𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]

05

— Omega, te he dicho que no necesito ninguna ayuda psicológica, estoy bien. 

Xiao Zhan perdió los estribos al pegarle un fuerte manotazo a Yibo en la espalda, ese maldito lobo estaba siendo un malcriado, todo lo que hacía el omega era por su bien, sabiendo a la perfección que no tenía porque ocuparse de sus problemas ya que su relación era estrictamente profesional, fuera de ahí no tenía que estar metido en asuntos ajenos a los propios suyos. 

Pero por alguna extraña razón, aquel lobo no se dejaba ayudar, como tampoco Xiao Zhan pretendía rendirse con el alfa, por el cariño que guardaba para él se merecía que alguien más se preocupara por él.

—  Soy su jefe, deja de llamarme omega.

Lo regañó duramente cuando pasaban cerca de algunas oficinas de la enorme empresa. El lobo de Yibo se había tomado la ligera atribución de seguir llamando a Xiao Zhan como omega, a pesar de saber que este estaba siendo dominado por su parte animal, lo más probable era que el lobo no reconociera tampoco a Xiao Zhan como aquel omega de hace unos años atrás.

Así que, para demostrar o tener pruebas suficientes de que Yibo era el padre de su cachorro debía someterlo a una prueba de paternidad sin su consentimiento, mientras Yibo no estuviese consciente de todo lo que su lobo hacia a sus espaldas, él debía tomar la rienda de su vida. Y pensándolo muy en el fondo, si aquella posibilidad de que Yibo era el padre de Jojo, debía buscarle una pronta solución, se negaba a que su hijo tuviese que conocer a un alfa dominante completamente inmaduro incapaz de reconocer que su maldito lobo lo dominaba en todos los sentidos. 

—  ¿Desde cuando eso te importa, omega? 

—  Llevaré a Yibo a un especialista te guste o no, así que será mejor que dejes de meterte en sus asuntos.

La furia de Xiao Zhan se hacía notoria en cada paso que daba, le cansaba, demasiado, la prepotencia de aquel estúpido.

—  Cuando domine completamente a Yibo, me tendrás que amar igual. 

Xiao Zhan se dio una fuerte palmada en la frente, vaya paciencia debía tener con ese chico. Estuvo a punto de dejarlo por incorregible, pero se había dicho en muchas ocasiones que no pensaba en rendirse. 

Muchas cosas pasaron por su cabeza, preguntas sin respuestas, tantas cosas sin sentido que estaban a punto de llevarlo al límite, ni siquiera conocía todos los problemas por los que su secretario pasaba. En cuanto llegaron a la oficina de Xiao Zhan y este cerró la puerta detrás de su espalda, un fuerte olor a feromonas de alfa en celo golpeó su nariz con violencia. 

—  ¿Sigues en celo?

Xiao Zhan estaba nervioso así que levantó la cabeza con cuidado, su corazón pareció estallar, se apoyó contra la pared e inadvertidamente traguó saliva seca. 

De repente, sus ojos comenzaron a cerrarse. Recién se había dado cuenta de que Yibo y él estaban frente a frente en su oficina mientras él lo miraba. Sus labios se acercaban presionándolos contra los suyos para luego separarse, sin embargo, no podía permitirse aquello, así que tomando las mejillas de Yibo, abrió su boca para obligarlo a besarlo una vez más, haciendo contacto su lengua con la del castaño. 

Yibo estaba sorprendido, se retiró involuntariamente, la textura húmeda aún permanecía en la punta de su lengua, inmediatamente persiguió a la de Xiao Zhan para lamerla y luego sus labios se volvieron a unir como en un engranaje perfecto. 

Pov. Xiao Zhan

Cerré los ojos con fuerza y respiré apresuradamente mientras chupaba mis labios ligeramente. De pronto, escuché un sonido y Yibo me mordió el labio inferior. ¡No podía soportarlo! Sin embargo, él no puso un dedo sobre mi cuerpo. Sus labios fueron los únicos que me tocaron, no obstante, mi cuerpo parecía arder. Si no hubiera estado apoyado contra la pared me habría caído. Respondí a su beso sin dudarlo y Yibo persiguió mi lengua de nuevo. En respuesta lo mordí e inmediatamente volví a unir nuestros labios. 

No podía respirar, él seguía respirando en mi boca. Ni siquiera podía saber si nuestros alientos estaban mezclados. Sus labios se frotaban bruscamente contra los míos. Yibo, parecía comerme. Estaba asustado, pero a la vez emocionado. Necesitaba que Yibo mantuviese sus cinco sentidos puestos en lo que estaba a punto de suceder, no quería a su lobo. 

—  ...Yibo.

Su nombre salió de mi boca involuntariamente, su lengua se enredó con la mía. Nuestras salivas se mezclaron completamente y fluyeron por mi boca. Tenía ganas de que su lengua me acariciara el cuello. Sentí como mis caderas comenzaban a temblar. 

—  Mmmm...

Escupí suspiros en silencio. Seguía queriendo abrazarlo, pero tenía miedo. Si me hubiera movido incluso un poco, estaba seguro de ese momento desaparecería como el polvo. 

No, ciertamente lo haría. Porque esa situación no podía ser real. Sentí un dolor que me trajo a la realidad. Tenía un sabor a sangre. Yibo superpuso sus labios y la chupó. La saliva y la sangre estaban mezcladas y resbaladizas. Su lengua seguía lamiendo y frotando el interior de mi boca. 
Las feromonas de Yibo se sintieron en la punta de mi nariz. Él estaba emocionado. Podía saberlo sin tocarlo. Tenía una erección. 

—  ... Ah, omega.

Yibo gimió. 

El alfa frente a mí estaba temblando, reprimiendo algunos gemidos. Apenas me miró cuando abrí los ojos. 
Nada había cambiado desde que cerré los ojos. La distancia entre nosotros era corta, él permanecía parado con sus brazos sobre mi cabeza y yo estaba arrinconado contra la pared. Solo su aliento agitado y su expresión mirándome eran diferentes. ¿Qué estaba pensando? Me pregunté. Era un estúpido, pensé en mi cabeza. 

—  ... Feromonas. 

Poco después de que Yibo abriera la boca, simplemente parpadeé y lo miré. De repente, su expresión se volvió fría como siempre.

—  ¿Por qué no controlas tus feromonas, omega? 

Me despertaron sus palabras sarcásticas. Yibo me miró como si fuera desagradable e inmediatamente se alejó.

Solo después de escuchar que se cerraba la puerta, me di cuenta de que estaba solo. Fue una suerte que la puerta no se cerrase ruidosamente. 

Me senté con un suspiro. Levanté mis manos a la fuerza y apenas palpé mis labios. El aroma de las feromonas de Yibo se extendía por toda la oficina y solo mis labios húmedos me hacían sentir su rastro de lo que había sucedido. 

Yibo me sedujo y luego se enojó conmigo y me empujó. Era muy consistente. 

Me reí perezosamente y pronto me callé. ¿Cómo podía no recordarme? 

—  Señor Xiao, tiene una llamada del doctor Cheng.

Anunció Lynn, una de las recepcionistas, supongo que Yibo no era capaz de transferir una llamada en ese estado. 

—  Gracias Lynn, ya tomo la llamada aquí. 

En cuanto levanté el artefacto, escuché el suspiro extenso de Cheng. 

¿Pasa algo? 

Creo que deberías enseñarle modales a tu asistente.

Supongo que te ha tratado mal. 

Me ha pasado con la recepcionista, no me dejó ni hablar. 

Ya sabes su problema Cheng, necesito tú ayuda. 

Te he llamado, porque Luo me ha contado la posibilidad de que ese alfa sea el padre de Jojo, así que es tu trabajo conseguir algún objeto personal de Yibo, puede ser su tasa de café, su cepillo de dientes o mejor, un cabello. 

¿Tengo que llevar a Jojo? No quiero que pase por eso, tiene seis años y no entiende esas cosas. 

Entonces tráeme un cabello de tu cachorro, le haremos esa prueba de ADN.

Gracias Cheng.

Xiao Zhan, espera no me cuelgues. 

¿Qué pasa?

Hay algo que debes hacer por Yibo. 

¿Qué es?