrado, aún no se hacía análisis para saber que provocaría aquel nudo de la noche anterior. Era demasiado pronto para deducir que estaría ya embarazado, fue solo una vez y en menos de 24 horas.

—  Me mordiste, me anudaste, no puedo estar quietoooo. 

Gritó llamando la atención de todos a su alrededor, al igual que ellos, habían alfas con sus parejas omegas ya esperando cachorros, sus barrigas estaban tan grandes que parecía que en cualquier momento explotaría.

— Escucha, desde el primer día querías que te mordiera, no dejabas de suplicarlo. 

Xiao Zhan le regaló una mirada de violencia a Wang Yibo, golpearía su rostro si no se callaba de una maldita vez, no estaba ayudando con la ansiedad que estaba sintiendo en esos momentos. No era menos cierto que había pedido al alfa que lo mordiese, quería ser su omega porque lo amaba, cualquier omega haría algo ahí, aunque a decir verdad, ellos no habían tenido ningún contacto cercano luego de aquella noche que concibieron a Jojo y que no se reconocían mutuamente, Xiao Zhan suplicaba por los colmillos de Wang Yibo en su cuello porque le gustaba el alfa, ni siquiera sabía que era el padre de su bebé, pero ahora que lo había conseguido, que existía la posibilidad de poder darle a Jojo la familia deseada, se sentía aterrado ¿Y si el de anoche estaba siendo el lobo de Wang Yibo y lo quería engañar?

—  Estoy nervioso, ayer me follaste como si fuera tu lobo interior otra vez tomando el control, y si nuestro cachorro sale diferente.

Wang Yibo arqueó una ceja. 

—  Son solo estupideces Xiao Zhan. He sido yo todo este tiempo. Yo te follé y te anudé maldita sea. 

Aquellos dos eran el entretenimiento de las parejas. Mientras esperaban tenían una escena romántica. Donde un omega le reprochaba a su alfa que lo había anudado cuando no parecía ser él, la trama perfecta para una de esas novelas de marujas tristes que de seguro veían en la pantalla todos los domingos por la noche. 

—  Xiao Zhan, Wang Yibo. 

Por fin la enfermera los había nombrado. A Wang Yibo no le quedó más remedio que agarrar la mano de Xiao Zhan con fuerza ya que este se negaba a estar a su lado, era como si de la noche a la mañana hubiese cogido algo de rechazo hacia él, por suerte Cheng los atendería, no podía negarse luego de que Xiao Zhan lo llamase a las tres de la mañana aterrado porque Wang Yibo lo había anudado cuando era su lobo el cual se había apoderado de su cuerpo una vez más. En cuanto Tae los vio entrar no pudo evitar reír, aquella escena era adorable, Xiao Zhan empujaba a Wang Yibo cada vez que este intentaba tomarlo de la mano o darle algo de cariño, estaba siendo muy reacio con el.

—  Por fin nos conocemos Wang Yibo, me alegra mucho conocer al padre de Jojo. 

— No es un día muy agradable para conocernos.

— Bien. ¿Qué les trae por aquí?

Quiso saber Cheng, actoseguido de esperar una posible respuesta acertada, sólo se llevó un bufido de Xiao Zhan, el cual ahora no quería pronunciar palabra alguna. 

—  Ayer, tuvimos relaciones, no era mi celo... 

—  ¿A eso le llamas tener relaciones? 

Xiao Zhan lo interrumpió. Para no querer hablar ahora no se callaba.

—  Me penetró tan fuerte, y me encantó, fue rudo conmigo, sobre el lavado, nunca me había sentido tan bien.  

—  Xiao Zhan. A Cheng no le importa que tan bien te lo hice. 

𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora