Capítulo 22

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En el apartamento de los chicos, Bangchan y Changbin recolectaban algunos insumos que creyeron necesarios para su estadía en el hospital. Changbin había hecho el comentario a su tía de que estaría ocupado algunas noches, y que las pasaría fuera de casa, la señora hizo algunas preguntas pero no desconfió de su sobrino a sabiendas del buen muchacho que él era. Ojalá nunca se enterase que el mismo sobrino había estado saliendo con un ratero.

- Sábanas, toallas, cepillo de dientes. Creo que no se nos queda nada -comentaba Bangchan.

- Pastillas para el dolor, Hyunjin las va a necesitar -añadió Changbin, y a Chris le enterneció que recordase un detalle como ese.

- Changbin, muchas gracias por preocuparte. A decir verdad, cuando pensé en decirte sobre el tiroteo, creí que solo lo ibas a ignorar y no aparecerías.

- Siendo honesto, una parte de mí quería eso, ignorarlo y continuar como si nada. Pero no puedo hacerlo -decía Changbin - No puedo no preocuparme por lo que sucedió, es que es demasiado, y porque es demasiado me cuesta entender qué hago todavía aquí. No sé cómo explicarlo, creo que estoy jodido de una forma que me impide ver el problema en el que me estoy metiendo, el solo hecho de estar en este edificio parece ilegal, no hay manera de que comprasen este lugar.

- Tienes razón, no lo compramos nosotros. Sin embargo, no estamos aquí de forma ilegal -respondió Chan, y Binnie volteó a verle confundido - el edificio me pertenece como legado de mi padre, es una herencia. Nunca le gustó que yo me uniese a los Huening, así que para ayudarme a distanciarme de ellos compró este lugar, y lo dejó a mi nombre, cuando cumplí los diecinueve fue mío por ley.

- ¿Y tu padre está...?

- Vivo, no ha fallecido si es lo que te preguntas. Sin embargo, dado que continué siendo un delincuente incluso cuando me desprendí de la pandilla Huening, no hemos hablado desde hace tiempo.

Una vez finalizado de empacar solicitaron un taxi, y mientras lo esperaban, a Changbin algo le despertó curiosidad, mientras recordaba a su vez que quizás a Felix le gustaría tener otra de sus camisas manga larga por el frío del hospital.

- Disculpa que pregunte tanto, es sólo que no comprendo ¿por qué un edificio? Si tu padre solo quería que tuvieras a dónde ir ¿no era más simple comprar una casa? -preguntó este entrando a la habitación del rubio.

- Es que él quería convertirlo en algo de provecho, ya sabes, un hotel o un edificio de oficinas, algo por el estilo. Así yo tendría dinero para no depender de robar. Más no se pudo, los arreglos se llevaron mucho de mis ahorros, y tuvimos que ir a las calles a conseguir más, y mi padre viendo que no avanzábamos nos dejó de apoyar con las reparaciones.

Changbin quedó un tanto estupefacto con esta información, había esperado cualquier explicación excepto esa, en específico esperaba razones un tanto menos legales para su estadía en un edificio como ese.

Mientras se aproximaba a cerrar la puerta de la habitación de Felix, sintiendo aún dentro de la misma el aroma de su perfume, refrescante y a la vez dulce, Changbin no pudo evitar que se le nublase la mirada. Estaría mintiendo si dijera que no estaba aterrado, o que no le estaba rompiendo el corazón la situación tan frágil del chico en el hospital. ¿Cómo se había metido en tantos problemas? ¿Y cómo podía estar tan enamorado de un chico que apenas conocía hacía poco y que era un criminal? Más importante aún ¿quería saber lo que había estado sucediendo desde un principio?

Era una pregunta absurda, ya que realmente estaba deseando escuchar lo que Felix tenía para decir sobre todo lo que le había ocultado, sin embargo estaba preocupado porque ese hermoso chico volviese a mentirle de forma descarada.

The Streetlight and The Starlight (Changlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora