La conmoción fue total y absoluta. Todos los medios de Nacional City abrieron con la noticia del año. En un giro inesperado de los acontecimientos los tejemanejes de Lillian Luthor y Maxwell Lord habían salido a relucir. Se habían publicado imágenes de ambos, así como audios, en los que confesaban la primera su odio hacia los alienígenas y el segundo el plan orquestado para armar a ambos bandos en un posible conflicto. El suero había creado las imágenes en base a los deseos íntimos de ambos. Habían cavado su propia tumba. No tenían forma de demostrar que no eran reales. Habían sido emitidos en directo tras el debate. Ninguno de los presentes recordaba haberse desvanecido por el gas, así que el golpe había sido maestro. Era demasiada información para procesar en una ciudad acostumbrada a mirarse a sí misma sin verse. Nadie reparaba en el conjunto cuando podía admirarse en el espejo a sí mismo. Además descubrir que a las agencias ya por todos conocidas CIA, FBI, Seguridad Nacional se unía la DEO era añadir un clavo más a la libertad individual que muchos defendían. Sin embargo, no había forma de malinterpretar unas imágenes. Ni los abogados más hábiles del mundo podían tergiversar lo que a la vista no engañaba. Por eso el champán corría como la pólvora en el apartamento de una risueña Kara Danvers. La jugada había sido perfecta. La felicidad que desprendía era contagiosa. Lena sonreía aguantándose las ganas de estrecharla entre sus brazos. No estaban solas y no lograba soltarse en público. Tenía la capacidad de amar y podía demostrarlo, pero su extricta educación reducía sus afectos más elocuentes al ámbito privado. Alex, en cambio, se deshacía en carantoñas con Maggie. Ahora que se sentía cómoda consigo misma no tenía reparos en dejarlo claro ante todos. Era consciente de su propia fortuna y lo dejaba patente. En su fuero interno deseaba que Lena también fuera capaz de desprenderse de sus ataduras y de ser libre sin miedo a mostrarse vulnerable.
—No puedo creerme que haya funcionado —dijo Maggie expresando en voz alta lo que todas pensaban a excepción de Alex.
—Yo confío plenamente en la ciencia —dijo ella con suficiencia—. Y en la DEO tenemos a los mejores. Sólo temía que Lillian o Maxwell se oliesen la tostada. Me encantaría poder verles ahora mismo tirándose de los pelos. Han perdido. Y esta vez definitivamente.
Sus ojos se encontraron fugazmente con los de Lena.
—Dios, perdona. Sé que es tu madre, pero...
Lena le hizo un gesto con la mano.
—No te preocupes. Hace tiempo que no espero nada de ella. Aunque supongo que dolerá el resto de mi vida. Me hubiese gustado que las cosas fueran de otra manera.
Kara se acercó a su novia y la abrazo por detrás colocando la barbilla sobre su cuello.
—No tienes que perder la esperanza. Todos podemos dar lo mejor de nosotros mismos, podemos reintegrarnos.
La dulzura con la que Kara hablaba le enterneció. Se giró hacia ella mirándola con absoluta admiración.
—¿Cómo lo haces? ¿Cómo puedes confiar en el bien a pesar de todo? El mundo es cruel y despiadado. El ser humano es un monstruo al que la educación mantiene custodiado, pero a veces se escapa. Y hace cosas terribles.
Por su mente pasaron algunas de las acciones que ella misma había cometido en su vida. Acciones cuyas consecuencias siempre le pesarían.
—Sí. Tienes toda la razón, pero la única forma de cambiar lo que nos rodea es cambiando nosotros mismos. Si me dejo arrastrar por la desesperación, ¿quién gana? Sólo aquellos que no quieren luchar.
Alex y Maggie las contemplaban hablar desde el sofá, atentas a la conversación, pero sin querer interrumpirlas.
—Para mí lo valiente, lo verdaderamente noble y admirable es mantenerse en el lado correcto —continuó Kara.
—Por eso detesta a Vader —intercedió Alex.
Lena abrió los ojos, sin comprender.
—¿Vader? ¿Darth Vader? ¿Qué tiene que ver Star Wars con...
Alex le quitó las palabras de la boca.
—Muchos idolatran a Vader por su poder, por su control sobre la Fuerza. Sin embargo, es el más débil de todos. El poder reside en la habilidad para mantenerte en el lado luminoso, a pesar de todo. Él cedió a sus instintos. Es digno de dar lástima.
—¿Y qué pasa con Anakin? ¿Podemos separarlos? —cuestionó Lena. No sabía muy bien por qué pero se sentía aludida.
—Anakin representa al hombre antes de ser consumido por el monstruo. Es un recuerdo de lo que somos en esencia y Vader de lo que podemos ser cuando esa esencia se corrompe.
Maggie siempre había sido más de Star Trek así que observaba la interacción como quien ve un partido de tenis, sin saber de qué va el juego.
—Anakin y Vader son indisolubles. Son lo mismo. Separarlos es un error porque nos hace pensar que nos parecemos a uno o a otro sin reconocer que podemos ser uno y terminar convertido en el otro.
—Lo que Alex quiere decir —intercedió Kara —, es que la oscuridad está en todos, pero somos nosotros quienes decidimos luchar contra ella. Y esa lucha es difícil, pero todos podemos librarla. Es en lo que creo. No en la bondad en términos absolutos sino en la capacidad de casa uno de hacer frente a la adversidad.
—Yo, a veces siento...
—Lo sé, Lena. No eres la única.
La joven Luthor volvió a abrir los ojos, sorprendida.
—Por eso es necesario el amor. Es lo que nos mantiene en el lado luminoso. Creer en el amor aunque no lo sintamos porque lo vemos, porque otros lo sienten. Porque está ahí a nuestro alcance.
Kara tomó el rostro de Lena entre sus manos.
—Y cuando lo encontramos la oscuridad se desvanece.
Maggie y Alex decidieron acertadamente dejarlas solas. Ya se disculparían más tarde por la huida sin despedirse.
Lena y Kara estaban en su burbuja contemplándose a los ojos, conectadas por un hilo invisible que jamás se rompería. Sus rostros se aproximaron sellando una unión más allá de nuestro mundo. Una Luthor y una Danvers amándose bajo las atenta mirada de un Universo en expansión. Porque al fin y al cabo de eso va lo que llaman vida: de amarse hasta volver a ser polvo de estrellas.Fin
Pd: Leí a alguien decir una vez que al escribir una historia contraíamos una deuda con los lectores. Hoy saldo mi deuda. Tarde, lo sé. Espero podáis perdonarme.No sé si es el final adecuado, pero es un final. Muchas gracias por los mensajes recibidos hasta ahora. Se aprecian todos y cada uno de ellos.
Quién sabe si habrá más historias.
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Nueva Era (SuperCorp) TERMINADA
Fanfiction¿Puede el amor derribar los prejuicios, sanar las heridas, perdonar las mentiras? Os invito a descubrirlo.