Capítulo veintidós.
Isabel Harrison.
Ya habían pasado veintitrés horas de vuelo, y había pasado las mayorías de esas horas durmiendo, y las demás, jugando cartas con Ethan.
Me encontraba observando todo a través de la ventana, mientras el auto avanzaba de manera lenta.
Ya estábamos llegando al hotel, y yo aún me estaba quedando con ganas de observar cómo eran las noches en cada esquina de Brasil.
Me ayuda a salir del auto, ofreciéndome su mano, la cual tomo con rapidez. Dejándome deleitar por el asombroso edificio frente a mí. El hotel cuenta con un edificio de modelo moderno, sin embargo, está cubierto de rosales trepadoras, que están decorados con unas hermosas flores de pasión extrañas.
--¿Te gusta? —me pregunta al oído—. Sé que quieres ver más, y te prometo que trataré de mostrarte todo Brasil antes de irnos —me susurra.
--Mira, Wesley, ¿Ves eso?, es un idiota comportándose como un romántico —se burla Jake, haciendo referencia al comportamiento que está teniendo Ethan conmigo.
--Si tan solo existieran más "idiotas" así —exclama Valentina, provocando la risa de Wesley, quien se burla de Jake y de cómo quedó su cara después de escuchar las palabras de mi mejor amiga.
--La vida ni siquiera me dejó contestarte, Jake —le respondió Ethan, mientras pasaba por su lado.
Entramos por una gran puerta pivotante de aluminio, y rápidamente nos acercamos a la recepción, siendo recibidos por un chico alto y bronceado de sonrisa dulce—. Bem-vindos ao Brasil, e ao nosso hotel, Sol de Brasil, Sr. Spencer e Miss Harrison —yo solo asiento ante sus palabras, como si realmente entendiera algo.
--Muito obrigado pelas boas-vindas, por favor, você pode me dar os cartões dos quatro quartos que reservei e mandar carregar nossas malas? —le responde Ethan, a lo que me quedo aún más confundida.
--Claro, senhor, com prazer, desculpe por não tê-los dado a você antes —le pasa las tarjetas de las habitaciones a Ethan—. Aquí también ofereço alguns cartões onde estão os números caso você queira comida no quarto ou precision de algo.
--Muito obrigado —exclama Ethan antes de tomar las tarjetas que le ofreció el chico y retirarse con una sonrisa.
Nos acercamos a Valentina, quien nos está esperando junto a Wesley y Jake—. ¿Le pueden decir al niño, al bebé Jake que no debe acercarse a mí? —pregunta Valentina.
--Tranquila, Valentina, no vas a tener que preocuparte de nada —le asegura Ethan—. Jake, te voy a partir las piernas.
***
Como lo último que queda de mi churrasco, lo hago lo más lento posible, tratando de evadir su mirada dulce, que logra ponerme nerviosa.
--Aunque lo comas de esa manera, el poco churrasco que te queda, no será eterno —susurra de manera aterciopelada.
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Embarazada de un mafioso ©
Romance--Los bebés merecen morir, ¿Para qué quieres tener a alguien dependiendo de ti siempre... llorando, gritando, haciendo caprichos...? -pregunta como si le estuviese hablando de una locura-. No vamos a tener hijos --sentencia con firmeza. --¿Y qué si...