Capítulo 26

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 ⚠️TW: armas ⚠️

Cuando se hallaban de camino al centro del distrito, los chicos pensaron seriamente en cómo actuarían y qué decisiones se deberían tomar antes de llegar al escondite de los delincuentes faltantes, Han y Bangchan no estaban seguros de qué acciones estaba dispuesto a tomar Felix, aún así tenían fe en que su amigo haría lo correcto.

Iban acompañados de no menos de diez de los guardias de Hueningkai, estos a su vez llevaban armas cargadas y con el seguro puesto a solo cuestión de mover un dedo y abrir fuego sin compasión a todo aquello que se moviese. Felix era consciente de ello, estos hombres no estaban bajo su mando, o el de Bangchan, pero estaban más que listos para un enfrentamiento.

El rubio sudaba frío conforme los autos se acercaban al centro del distrito, los comercios que no había vuelto a visitar desde el tiroteo le generaban una sensación de familiaridad casi entrañable, algún día podría pasarse por esos lugares de la mano de Changbin, pensó él. Aún así, y como una astilla clavada en un dedo, el dolor en su corazón le recordaba que ya no estaba con él.

Se preguntaba qué habría sido de Changbin. Sabía que estaba estudiando aún, solo habían pasado dos semanas, pero lo extrañaba tanto que su corazón podría estallar de dicha solo de volverle a ver de lejos. Lloraba a veces en las noches, las palabras del pelinegro le seguían doliendo igual que el primer día; no quería que sus amigos lo notasen, más cuando los ojos del menor amanecían inflamados  no era un misterio la razón.

Nuevamente un escalofrío recorrió su columna cuando sintió el automóvil comenzar a frenar, la casa que había señalado el difunto delincuente estaba justo frente a ellos. Ahora la pregunta era cómo entrar pasando en parte desapercibidos por ellos, de manera que no pudiesen escapar.

— Tengan estas, las van a necesitar —dijo entonces uno de los guardias de Hueningkai, extendiendo armas para los chicos.

— No necesitamos eso —se quejó Han.

— En ese caso te invito a permanecer dentro del auto, a menos que quieras morir ahí sin tener cómo responder.

— No queremos entrar ahí armados, si podemos orillarlos a que salgan entonces podremos atraparlos y llevarlos con tu jefe.

— No te estoy preguntando, tengo órdenes.

— ¿Y cuáles son exactamente esas órdenes? —dudó entonces Felix.

— Ambos van a morir, pero Eunho debe llegar vivo a la mansión, Jungsuk lo mejor es que sea abatido aquí mismo.

— Nosotros no vinimos a matar a nadie aquí, solo queremos que se haga justicia por lo que le han causado a nuestro grupo —afirmó Han.

— Como dije, yo sigo órdenes. Si no les gusta, quédense en el auto —Y entonces el hombre bajó del vehículo.

Los tres chicos observaron las armas en el asiento delantero, no sabían cómo proceder con ellas. ¿Realmente deseaban ir allí y enfrentarse a ellos? ¿O era suficiente el permanecer ahí a sabiendas que otros ya tenían un trabajo establecido por hacer?

A pesar de lo que pudieran sentir sus compañeros, para Felix la decisión estaba tomada, el arma pesaba en su mano, y esperaba no olvidarse de las explicaciones que le hubo dado alguna vez Lee Know sobre cómo utilizarla, incluso cuando esto lo hizo apenas cuando Yongbok era un adolescente, y cuando Bangchan los descubrió reprendió fuertemente al mayor de ellos.

Bangchan tomó una segunda pistola, y con gesto serio colocó el seguro de la misma para enfundarla dentro de su pantalón, volteó a ver a Han, quien tenía una mirada de horror en su rostro, y cuando este iba a tomar la tercer arma el líder lo detuvo.

The Streetlight and The Starlight (Changlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora