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Al llegar a casa fue uno de los mejores momentos, ambas se quitaron cada prenda que contenían, las ganas estallaban en su piel, prendidas fuego mutuamente, con ganas de saborearse hasta la última gota.

La tailandésa atacó el sexo de su esposa al verla con las piernas abiertas, con su lengua jugo en aquel sitio, recibiendo un pequeño flujo pegajoso, que lo Trago por completo.

__Divina...—Apretó sus muslos, la pelinegra movía sus caderas de un lado a otro al sentir la lengua de su esposa ingresar a su centro, era simplemente placentero.

__H-hagamoslo..—Gimió, Mordió su dedo, haciéndola ver más sensual para la vista de la tailandésa.

__¿Y si te encargas tu?.—Guiñó el ojo, al instante se subió al cuerpo de ella, pasó sus manos por sus senos, los apretó con fuerza, la pelinegra soltó unos quejidos fuertes al dolor que le provocaba.

__¡¡Eso duele!!.—Quejó. La tailandésa fue por su cuello a besarlo por completo, era tan suave que provocaba chuparlo, así que así lo hizo, pasó su lengua por todo aquel sitio. —¡¡Basta!!.—La empujó, la rubia cayó a un lado boca arriba.—¡¡Yo me encargo!!.

Con rapidez se subió al abdomen de su novia, ataco los labios de la tailandésa ferozmente, pidió permiso para ingresar su lengua, mentira, la ingreso sin previo aviso, para luchar con la de su esposa, terminó ganando, sentía como un tal amiguito pasaba por su trasero al estar sentada en su abdomen.

__¿Quieres remediarlo?.—Guiñó el ojo, la tailandésa dio un gruñido y asintió. Inmediatamente tomó el miembro de su esposa, lo masturbo unos segundos antes de hacerlo entrar, esta ves ingreso dando un poco de dolor, no como la primera vez, ahora daba placer.

__A-ah..—Apretó sus caderas con fuerza. La coreana movió su cuerpo en círculos jugando con el pene de su esposa dentro.—J-jen más..

La pelinegra Mordió su labio inferior, y sin dudarlo comenzó a brincar, los ruidos de sus sexos chocar abundaban la habitación, los gemidos de la coreana eran música para los oídos de la tailandésa.

__¡¡Lisa!!.—Gimió con su nombre, simplemente placentero, eso mato ala tailandésa, quien se estaba follando el sexo de su novia de una forma diferente.

__A-ah, Maldita, lo haces tan bien.—Su respiración agitada abundaba, cada golpe del cuerpo de su novia con el de ella, le calentaba el vientre. La pelinegra  fue directo a sus labios para comerla sin previo aviso, el miembro de su novia era grande, y aunque se haya negado al dolor, dolia, pero menos que antes.

__Quisiera llevarte a las Vegas, Leoncita..—Por último le dio un beso en las mejillas.

__Seremos tu y yo en las Vegas.—Sonrió.—¿podemos cambiar de posición?.—Sacó un poco de su lengua, quería hacer algo diferente.

__Claro.—Sonrió de lado.

__Ponte en cuatro, si eras apretada allí, seguro ahí serás más apretada.—Soltó una risita. La coreana volteo los ojos, y luego obedeció a lo que su esposa le ordenó.

La tailandésa chupo dos de sus dedos, y luego los ingreso en su sexo, mientras que con su boca mordía fuertemente las nalgas de su esposa. La pelinegra Quejó al dolor, pero se dejó a llevar ala forma que su novia jugaba. Los orgamos de la coreana llegaron, ya estaba por el segundo y aún no tenía respuesta.

__No te follare por el culo, tonta.—Soltó una risita, al sacar sus dedos los chupo llevándose de ese sabor.

__L-lose..—Mordió una almohada fuertemente.

La Rubia tomó su miembro, y luego lo ingreso con rapidez al centro de su esposa, lo enterró por completo, y comenzó a golpear sus caderas al trasero de la pelinegra.

HAN-B-OKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora