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Ghan se acercó a la habitación de su hijo. Lo vio colocar a su nieto en su cama y dormido, no hizo un solo movimiento observando los suyos, se escondió detrás de la puerta cuando lo vio caminar hacia su closet, desde que había llegado a la mansión envuelto en una ira total, supo que haría algo muy malo, conocía a su hijo y por desgracia aquello no le gustaba nada, estaba metiendo ropa en su maleta, unas cuantas mudas de ropa, también guardó ropa de su nieto, no podía permitir que se llevara al niño a ningún lado, él estaba mejor con su abuelo, sólo Ghan podía cuidarlo, ya que Lee Bai no parecía estar en condiciones.

Decidió entrar a la habitación y enfrentarlo, Lee Bai miró a su padre sin expresión alguna, como si no dijera nada con la mirada, siguió guardando sus cosas hasta que decidió hablar.

— Haré un viaje y me llevaré a Sunny conmigo.

— ¿Porqué no lo dejas aquí? Esta mejor conmigo yo lo puedo cuidar y si tienes que trabajar...

— Eso no va a pasar padre, Sunny es mi hijo, es mi responsabilidad cuidar de él y haré que su amor por mi vuelva, crees que no me doy cuenta de lo que estas haciendo con mi hijo.

— ¿De que estás hablando?

— Quieres quedarte con todo su amor, hacer que me odie para que solo te vea como su padre, pero no lo eres y nunca lo serás.

Ghan no creía lo que su hijo se atrevía a decirle, él mejor que nadie sabía todo el sacrificio que tuvo que hacer para cuidar de su hijo, el secreto que ha mantenido guardado durante años que no lo deja dormir, convirtiéndolo en culpable, ver como su pobre nieto llora todas las noches porque no tiene a un padre que lo quiera a su lado, cada vez que se despierta asustado, cuando se enferma. Incluso era él mismo quien lo cuidaba, lo llevaba en la madrugada a urgencias para que recibiera atención, si Sunny había roto el lazo afectivo con su padre no era su culpa, si no la suya propia.

Amaba tanto a su nieto que odiaba verlo ser lastimado por su propio hijo, al que le dio la vida con tanto sufrimiento.

Era injusto tener que escuchar aquellas palabras tan hirientes, que no era capaz un padre de hacer por su hijo, tan fuerte era el amor protector de Ghan hacia Lee Bai, que ocultó durante años su crimen, ya que su propio hijo le había arrebatado la vida a su omega en un ataque de celos, dejando a su hijo huérfano de su padre omega.

— Tú no estás hablando en serio, ya se te olvidó lo que hiciste con Neo.

— No menciones su nombre.

— Mataste a ese pobre omega y yo no dije nada.

— Y por eso crees que tienes derecho a quedarte con mi hijo ¿Es eso? — Vociferó furioso escupiendo en el rostro de su padre.

— Es un niño. No tienes ningún derecho a seguir haciéndole daño. Deja que se quede conmigo Lee Bai, te lo suplico, déjalo conmigo.

Lo vi mirarlo, luego apretar los puños con fuerza, como siempre solía hacer, clavar sus uñas en su carne con violencia, la sangre comenzó a caer en gotas manchando la alfombra que cubría gran parte de la madera, su padre era un completo iluso, su hijo no sentía amor por nadie, mucho menos remordimientos, pero muy en el fondo sabía que este tenía razón, si estaba a punto de hacer algo muy malo, cargar con su hijo no era bueno, no porque se preocupara por este, sino porque le estorbaria, así que luego hacer unos cuantos movimientos con su cabeza bastante aterradores, sacó la ropa del niño y la colocó a un lado de la cama, luego de que se colgara la maleta en sus hombros.

— Que no se te olvide que es mi hijo, vendré a por él.

Dijo llegando hasta la puerta.

— Espero que un día te enamores hijo, el amor te hace cambiar.

𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora