Alejandro salió de aquella casa una vez más envuelto en aquel dolor que María le provocaba. Ésta vez decidido a formar una nueva vida. Ésta vez lejos de María.
- Señora... ¿Se encuentra bien?
- Elvia, por favor dígale a mi mamá que no la pudimos esperar, que nos tuvimos que ir, por favor. ¡Diego, mi amor vámonos!
- Abue, y Alejandro no va con nosotros. Tú me dijiste. - María lo miró con pesar.
- No mi vida. Alejandro tuvo un inconveniente en su trabajo y no va a poder acompañarnos.
" - Alejandro no digas eso. ¡Entiéndeme!
No sé cómo dejarlo solo en esto. ¡Se está muriendo! -- Sí María, ¡claro que te entiendo Ojos! Pero ahora más que nunca sé que lo que decía la carta que te mandé, fue la mejor decisión. Ojos, entiéndeme tú a mi. Hace unas horas tú estabas dispuesta a vivir éste amor, aún cuando sabías que Jerónimo estaba mal, pero ahora, ahora sabes que es muy poca su probabilidad de salvarse. Y sé, yo sé que no tienes el corazón para dejarlo así. No en éste momento, y yo ya no quiero esperarte. Ya no, María. Adiós. - se acercó y besó su frente, María se quedó estática sin saber cómo reaccionar. Y no reaccionó, solo lo dejó ir, una vez más.
- Perdóname Alejandro, otra vez perdóname..."
- Doña Emilia, la señora y el niño Diego ya se fueron, me pidió que le avisara que la llamaba más tarde. Que tenían prisa. - Emilia Elena se sorprendió, su hija no se iría sin despedirse, algo había pasado. Algo la había hecho cambiar en esas horas.
- Elvia llámela, ¿hace cuánto se fueron?
- ¡Ay señora hace requeteharto tiempo! Yo creo que como unas cuatro horas.
- Bueno, esperaremos a que se comuniquen ellos entonces.
Alejandro estaba en su departamento, no había llorado, no quería, ya no quería pensar en María Inés. Estaba deshaciendo su maleta cuando escuchó el timbre.
- ¡Vooooy! - dijo mientras cerraba la maleta y subía corriendo las escaleras. Se llevó una sorpresa al ver quien le sonreía tan tranquilamente.
- Eeehhh, ¿qué haces aquí?
- ¿Supiste que mi tía se fue de viaje?
- ¿Con Jerónimo no?
Ella lo miró extrañada.
- No, se fue a Ixtapa con Dieguito, ¿no te lo dijo? - Alejandro sabía perfectamente a donde iba María, y obvio que sabía de ese viaje.
- Eeeh, no, no tendría por qué decírmelo. ¿Qué haces aquí Lorenza? - ella se fue acercando a él lentamente. Alejandro no podía negar que la niñita lo ponía nervioso, era guapa, y seductora. Nadie como su María, pero bueno. Ya había tomado una decisión. María Inés debía estar con Jerónimo, y el, el seguía siendo un hombre libre.
- Alejandro... ¿Yo te gusto? ¿Te atraigo?
- Lorenza... tú, pues tú eres muy atractiva, me divierto mucho contigo, me gusta tu sentido del humor, aunque no entiendo eso de las estrellas y los astros y no sé qué cosa. Pero, hasta ahí.
- ¿Hasta ahí? No... ¿Cómo hasta ahí? ¡Te gusto! ¡Si te gusto! Estás nervioso... - le dijo acercándose y tomándolo por el cuello. Lo besó, así. Sin más, y el, el decidió corresponder. Necesitaba arrancar a María de el. Y aunque sabía perfectamente que Lorenza no se merecía esto, actuó por impulso.
El sonido de un timbre los sacó de aquel momento, el teléfono de Alejandro sonaba insistentemente.
- Si, ¡bueno! - Lorenza lo seguía abrazando y dando suaves besos en la mejilla, a lo que él intentaba apartarla.
- ¿Señor, Alejandro Salas? Hablamos del hospital central de Ixtapa. La señora María Inés Domínguez tuvo un accidente con su nieto. El niño está consciente y pidió que le llamáramos a usted.
- ¿Qué? ¿Pero María está bien? - no podía creerlo, su María.
- La señora no ha reaccionado. Ella llevó la mayoría de los golpes porque cubrió a su nieto, en esa posición la encontramos, cubriendo con todo su cuerpo al niño.
- ¿Pero como? ¡No entiendo! Ya salgo para allá. ¡Gracias!
- ¿Qué pasa Alejandro? ¿Qué le pasó a mi tía?
- Tuvo un accidente Lorenza, pero ya ya. Por favor avísale a tu familia. Porque Diego pidió que me avisaran a mi. Encárgate por favor. Yo voy a viajar ahorita mismo a Ixtapa. Adiós.
- Pero Alejandro, yo voy contigo... - la dejó con la palabra en la boca, Alejandro solo podía pensar en María, el destino estaba siendo demasiado cruel con los dos.