Coconut & Cigarette [Yoontae]

Capítulo 33

Chungha miraba atentamente su tablet en donde se mostraban en la pantalla alguna fotografías, bosquejos y planillas que iba a utilizar en la campaña ficticia para su proyecto de la universidad. Estaba con los audífonos a todo volumen, pues le gustaba trabajar mientras escuchaba música, moviendo su cabeza y pies al ritmo de la melodía.

Por otro lado, estaba agradecía con Agust y JK que, en su lugar, tomaron las citas de esa tarde, y así la chica solo recibía los pagos, marcar al cliente como cita terminada y anotar una que otra que llegaban al correo; poco trabajo para que pudiera estar concentrada solo en lo suyo.

En pocas palabras, un trabajo en equipo.

La chica continuaba pendiente de su trabajo, hasta que percibió una sombra sobre el mesón de la recepción. Alzo la mirada y se encontró con el frívolo rostro de la madre de Yoongi, se corrió un lado de los audífonos y trato de sonreír amablemente. Se sorprendió bastante, la mujer le causaba algo de miedo desde que la iba a interrumpir al apartamento de Min, donde se quedo por cuidar a la mascota. En ocasiones prefería ignorar los llamados de la puerta, aun así, permanecía minutos tocando.

Una dama bastante intensa, a decir verdad.

—¿En qué la puedo ayudar, señora? —preguntó tímidamente.

—Vengo a ver a Yoongi —respondió sin rodeos.

—E-Él está con un cliente ahora, si quiere...

—Gracias. Voy a pasar, de todos modos. —La mujer la miro con desprecio rodando sus ojos.

Chungha se mordió los labios dejando sus cosas sobre el mesón. Sabía que algo muy malo iba a pasar si la madre interrumpía a su hijo en plena sesión, y no era una cualquiera, se trataba de un hombre que había citado tres días para realizarse un tatuaje que recorría toda la espalda, con detalles y en color. Trabajo largo y que requería concentración.

Salió detrás de la dama para detenerla.

—¡Señora, espere! —Vocifero por el pasillo caminando detrás de ella.

—Voy a entrar muchacha, dedícate a... a atender, si es que lo hacías.

—A Agust... ¡Digo! —Se corrigió. Sabía que a esa mujer odiaba oír el apodo de su hijo. — A Yoongi no le va a gustar que lo interrumpan, menos si está en plena sesión —habló explicándole un poco la situación.

—¡Soy su madre, jovencita! —Exclamó enojada. —Me va a oír, quiera o no.

Esa fue su última palabra.

Chungha gruñó mosqueada tensando sus manos. En serio que le llego a caer mal.

La madre de Yoongi, apenas entró al estudio en sí, casi choca con un hombre alto, vestido de traje y corbata, bastante elegante, a decir verdad, como andar tatuándose. El sujeto se disculpó por cruzarse y se fue hasta la recepción para pagar el monto.

El joven se quejó internamente, una y mil veces, preguntándose que era lo que quería ahora. Se quitó los guantes y los lanzo al basurero del lado de su escritorio.

Desde la lejanía, Jungkook vio la aparición de la mujer, así como, de la manera más sensata, se retiró en silencio para ayudar a su amiga en la recepción.

—¿Quiero saber que es lo que tienes en la cabeza que viene a molestar en mi hora de trabajo? —preguntó bastante hostil el chico.

—¡¿Trabajo?! —Se vio indignada. —Lo que tu hermano tiene es un trabajo, no... Esto. —Señaló a su alrededor.

—Como quieras... —Se apoyó en el escritorio. —¿Te vienes a despedir? ¿Pedir dinero? ¿Humillarme? —preguntaba.

—¿Qué demonios le dijiste a tu hermano? —La mujer se veía molesta, lo suficiente como para arrugar su ceño y pegarle al suelo con la punta del tacón.