FINAL

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Dylan acarició la espalda ajena. Admirar la perfección de la desnudez de Xian era sin duda la mejor vista jamás vivida, la noche anterior fue bastante larga y sobre todo especial, Xian se moría de ganas por ser amado por un alfa de verdad y Dylan que no se quedaba atrás, hace un buen tiempo que tenía planeado convertir al omega en suyo. Para ambos fue lindo y especial el reencuentro, sus aromas mezclándose, fundiéndose como uno sólo, ya no existía la menor duda de que Kim Dylan era su alfa predestinado y quería unirse a él, en cuerpo y alma.

— Buenos días precioso. — susurró el alfa apoyando sus labios en la suavidad de la espalda de Xian.

— Buenos días. — Xian sonrió agradecido por la noche anterior, se volteó quedando frente a frente con él alfa, que no dejaba de admirar aquella obra de arte sobre sus sábanas.

Xian se mordió los labios, no había deseado a nadie en la vida como deseaba a Dylan, alejó las sábanas de su cuerpo, y mostrando su completa desnudez, se movió para sentarse a horcajadas sobre las piernas del alfa, este completamente fuera de sí, sintió como su miembro comenzaba a endurecerse, rozando la entrada de Xian que parecía estar aún húmeda. Xian estaba siendo bastante coqueto con su mirada. Nam conocía esa mirada, y él también se moría de ganas por hacerle una vez más el amor al Omega, convertirse en el engranaje perfecto, y es que a ninguno le bastaba las horas que estuvieron dándose placer, pero sobre todo, amor.

—¿Quieres desayunar algo en específico? Pediré lo que desees.

—Yo quiero que tú me muerdas Dylan.

Aquello tomó por sorpresa al alfa, entre sus planes estaba marcar a su omega, borrarle aquella marca que tanto daño le había hecho, no permitiría que pasara un día más con aquella cosa en su cuello. Pero todo debía llevar un tiempo, temía por su salud, Xian era un omega que había pasado constantemente de marcas, primero tuvo la mordida de su ex alfa, el padre de su hijo, luego de aquel hijo de puta de Lee Lee Bai, y si realmente quería la suya, seria para siempre, pero también debería aceptar su nudo, aunque estaría preparado para ese momento y lo protegería.

— Te voy a morder Xian, lo haré, porque tienes que estar completamente limpio y no pienso permitir que salgas herido cuando asesine a Lee Lee Bai.

Xian se abrazó a su cuello con fuerza.

— Yo no lo amo, eso no me afectará.

— Te quiero Xian.

***

Xiao Zhan y Wang Yibo estaban preparando un día de campo, llevarían a sus pequeños niños a una merienda familiar, en donde solo estuviesen involucrados ellos cinco. Luego de tantos días en casa sin poder disfrutar de la naturaleza, era la oportunidad perfecta.

Xiao Zhan guardaba algunas mudas de ropa en su maleta junto a la de su esposo y en otra más pequeña, tenía doblada la pequeña ropa de los gemelos y de Jojo. Wang Yibo lo agarró por la cintura para besar su cuello, ambos centrados en un profundo cariño, cuando de pronto escucharon un fuerte estruendo provenir de la habitación de su hijo mayor.

— ¿Qué ha sido eso?

Preguntó Xiao Zhan aterrado, fue un sonido muy feo. El miedo se apoderó de ambos, Wang Yibo echó a correr casi a punto de caer al suelo para encontrarse con sus hijos en la habitación vecina a la suya, en cuanto él y su omega pusieron un pie en el cuarto, se llevaron la terrible sorpresa de presenciar a Lee Lee Bai sosteniendo a uno de los bebés mientras que con la mano libre un arma era cargada en dirección a Jojo, el pequeño niño asustado que abrazaba a su otro hermanito, refugiándolo en sus pequeños bracitos.

— ¡Maldito hijo de puta! Déjalos ir. — Un escandalizado Wang Yibo intentaba dar un paso hacia sus niños. Pero sabía que ante cualquier mal movimiento ese psicópata podría disparar.

𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora