Un suspiro cansado escapó de entre sus labios, deleitando la habitación vacía con la prueba irrefutable de su extenuante día. Llevaba horas escribiendo un informe infinito respecto al último caso que habían tratado. Harry creyó que el trabajo de escritorio disminuiría cuando no estuviera confinado a ser el asistente de Christian Blass, así que su regocijo al ser transferido como jefe de su propio equipo fue significativo; resultó que el papeleo que llevaba haciendo para Blass era todo el que a él le correspondía como jefe, nada había cambiado en realidad.
Harry se alegró de haber terminado más temprano de lo que había previsto originalmente, considerando que apenas atardecía. Tenía tiempo de irse del Ministerio y llegar a su casa con su esposo para pasar algún tiempo relajándose juntos; su hija había sido secuestrada por su madrina para un viaje en busca de algún animal extraño que Rolf personalmente vino a advertir a Draco y Harry que no sería peligroso, por lo que también estaban llevando a sus gemelos.
Ni Draco ni él se acostumbraban a estar tanto tiempo lejos de Calantha, aunque Harry a veces se sentía culpable por la forma en que solía olvidar la aprensión en su pecho y sustituirla por paz cuando se encontraba entre los brazos de Draco después de un largo día de trabajo, ambos desnudos en la tina del baño, sin tener que mirar el reloj constantemente porque habían otras responsabilidades que atender.
Su psicomaga decía que era normal, que tanto él como Draco seguían siendo personas individuales además de padres, pero Harry recordaba el rechazo que había sentido hacia Calantha y se culpaba de todas formas. Estaban trabajando en eso.
Enviando el último pergamino a la oficina del Jefe del Departamento de Aurores, Harry recogió con un movimiento de su varita todo su escritorio y salió de su oficina ansioso por llegar a casa, poniéndose la gabardina mientras avanzaba por los pasillos. El personal que todavía quedaba en el Ministerio lo despedía con pequeños asentimientos que Harry intentaba devolver, pero admitía que toda su atención estaba centrada en llegar a su casa.
—¿Apurado, Auror Potter? —Harry sintió una pequeña llama de enojo encenderse en su interior, forzando su rostro hacia una expresión neutral y desinteresada.
¿Cuándo había empezado a copiarle las mañas a Snape?
—Obviamente, mi esposo me espera en casa —espetó sin cuidado, deteniéndose delante del tazón de polvos flú y tomando un puñado antes de dedicarle apenas una mirada despectiva a Nikiforov.
—Pensé que le gustaría reunirse con su equipo a celebrar el caso terminado —comentó Nikiforov, acercándose demasiado para el gusto de Harry, quien se negó a recular por su presencia—. En nuestro equipo lo hacemos siempre.
—No es algo que yo sabría.
—Si prefiere, siempre puede venir conmigo a celebrar —ofreció el auror, pasando sus dedos a través de la coleta rubia que recogía su cabello—. Estoy seguro que soy mejor compañía que cualquier otra que usted frecuenta.
Harry sintió la brasa en su interior cobrar vida y transformarse en un incendio de rabia. Había tolerado los avances constantes de Nikiforov durante el tiempo en que estuvieron en el mismo equipo, con no más que rechazos fríos pero educados; sin embargo, ya no tenía por qué soportar ninguna de sus impertinencias.
Una sonrisa sádica se extendió en sus labios y aquel lado que el Sombrero Seleccionador había hallado en su interior, ese que pertenecía a Slytherin, brotó hacia la superficie.
—Hay que tener mucho coraje para afirmar semejante sinsentido —comentó Harry, dando un paso al frente y cerrando la distancia entre Nikiforov y él—. No sé si eres totalmente estúpido o solo muy lento de mente, pero déjame hacerte esto simple: Mi compañía frecuente son mi esposo e hija, y no hay nadie en el mundo mejor para mí que ellos. Así que a no ser que hayas crecido en mis entrañas o te hayas metido tan profundo dentro de mi culo como para dejarme embarazado, no, no eres la mejor compañía. Que no te quepa duda que prefiero estar en mi casa, abierto de piernas sobre la mesa del comedor mientras mi esposo se entierra profundo en mi, que perdiendo el tiempo en un bar escuchando las idioteces que tu cerebro vacío escupe por tu boca. ¿Entendido? En un futuro, contente de cualquier acercamiento que no sea profesional, o te demostraré por qué Voldemort mismo llegó a temerme.
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Siempre a ti (Drarry)
FanfictionDespués de una vida de enfrentamientos y disgustos mutuos, el tiempo posterior a la guerra trajo a la superficie sentimientos no resueltos que tanto Harry como Draco negaban. De esa unión, para ambos casi insuficiente y traicionera, surgió un result...