Capítulo 15

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Felix despertó tarde, tan tarde que ya para esa hora sus compañeros debían haber cenado y seguro estarían pensando en prepararse para dormir. Estaba hambriento, pero se sentía aún algo pegajoso por lo mucho que había transpirado durante el encuentro con Changbin.

Fue esta sensación la que le hizo recordar lo que pasó antes de dormirse: había tenido sexo con Changbin. Y no sólo eso, lo hicieron sin siquiera haberse besado por primera vez.

Él no solía hacer las cosas de la forma más normal cuando de salir se trataba, pero aquello era el colmo de las anomalías para Felix, además se suponía que él estaba resfriado, ¿cómo acabó teniendo casi una hora de relaciones cuando apenas estaba saliendo de una fiebre que lo había dejado en cama toda la mañana? Su cuerpo era de verdad una barbaridad.

Se levantó de la cama sintiéndose aturdido y con un leve ardor en su parte posterior, se dirigió al baño y encendiendo la luz se dispuso a quitarse la ropa, preparando el agua para ducharse. Se metió bajo la regadera sin mojarse el cabello, ya se lo limpiaría con champú al seco después para no enfermarse más por dormir con el cabello mojado.

Fue en la ducha que, ya más despierto, descubrió las más que evidentes marcas de las manos de Changbin en su cadera. Yongbok se observó sorprendido, no lucían como hematomas, porque aunque le había sujetado con fuerza no fue suficiente para eso, pero sí que se notaba un dejo de dicha sujeción. Si así estaba su cadera no imaginaba cómo luciría su cuello y espalda.

Terminó rápido de ducharse y pasó a verse en el espejo, y ahí estaban, al menos dos chupones se veían entre su cuello y clavícula, y cuando se dio la vuelta ahogó un jadeo sorprendido, varias marcas, unas rosadas, otras ya tirando a morado, se posicionaban en su espalda alta, esquivando por poco su tatuaje.

Ese bendito tatuaje, detonante de un cambio tan grande en su vida.

Se vistió y consiguió maquillar lo mejor que pudo los chupones en su cuello; sintiéndose mucho más limpio salió al espacio común del apartamento, donde los cuatro chicos se encontraban distraídos en diferentes actividades. Hyunjin alzó su mirada del libro que tenía entre sus manos, y saludó a Felix con una sonrisa de lado, la cual lo puso algo nervioso; aunque no más que la sonrisa y la mirada acusadora de Han y Minho, que dejaron de ver la televisión para verlo a él. Estaba rogando que no fuese lo que él creía, pero cuando se acercó lo suficiente a la cocina, escuchó a una voz llamarle desde el sofá.

— Cierra la puerta del cuarto, hasta acá me llega el olor a sexo —se burló entonces Han, y tanto Minho como Hyunjin se carcajearon muy fuerte.

Bangchan había llegado durante la tarde, después de que Changbin se había ido a su casa, y bien que le convino esto, porque apenas llegó se enteró por boca de los otros del espectáculo sonoro que les tocó presenciar desde sus habitaciones. Esto hizo que él se riese, pero no tan fuerte como los demás, en su fuero interno agradecía por haber estado adelantando pormenores de su siguiente trabajo.

— De verdad que la visita te sacó todos los males, hasta los chakras te los dejaron alineados —bromeó Hyunjin.

— Con razón dijo que ya estaba listo con la primera pastilla, es que luego le tocaba esa inyección —se carcajeó de nuevo Han.

— Ay no ¿Sí se escuchó tanto? —murmuró Felix cubriéndose el rostro de vergüenza, incluso sus brazos enrojecieron por lo apenado que se encontraba.

— Yo agradezco que hasta mi cuarto no tanto, no sé cómo estuvo el espectáculo en el de Hannie —se burló Hyunjin, con los ojos formando una curva de tanto que sonreía.

— Al principio no sabíamos si lo que escuchabamos era eso, luego ya tuvimos la duda, después ya era imposible que no fuera y nos largamos a mi cuarto —explicó entre carcajadas Minho — Ya hasta mi cuarto no se escuchaba.

The Streetlight and The Starlight (Changlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora