Traducciones del capítulo
Stronzo: Imbécil
La Famiglia: Mafia italiana afincada en Nueva York.
Amore: Amor
Vita mia: Mi vida
Consegliere: Mano derecha del capo
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Niccòlo
Ha huido.
Mi padre acaba de ser informado de que Camelia ha huido de su casa ante la amenaza de Emanuel. Ese stronzo se ha atrevido a amenazar a mi mujer. ¿Cree que puede llevársela sin más? No, tendrá que pasar por encima de toda La Famiglia de Nueva York. Necesito saber dónde está, debo encontrarla y protegerla, ella estará a salvo conmigo.
Mi polla se desinfla. Aparto de mí a Thea, es mi amante desde hace dos años. Me gusta porque siempre está a mi disposición a cambio de una tarjeta de crédito y un penthouse de lujo en el SoHo, hace lo que quiero y cuando quiero. Así es como ha sido durante siglos en mi mundo, una esposa y todas las amantes que un hombre quiera. Mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre las tuvieron y, mi padre, aún la tiene. Ellas conocen su lugar y respetan a las esposas. Un contrato de mutuo acuerdo y sustancialmente beneficioso para ambas partes.
Me sirvo whisky en un vaso, miro la ciudad por la ventana del penthouse, es mío, aunque Thea viva aquí. Ella se acerca a mí por detrás, apoya su barbilla en mi hombro, sus turgentes pechos se aprietan contra mi espalda.
—Pareces distraído— me dice.
—Estoy preocupado por alguien.
—¿Tu esposa?
Niego con la cabeza, Thea también es una buena amiga, siempre está dispuesta a escucharme.
Frota mi abdomen con su palma, llevo su mano hasta mi polla, ella la agarra y empieza a masturbarme.
—¿Camelia?— me pregunta.
—Sí, ha huido de su casa.
Thea conoce toda mi historia con Camelia, nunca me ha juzgado por lo que hice.
El día que dejé a Camelia plantada en el altar fue un día muy confuso para mí. Le fui infiel con Corina, mi esposa. Creí que Corina era todo lo que deseaba, joder, follábamos como conejos cada vez que estábamos juntos. Le quité la virginidad, iba a ser mi amante cuando me casara con Camelia. Pero no pude hacerlo, la quería como esposa, ella es una mujer italiana, criada en nuestras costumbres y tradiciones. Era la esposa perfecta. Camelia, por el contrario, había sido criada en libertad. Aunque fui su primer hombre, dudaba que eso siguiera igual durante nuestro matrimonio. Así que, tomé la decisión de organizar una boda con Corina y casarme con ella. Fue una casualidad que Corina escogiera la misma fecha para nuestra boda que la que había planeado con Camelia. No quise que se enterase de esa forma, pero mi padre me prohibió decir nada, dijo que él se encargaría y no lo hizo, se acobardó, igual que yo.
—Las manos en la ventana y saca el culo— le ordeno a Thea.
Obedece inmediatamente, alineo mi polla con su entrada y la penetro de una embestida. La sujeto por las caderas mientras la golpeo desde atrás.
—Gime— ordeno.
Me gusta que grite, sus gemidos me recuerdan a los de Camelia, finjo que es ella a quien me estoy follando contra esta enorme ventana.
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LA NIÑA #3.1 [Disponible en físico]
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