Reacción de los diferentes personajes cuando llega la noticia:
*************●●●●●●●●***************El sol apenas clareaba el cielo a un azul tenue, arrastrando la oscuridad de la noche, cuando las cientos de ediciones del Profeta volaron en todas direcciones con la noticia destinada a revolucionar el Mundo Mágico. La exclusiva había llegado directamente de la fuente del suceso, en la forma de una misiva con la información, las firmas de ambos involucrados y los sellos familiares. No había fotos ni mayores pruebas, pero no las necesitaban.
Los diferentes artículos mostraban encabezados que, escritos con distintas palabras, transmitían la misma noticia. En todas las portadas de los periódicos se mostraba una fotografía de la carta que había llegado, escrita a puño y letra por el Gran Salvador del Mundo Mágico y, cualquier duda albergada por la Comunidad Mágica, florecería cual retoños de primavera cuando las familias se levantaran para leer su copia del Profeta.
—Señorita Astoria, por favor, despierte —llamó por tercera vez la elfina, sacudiendo la campana de tonada dulce que usaba para despertar a sus amos todos los días.
—Quiero descansar un poco más hoy, Trinket, no tengo más que esperar a mi cita con Draco en la noche —protestó Astoria desde la cama, hundiéndose más contra el colchón y protegiéndose de la luz que entraba por las ventanas desprovistas de cortinas.
—Su hermana llegó anoche de Escocia y solicitó despertarla temprano para que desayunaran juntas, Señorita Astoria —explicó Trinket con paciencia, mirando el reloj en un conteo constante de los segundos—. Vuestros padres enviaron una nota de que se unirían a ustedes también.
Ante la mención de sus padres, Astoria sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, como si un dementor hubiese encontrado la forma de adentrarse en su habitación. Empujó las mantas fuera de su cuerpo y saltó de la cama, apresurando su proceso matutino de cuidado y preparación para el día. Sus padres eran exigentes con la puntualidad, como lo eran con todos, pero hacerlos esperar era un lujo que solo aquellos más poderosos que los Greengrass podían darse. Astoria no cursaba con la misma suerte.
La ducha fue rápida y eficiente, su cabello se arregló en perfectas ondas largas de color castaño con un encantamiento, mientras Astoria se cepillaba los dientes. Para el día, su elfina ya había seleccionado un vestido liso que llegaba hasta sus tobillos, con mangas largas y en un delicado color crema. Una dama siempre habría de verse elegante, aunque estuviera dentro de su mansión.
El sonido de sus tacones contra la alfombra acolchada que daba hacia el comedor principal alertó de su presencia a Daphne, quien ya había ocupado su asiento a la derecha de la cabeza de la mesa, tenía servido el desayuno sin tocar frente a ella y sostenía en sus manos una copia del Profeta que debía de haber llegado por lechuza mensajera hacía algunos minutos.
—Buenos días, Daphne —saludó Astoria, asintiendo hacia Trinket para que sirvieran su desayuno.
Su asiento designado; frente a su hermana, al lado del cual ocuparía su madre; pronto estuvo preparado con un desayuno diseñado para complacer los más delicados sentidos de la vista, olfato y gusto, mientras su silla se movía mágicamente hacia atrás, a la espera de que Astoria ocupara el puesto. Sentándose con practicada tranquilidad y desdoblando la servilleta, Astoria tomó primero un sorbo de su taza de té antes de percatarse del extraño silencio que dominaba el comedor. Su hermana no la había saludado.
—Daphne, sabes lo importante que son para mamá los modales de comportamiento. No creo apropiado que no me devuelvas el saludo —repuso Astoria, ocultando la preocupación interna por el cambio en la conducta siempre perfecta de su hermana.
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Siempre a ti (Drarry)
FanfictionDespués de una vida de enfrentamientos y disgustos mutuos, el tiempo posterior a la guerra trajo a la superficie sentimientos no resueltos que tanto Harry como Draco negaban. De esa unión, para ambos casi insuficiente y traicionera, surgió un result...