𝐓𝐫𝐞𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐲 𝐝𝐨𝐬

631 19 2
                                    

[ Inicio de la segunda novela, aquí pasó el tiempo... Solo espero que les guste tanto como a los lectores que ya la han estado leyendo]. Los amo. 💗

—El viaje.
Sonia Davies.

Después de todo, los villanos, no son tan villanos.

La "buena acción" de una persona puede destruir la vida de otra.

Pero no importa.

La venganza es dulce... Solo ante los ojos que creen que han pasado por mucho.

Pero al final, la malicia en un villano ambicioso existe porque han sido malicioso con ellos.

Entonces... ¿Cuál es la diferencia?.

¿Cuál es la diferencia de que ella no vea mi golpe venir, si he recibido muchos de ellas?.

—El bebé ha estado muy inquieto hoy —me cuenta—. Pensaba que mientras más años tuviese, más fácil sería para mí, pero no es así.

Bebo un sorbo de té—. Lo sé, ahora está tan hiperactivo... —me quedo observando al niño correr por toda la sala—. Pero... Aún así lo amo —miento.

Suelta una carcajada—. Es cierto, todos los amamos, a pesar de lo inquieto.

Sonríe y se queda observándome con una mirada dulce.

¡Qué tonta...!.

—¿Por qué tienes que irte? —me pregunta con un tono desanimado—. Nosotros te extrañamos mucho cuando no estás.

Suelto una carcajada, y me siento a su lado—. No es para tanto, solo serán unos días, tengo algo que revisar.

—¿En otro país? —pregunta con una ceja arqueada—. ¿Por qué tan lejos? ¿No hay más mujeres como tú por allá?.

—Sabes que como yo, no...

Ambas soltamos una carcajada, la de ella es dulce, la mía es agria, pero está muy bien disfrazada.

—Lo sé, sé que como tú... No...

Acaricia mi cabello suavemente, y yo me recuesto en sus piernas...

Ambas nos quedamos calladas... Inmersas en nuestros pensamientos...

Lo de ellas quizás piensan en mi viaje y en lo mucho que me extrañarán, los míos... Los míos son totalmente diferentes.

***

Salgo del baño y me topo con un pelinegro semidesnudo y muy sexy, en mi cama.

—¿Acaso tu esposa no te está esperando en su habitación? —pregunto con un tono coqueto, mientras me acerco a él lentamente.

—Pobre, se quedó dormida... —finge en tono inocente.

Suelto una carcajada antes de ponerme encima de él...

—Es tan estúpida, se pasó todo el día triste por mi viaje —suelto una carcajada, la cual él acompaña.

—Admito que yo también lo estaré... Pero por un asunto muy diferente al de ella... —acaricia mis glúteos con morbosidad.

—¿Ah si...? —muerdo suavemente su labio inferior.

—Claro que sí —me besa, mientras empieza a desnudarme.

Siento sus besos y mordeduras ligeras en mi cuello, mientras mi excitación aumenta.

Retira mi tanga sin siquiera desnudarme por completo, y se introduce en mí de manera brusca...

Embarazada de un mafioso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora