Los besos caían como gotas de rocío sobre su piel. Con los ojos cerrados se dejaba arrastrar por el deseo sintiendo como su sed se apagaba con cada caricia.
-Mírame -rogó la dueña de sus suspiros con la voz rasgada por el placer. Tenía las pupilas llameantes, vivas. La obedeció hundiéndose en las profundidades. Las sábanas se movían a su compás, destapándolas por momentos, permitiendo que sus cuerpos destellaran al ser reflejo de la tenue luz de las velas.
Maggie se dejó caer sobre el pecho de Alex, cobijándose entre sus brazos.
-Siento lo de antes -se disculpó la agente Danvers-, no debí hablarte así. Lo siento, de verdad -Su voz, suave, sonaba arrepentida-. Lo siento, Maggie -repitió, mientras jugaba con su pelo.
-Ya lo hablamos antes. Deja de disculparte. Si vuelves a decir lo siento, vas a tener otra ronda -replicó con una sonrisa pícara.
-A mí eso no me parece una amenaza -dijo, frunciendo el ceño.
-Nadie dijo que lo fuera -contestó Maggie, mientras capturaba sus labios en un beso. Alex la correspondió con dulzura. La policía terminó recostada a su lado-. ¿Te preocupa Kara, verdad?
-Maggie...
-Cielo, es mejor que te desahogues. Bueno. Más. Ya me entiendes -le guiñó un ojo.
-Siempre estoy hablando de Kara. -La voz acusatoria de Kara resonó en su mente, "siempre estás con Maggie. Maggie esto, Maggie lo otro". En eso su hermana no tenía razón. Había renunciado a muchas veladas con su novia porque Supergirl no paraba de entrar en acción-. ¿Qué pasa con nosotras? Apenas hemos salido por ahí. Ni siquiera sé cómo se llaman tus compañeros o qué casos llevas. No es justo para ti. No lo es. ¿Cuándo fue la última vez que te dije te amo?
-Creo que me lo has dejado bastante claro hace unos instantes -bromeó de nuevo.
-Maggie, ¡no tiene gracia! Somos novias. Deberíamos tener una relación más equilibrada. Siempre eres tú la que debe seguirme.
Esta vez fue la policía la que la atrajo hacia sí. Le tomó la cara entre sus manos. En el rostro de Alex resplandecía la culpa.
-Alex Danvers. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Junto a ti encontré mi hogar, me encontré a mí misma y logré perdonarme. Estoy profundamente enamorada de ti -sus ojos brillaban de emoción al hablar-. Tras cada sonrisa, cada roce, cada mirada que me dedicas se esconde un te amo. Sé lo complicado que es ser la hermana de Supergirl. Entiendo que te preocupe. Es tu familia. Lo que no te perdonaría jamás es que me hicieras a un lado. Me tienes hasta el día en el que dejes de amarme. -Una sombra oscureció su mirada. Ese era uno de sus mayores miedos. Alex la observaba con los ojos cubiertos de lágrimas.
-Maggie, yo...
-Lo sé. Lo sé -dijo mientras se fundían en otro beso. Se perdieron de nuevo dándose cuanta de que lo que sentían iba más allá de las palabras.
Lena Luthor aún tenía el corazón en un puño. Eso era buena señal. Al menos seguía latiendo.
-Bien. Vas a tener que compensarme. El almacén 25 tenía tecnología muy valiosa.
Escuchaba la voz de su madre como si se encontrara a kilómetros de ella.
-¿Lena? ¡Lena! -gritó Lillian haciendo que su hija la mirara-. Será mejor que empieces a comportarte como lo que eres.
"¿Una cobarde?, pensó la joven, pero otras palabras salieron por su boca.
-Sí, madre. ¿Qué debo hacer?
-Antes de eso hay algo que debes saber. Lo que la agente Danvers quería llevarse era esto -sacó de su bolsillo un pequeño frasco-. Es el antídoto para neutralizar la kryptonita que Kara... -Al escucharla decir ese nombre Lena apretó los puños. "No la llames así, no tienes derecho"-... tiene en su sistema. Lo que le ha inyectado es un reactivo que convierte la kryptonita en kryptonita roja con un pequeño añadido: unos nanorobots que son capaces de activar su funcionamiento, nanorobots que yo controlo. ¿No te parece maravillosa la ciencia?
Lena abrió los ojos, horrorizada. Supergirl era un arma. Kara era un arma.
-Todo está a punto de estallar. Todo está preparado.
-¿Qué vas a hacer? No puedes...
-Los aliens serán exterminados. Todos.
-¿Por qué me lo cuentas? ¿Qué te hace pensar que no trataré de evitarlo a tus espaldas?
Sin que se diera cuenta, los hombres de Lillian la rodearon. Dos de ellos la sujetaron por los brazos. No se resistió. No merecía la pena. Lillian sacó otro frasco y con su contenido rellenó una jeringa.
-¿Sabes cuándo Kara va a perder el control? -Le dio un toque al tubo de la jeringuilla eliminando las burbujas. - Cuando sepa que sólo hay una forma de salvarte.
-Madre, ¿qué?
-Vendrás a mí cuando lo descubras -añadió clavándole la aguja en el brazo-. Tranquila, eres lo suficientemente inteligente como para averiguarlo. Mientras tanto, hay una forma de influir en la opinión pública, de llegar a todos, de que el mensaje de CADMUS sea subliminalmente extendido. Te he concertado una reunión con la persona adecuada. Te espera con los brazos abiertos.
Kara caminaba con paso decidido por los pasillos de CatCo. Desde que despertara del coma, se sentía extraña. Como si algo no fuera del todo bien. Sin embargo, lo achacaba a los efectos del antídoto. Ningún tratamiento funcionaba a la perfección. Debía regresar al trabajo, recuperar el tiempo perdido. Había tenido una charla con J'onn y Winn, los cuales aceptaron sus pobres explicaciones fácilmente. Sabían que no estaba preparada para hablar, así que sólo le hicieron prometer que no volvería a cometer una imprudencia. La pusieron al tanto de las novedades y ella se aseguró de que en cuanto se supiera algo nuevo, la avisaran. Podía regresar a la mansión de Lillian, pero era poco probable que siguiera allí. En cuanto al almacén que Lena les había indicado estaba repleto de tecnología Luthor. Lo habían puesto bajo custodia de la DEO y estaba altamente protegido. Nadie en su sano juicio intentaría entrar. A pesar de saber que debían comunicarse con Cisco cuanto antes, J'onn había decidido darle un par de días libres para que se recuperara. "Como si eso fuera posible. Necesitaría arrancarme el corazón", pensó con amargura. Se dirigía al despacho de James. Sentía que hacía siglos que no hablaba con él. Sin llamar a la puerta entró en su despacho. Su amigo no estaba. En su lugar, una mujer esbelta, de ojos verdosos la miraba con frialdad. Kara se quedó congelada en el sitio, con su carpeta en el aire. Delante de ella estaba la única persona en el mundo a la que deseaba no ver.
Lena Luthor.
Espero que os haya gustado. No sé si estoy dando vueltas en círculos o la historia avanza. Quizás se hace pesada, o incoherente. (Si es así soy toda oídos). Gracias por leer y comentar.
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Nueva Era (SuperCorp) TERMINADA
Fanfiction¿Puede el amor derribar los prejuicios, sanar las heridas, perdonar las mentiras? Os invito a descubrirlo.