Buenas! Esta es una continuación de la primera parte! Siguiendo el hilo de esa misma historia, si sos nueva/o por supuesto te recomiendo primero leer la otra historia para así tener más contexto sobre esta. Se encontrarán con la misma esencia de nue...
Guardé el teléfono en mi bolsillo sin ver el mensaje. Me acerqué hasta el mostrador.
—Hola.—saludé con mi mayor cara de pocos amigos.
—Se ve que estás de muy buen humor.—expresa con ironía— ¿qué tal París?
Suspire.—No vine aquí hacer sociales. ¿Puedes tomarme el pedido por favor?
Tom elevó una de sus cejas en sorpresa, no dijo nada y asintió.
—Lo siento, no... —resople— No es contigo. He... he tenido una semana de mierda.
—Entiendo... ¿Qué vas a llevar? —pregunta adoptando su actitud fría nuevamente.
Volteé los ojos.—En verdad lo siento, no es contigo.
—No he dicho nada Charlie, tranquilo. Simplemente estoy haciendo mi trabajo.—su vista estaba en la computadora, para luego observarme directo a los ojos.
Miré hacia abajo evitando su mirada. —Solo quiero unas palomitas y dos vasos de coca cola por favor.
Tom empezó a prepararme el pedido. Fue rápido al traerme todo. Estaba sacando el dinero para pagar.
—Te invitaría nuevamente, pero la vez pasada se enteraron y me metí en un gran problema.—acota de repente como cambiando de tema.
Lo observé negando con la cabeza mientras le paso el dinero. —Te dije que no era una buena idea.
Se encoge de hombros agarrando el dinero. Agarré el pedido. —Quédate con el cambio.
Sus cejas se juntaron en confusión. —Charlie, me diste de más.
Volví a negar.—No importa. Quédate con el cambio. De alguna forma te estoy pagando el favor que volviste a tener conmigo aquella vez que vine.
Y que vine con Nick... carajo, otra vez Nick.
No deje que me responda y giré en mi eje para seguir mi camino, pero su voz me detiene:
—Charlie...
Volteé a verlo.
—Los momentos de mierda en algún momento pasan. Te lo aseguro.—soltó sin más.
No dije nada. Volví a voltear yendo a esperar a Olivia. Al cabo de unos minutos la encontré y fuimos hacia la sala a ver la película.
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Al finalizar la película, ya estábamos saliendo de la sala.
—Sí, tuve miedo. Pero tengo que decirte que en un momento hubo una escena que me causó risa. —comentó Liv a mi lado mientras rodeaba su brazo con el mío.
