—Harry, ya revisé toda la mansión y te aseguro que no hay ninguna criatura dispuesta a arruinar el gran evento —informó Luna, sonriendo con tranquilidad mientras acercaba una cajita de madera pequeña hacia Harry.
—Muchas gracias, Luna —dijo Harry, tomando la cajita y sonriendo hacia Luna. Había sido idea de Draco dejarla hacer lo que quisiera que la hiciera sentir útil en la organización de la boda y no sería Harry quien intervendría en eso. Luna y Draco tenían una amistad bastante peculiar—. ¿Puedo saber qué es esto?
—Luna y yo lo escogimos —informó George, ajustando su propia corbata en el traje y dejando que Luna colocara la flor de calantha en su bolsillo—. En realidad lo escogió ella, yo solo le di los toques finales.
—George, si esta cosa va a arruinar mi boda… —dijo Harry en tono amenazador, sus palabras interrumpidas por la risa de George.
—Hermano, te prometo que esta vez mi participación no tuvo nada que ver con una broma —aseguró George, levantando ambas manos en un gesto de inocencia.
—Tranquilo, Harry, yo misma supervisé todo —intervino Luna, alisando las arrugas inexistentes de su vestido gris—. Draco tiene uno similar. Todo va a salir perfecto. Ahora tengo que irme, el otro novio me espera hecho un manojo de nervios.
—¿Está nervioso por casarse conmigo? —preguntó Harry, la ansiedad filtrándose en su voz.
—Está nervioso de que algo no te guste. Apenas participaste en la organización de la boda, porque no es algo que te guste, y ahora él está replanteándose cada elección que hizo —explicó George con una carcajada, apoyándose sobre el tocador más cercano.
—Eso es un absurdo, me gustará todo sin importar nada —rebatió Harry con el ceño fruncido, recibiendo una suave palmada de Luna en el brazo.
—Lo sabemos —afirmó Luna, acomodando la calantha en el bolsillo del traje blanco de Harry—. Nos vemos en el altar, Harry.
Sin darle tiempo a responder, Luna desapareció de la habitación dando pequeños saltitos en sus botas; que Harry no tenía idea de cómo Draco le había permitido usar; y volvió a estar solo con George. Bajo la mirada divertida de George, Harry abrió la cajita que Luna le había regalado, encontrando dentro una corona dorada con pequeños adornos de garras parecidos a los de un león. Harry no pudo más que sonreír.
—¿Qué le hiciste? —preguntó Harry antes de permitir que George le colocase la corona, reacomodando su cabello despeinado en esa característica forma que le hacía ver bien aunque apenas pudieran controlarlo.
—Ya verás, prometo que valdrá la pena —afirmó George, sonriendo travieso mientras se escuchaban las campanadas que anunciaban el momento en que todos debían presentarse.
George acompañó a Harry hasta la entrada de la carpa que se sostenía en el jardín de la Mansión Malfoy, viéndose oscura y sin vida desde fuera. Riéndose de los evidentes nervios que ahora Harry mostraba, George se adentró en la carpa para reunirse con Ron en el altar, en las mismas posiciones de Luna y Astoria, quienes eran las damas de honor de Draco.
La música cesó por un instante, el silencio dando paso a las suaves notas de la celesta, bajo las expertas manos de uno de los músicos más famosos del Mundo Mágico. Harry sabía que Draco aparecía antes que él, que debía de contar hasta cuarenta antes de su entrada, así que forzó el aire dentro de sus pulmones y cerró los ojos, contando con los latidos erráticos de su corazón.
Las solapas de la carpa se abrieron y Harry dio un paso adentro, abriendo los ojos. El mundo cambió su rotación normal, invirtiéndose en el segundo en que Harry enfocó su mirada en la de Draco. Con cada paso a través de la alfombra de pétalos, Harry veía a Draco moverse en sintonía con él. Era como si todo el tiempo hubiese estado arriba en el altar y fuera Harry quien lo estuviese viendo caminar. No fue hasta que sus pies llegaron al primer escalón que el hechizo se rompió, sus ojos encontrando el mercurio acerado de los de Draco iluminados por el destello de las lágrimas bajo los candelabros mágicos.
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Siempre a ti (Drarry)
FanficDespués de una vida de enfrentamientos y disgustos mutuos, el tiempo posterior a la guerra trajo a la superficie sentimientos no resueltos que tanto Harry como Draco negaban. De esa unión, para ambos casi insuficiente y traicionera, surgió un result...