La vida es una guerra que algunos se empeñan en ganar a toda costa sin saber que está perdida desde mucho antes de saber que se lucha. Lena no pertenecía a ese grupo, por eso se limitaba a intervenir sólo en las batallas que podía vencer. Y salvar a Kara era su última apuesta. Deseaba borrar la impronta que su madre había dejado en la joven Danvers. No podía permitir que alguien la marcara del mismo modo en que ella estaba. Costase lo que costase.
—Kara está libre de kryptonita —anunció mientras se quitaba los guantes. Llevaba puesta una bata blanca y protegía sus ojos con unas gafas de seguridad.
—¿Estás segura? —cuestionó Alex con rapidez. Se balanceaba sobre sí misma con nerviosismo.
Lena clavó sus pupilas verdes en la agente retándola a repetir la pregunta.
—Vale. Perdona. No puedo evitarlo.
—Alex, créeme. Soy la primera en querer que todo vuelva a la normalidad —Se llevó una mano al cuello de forma inconsciente.
—No hubiese sido capaz —dijo Alex interpretando su gesto. Lena mostró una mueca de confusión—. De terminar con tu vida. Ella no...
—Sinceramente, prefiero no llegar a ese punto —la interrumpió tratando de despejar la duda que revoloteaba por su mente.
—¿Cuándo va a despertar?
—No va a tardar. Está bajo luz solar, así que... —Lena sonrió ligeramente—. Alex. Sé que no empezamos con buen pie y lo siento. No estoy acostumbrada a formar parte de algo que no involucre hacer daño. A veces creo que estoy demasiado rota como para tener arreglo y me sorprende que no os importe, que a ella no le importe. Gracias. Por todo.
—Lena, eres parte de la familia. Y en nuestra familia todos somos uno. Eso sí, será oficial cuando pases la prueba.
—¿Prueba? ¿Qué prueba?
—Ni caso a mi novia. Se está quedando contigo —La voz de Maggie hizo que Alex se enfurruñara.
—Pues me parece muy bien, pero la próxima vez que Kara se emborrache la cuidas tú. La última vez se puso a cantar My heart will go on...
—Pero esa canción es una obra de arte y tengo entendido que Kara canta como los ángeles —intervino Lena. La situación le divertía. Sabía que Alex lo hacía a propósito para aligerar el ambiente antes de pasar a temas más serios, pero no le importaba. Eran trivialidades como esa la que fortalecían sus emociones, las que la hacían sentir feliz.
—... en kryptoniano —añadió Alex con molestia. Maggie y Lena estallaron en carcajadas—. Sí, sí, ahora mucho jaja, pero estuvo dos horas en bucle y eso suena como un cerdo con bronquitis.
—No será para tanto —replicó Lena retirando lágrimas de los ojos. Maggie se sujetaba el abdomen con las dos manos.
—Dile cómo hiciste para que se callara —sugirió Maggie. Alex le dedicó una mirada asesina—. Oh, vamos. Por fa.
Su novia suspiró. Lena la observaba con intriga.
—Pues al parecer los kryptonianos tienen cosquillas, así que le pasé un plumero por los pies.
—Pero... —Comenzó a decir Lena.
—Se le olvidó la letra y se quedó traspuesta —completó Alex—, así que la cuidas tú —repitió señalando hacia Maggie. Ésta se encogió de hombros con una sonrisa ensanchando su rostro.
—¿O puede cuidarla Lena? ¿Verdad, Lena? —Propuso Maggie. Las facciones de la dirigente de L—Corp se ensombrecieron. La realidad era muy diferente. Tenían demasiados frentes abiertos como para pensar en pasar una velada agradable con Kara.
—Voy a ver cómo está...
Alex hizo el amago de seguirla, pero Maggie la retuvo.
—Déjala ir. Lo necesita. Lo necesitan.Lena entró en la sala donde estaba Kara con paso ligero. Decir que estaba asustada era un eufemismo. Estaba aterrorizada. Nada le daba más miedo que no poder aguantar la mirada de la joven Danvers. Porque ahora sería nítida, sin las brumas de la krytonita, sería un espejo. Temía que no la viera de la misma forma o ver su reflejo convertido en un monstruo despiadado. Ella la había perdonado desde el mismo momento que creyó verla tumbada en el suelo de L—Corp, muerta. Cerró los ojos. "No lo permitiré", pensó para sí misma. Y un Luthor siempre cumplía sus promesas. Se acercó a la cama. Kara estaba dormida. Lena se contuvo para no retirar un mechón rebelde que le caía sobre la frente.
—Ojalá todo fuera más fácil, pero siendo una Luthor eso sería pedir mucho, ¿verdad? —Se sentó en una silla junto al borde de la cama—. Kara, yo... Tienes que enseñarme a perdonar, ¿sabes? Es curioso. La capacidad de perdonar nos humaniza, y sin embargo... Nos hemos apropiado de valores, de rasgos como si nos pertenecieran, pero todos somos parte de lo mismo. Somos parte de un Universo que tarde o temprano va a desaparecer. Soy científica, sé de lo que hablo. La cuestión es si será por nuestra mano o... ¡Dios! Estoy divagando. Perdona.
"No me está escuchando. Doy pena hablando sola", pensó mientras se pasaba una mano por el rostro.
—-Solo voy a conseguir que sigas durmiendo, si no me callo.
—Me gusta el sonido de tu voz —Escuchó susurrar.
—¡Kara! —exclamó Lena con alivio. Se puso de pie a una distancia prudencial, sin mirarle a los ojos.
—Lena, yo... —Kara buscó encontrarse con sus orbes verdes sin éxito—. Lena, mírame, por favor.
La joven Luthor ignoró su petición.
—No puedo, Kara.
—Claro que puedes. Soy yo, sigo siendo yo. Nada ha cambiado. Nada ha cambiado desde el primer día en que te vi.
—Kara, por favor.
—Me lo negué desde el principio —continuó—. Sabía lo que suponía. No quería creerlo. No podía ser. El día que Clark y yo fuimos a tu despacho... Ese día empezó todo. La pregunta es: ¿quieres que termine? Porque...
Lena la miró. Verde y azul se mezclaron hasta no reconocerse por separado. Eran lo mismo...
—No renuncies a tus poderes. —Renunciaré a mis poderes —Dijeron al unísono.
...pero al igual que Heathcliff y Catherine no lo entendían.
ESTÁS LEYENDO
Nueva Era (SuperCorp) TERMINADA
Fanfiction¿Puede el amor derribar los prejuicios, sanar las heridas, perdonar las mentiras? Os invito a descubrirlo.