𝑳𝒂 𝒎𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒇𝒆𝒄𝒕𝒂 [𝒀𝒊𝒛𝒉𝒂𝒏]

30

— Abuelito Xian, mira lo que encontré.

Jojo llegaba hacia su abuelo con una flor pequeña y rosada encerrada en su puñito, al abrirlo dejó mostrar la hermosa florecita que escondía en este, Xian sonrió enternecido viendo como su nieto admiraba aquella creación de la naturaleza con tanto cariño.

— Es una flor del cerezo, en esta época del año se pone muy bonita, ¿Te gusta?

— Sí y quiero llevarle muchas a mis papis, abuelos y hermanitos.

Xian se echó a reír, era increíble la ternura que desbordaba Jojo, tan inteligente y cargado de ímpetu con tan solo seis años, el orgullo de sus mayores.

Jojo se abrazó a Xian, tan gracioso como sus pequeños brazos casi no alcanzaban al cuello de su abuelo, pero este lo levantó colocándolo sobre sus piernas, ambos sonreían y Xian sentía que era como su nieto, lo quería muchísimo, algo perfecto creado por su hijo que también compartía su sangre, pensaba en tantas cosas, incluido en el feto que nunca llegó a formarse, junto a todos esos pensamientos también se formaron lágrimas en los ojos, anhelaba poder tener otra oportunidad de ser padre en un futuro aunque fuese imposible.

Los años pasan, se hace más viejo y no podrá tener otro bebé, al menos no uno que salga de él como quiere.

Cierra los ojos con fuerza y logra deshacerse de esas tristes y absurdas ideas que lo atormentan cada día, porque no existe una sola hora en el día que no piense en lo que hizo para merecer lo que le había sucedido.

Había pasado exactamente una semana, solo una, y para Xian era como si meses transitaran por su vida a una velocidad apremiante, días después del aborto supo de Chen Kun, al conocer que estaba medianamente bien, le había dado un poco de tranquilidad, muy a su pesar se alegraba de que muchas cosas bloquearan su cerebro como sus recuerdos, no se alegraba de sus desgracias, pero sí de que lo hubiese olvidado para siempre, antes pensaba en que Chen Kun debía darle una oportunidad a su antigua vida, y al omega que tantos años le dedicó, al que realmente lo amaba, Xian no estaba seguro de haber estado enamorado alguna vez del padre de su hijo, ni siquiera se ha enamorado antes.

— Abuelito.

— Dime bebé.

La voz de su nieto lo hizo aterrizar a su presente, en el cual se encontraba con su nieto mayor en aquel parque infantil.

— Hay un hombre que nos mira desde hace un tiempo.

Aquello alarmó a Xian, ¿quién era aquel hombre que los observaba? Automáticamente se puso de pie, tomando a su nieto en brazos, Jojo pesaba más de lo normal, era solo un niño de 6 años y su fuerza ya superaba a muchos niños de su edad, pero aún así decidió que por ser adulto, sus pies serían mucho más rápidos y para protegerlo, volaría si pudiese, al voltear, se percató de lo que su nieto decía, había un hombre para nada conocido que los vigilaba, llevaba un traje negro y unas gafas que ocultaba su fija mirada en ellos. Se apresuró hasta el coche estacionado a un costado del parque, y cuando se sintió seguro dejó a Jojo en el suelo para que caminara por su cuenta.

— Jojo. — Xian lo tomó de la mano — Pase lo que pase, no mires atrás, ¿entendiste? — el niño asintió obediente. Xian lo soltó vigilando sus pasos, mientras que el caminaba detrás.

Sacó las llaves del coche, las cuales cayeron al suelo por sus manos temblorosas, se agachó a tomarlas y sintió los pasos de alguien justo a sus espaldas, al voltearse sintió el miedo recorrer todo su cuerpo, tenía un arma justo entre sus ojos.

— Jojo, quédate abajo. — susurró Xian ocultando al niño entre sus piernas.

— Es usted Wang Xian, ¿cierto? — Xian no dijo una sola palabra, vio como el hombre parecía mirar una fotografía en su teléfono dando por hecho que se trataba de la persona que buscaba, luego de que corroborara el retrato, llevó su dedo al gatillo.— No es nada personal señor Wang, ya sabe, ojo por ojo... — Xian aterrado sin saber a qué se refería aquel desconocido, cerró los ojos abrazado aún más a su nieto, pasó tan rápido que ni siquiera respiró, escuchó un disparo y actoseguido un silencio ensordecedor.