Corrió detrás de su novia, hasta recorrer unos cinco pasillos como máximo, ella no paraba de caminar, lo que pensaba la rubia, es tal ves por que fue muy pegadiza con la japonesa. También pensó que ya era el momento, y si recibía millones de piñas las iba a aceptar. Total había cometido algo que no quería, y era mejor haberse sincerado de un principio si realmente nada importaba.
__¡¡Jennie!!.—Gritó al verla entrar a una sala.—¡¡Ey!!.—Ingresó al sitio, era la sala de ciencias, se encontraba la pelinegra con una respiración agitada de tanto correr.
__¡¡Déjame sola!!.—Gritó cubriendo su rostro.—¡¡Ya déjame en paz!!.
La rubia se acercó para querer abrazarla pero esta la evitaba, no quería contacto alguno. Eso provoco que se sienta mal, ella si quería abrazarla.
__Perdón por lo que paso...—Ya no intento abrazarla, se quedó al frente para verla.—Me siento mal, lo siento.
__¡¡Vete!!.—Intentó ir hacia la puerta pero Lisa la detuvo con sus manos.—¡¡Estoy mal!!, ¡¡Y por tu culpa!!.
__¡Ya no volverá a pasar!, no seas dura...—Soltó su mano, pero al instante recibió una abofeteada, un ardor horrible se presenció, la había abofeteado. La rubia subió la mirada en su novia, ella realmente la había golpeado.
__¡¡No!!, ¡¡Estoy enojada por tus mentiras!!, o no se que mentiras pero que me ocultes tales cosas, estoy decepcionada. —Su voz fue bajando de tono, no podía ver al rostro a su "Leo".—Es feo..
__¿De que hablas?.—Por un microsegundo su corazón se detuvo, ¿La había descubierto?, su corazón se acelero del temor, sus ojos se cristalizaron, su piel se volvió la de una gallina, y un gran dolor de cabeza se presenció. Realmente la habia descubierto. —¡¡J-jennie!!.—Intentó tomarla con sus manos pero esta se nego.—¡¡P-perdóname!!.—Un nudo se hizo presencia, este le dolia, era mucha presión. No sabía si salir corriendo como siempre lo quiso hacer, o tratar de que todo se acomode, de alguna forma no podía, el pánico que sentía era horrible.
__¿Pero por que?...—Se Apartó.—Tu computador...—Tocó sus cien para negar con la cabeza varias veces.—N-no, lo sabía, y no lo sabía.—Miró el suelo, estaba confundida, entonces si se enamoro de una chica, si definitivamente. Ese dia en el computador lo habia descubierto al ingresar a Google, y fue por eso que se fue sin decir nada. Ahora solo sentía desepción.—Dejemosló aquí...—La miró por última ves para salir corriendo de la sala de ciencias. En cortas palabras le había terminado, había terminado ese lazo de amor.
__¡¡Mierda!!, ¡¡No!!, ¡¡No!!.—Colocó ambas manos en su cabeza para tirarse al suelo rendida.—¡¡Ella no!!.—Su respiración se agitó, el trauma se presenció.—¡¡No me dejen!!, ¡¡Porfavor!!.—Gritó sin recibir respuesta, el dolor era infumable, estaba teniendo un ataque de pánico y nadie estaba para ayudarla.—M-mamá..—Comenzó a llorar con todo, no quería más, se dejó hundir en el suelo mientras trataba de gritar más pero ese nudo no se lo permitía.
Se siente feo perder a alguien, verdad, si, y más cuando llevas un trauma de abandono, uno que se creo por que no tuviste las verdaderas explicaciones. La madre la había dejado con que volvería a verla, pero no fue cierto, solo la vio muerta en el funeral, eso fue un disparo al corazón. Solo se hizo bollo en el suelo tratando de gritar con todo su ser que fuese perdonada, estaba sola en esto, estaba realmente sola.
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Al llevarse a la pelinegra dentro del instituto, se miraron entre sí, sus ojos lustraban preocupación, más que nada la rubia quien estaba llorando sin parar.
__No entiendo nada.—La mayor se sentía nerviosa.—¿De que quieres hablar?, Chaeyoung...—Limpio las lagrimas de su contraria, pero esta la quito.—Yo te amo por quien eres.—Tomó sus mejillas.—Estuve asustada.