Capítulo 5. Encrucijada

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—Kara, no me estás escuchando —la increpó con tono molesto. Era la tercera vez que le pedía que le mostrase la llave de Cisco. Estaba deseosa de escudriñarla en toda su extensión y averiguar su funcionamiento, pero su hermana parecía no querer hacerle caso.

—Kara —gritó, ya exasperada, tras pasarle la mano por el rostro sin que ella reaccionase.

Cualquiera diría que estaba ante Supergirl. La joven parecía perdida en sus pensamientos y debían de ser muy interesantes pues no lograba que regresara a la realidad. Alex, frustrada, señaló a Winn con la cabeza para que le echase una mano. Él se encogió de hombros y continuó tecleando códigos que aparecían en la pantalla de su ordenador con suma velocidad. No se detuvo hasta que sintió una uña clavarse en su espalda. La agente le apuntaba con su "famoso" dedo índice y eso solo significaba una cosa: los códigos podían esperar.

—Vale, vale, si insistes —dijo, con un matiz asustado en sus palabras. Alex podía llegar a dar miedo. La siguió hasta salir del cuarto y caminó junto a ella por uno de los múltiples pasillos que hacían del edificio de la D.E.O. un auténtico laberinto. Cuando la agente se creyó a salvo de los poderes de Kara, se paró y con gesto preocupado se dirigió a él.

—¿Qué le pasa a mi hermana?¿Has estado jugando con algún tipo de kryptonita?

—¿Qué?¡Claro que no! —exclamó con incredulidad.

—Winn —insistió con tono maternal, como si estuviese hablando con un niño. Se cruzó de brazos y alzó una ceja de forma acusatoria.

—No. Lo juro. Lo de la otra vez solo fue una broma. A James le... —abrió los ojos al máximo para luego llevarse una mano al cuello y rascarse la parte trasera de la cabeza—. No, no, James no sabe nada —se desdijo rápidamente—. Esto, yo... ¡Uy! Me llaman... —se excusó señalando el pequeño micrófono insertado en su oído. Antes de que Alex pudiera detenerlo ya había echado a correr. Si el estado de Kara no tenía nada que ver con Winn, ¿a qué se debía? Decidió regresar al centro de operaciones para ver si Supergirl había vuelto en sí. Afortunadamente, parecía recuperada y charlaba con el informático. Por los gestos de su cara, la estaba poniendo al corriente de su conversación en los pasillos.

—¿Te encuentras bien? —se interesó Alex, una vez que alcanzó su posición—. Antes estabas ida.

—Alex, es la primera vez que nos vemos esta mañana —replicó con desconcierto.

—¿Qué? No. ¿Seguro qué estás bien?

El extraño comportamiento de Kara comenzaba a preocuparla.

—Perfectamente, ¿por qué? —inquirió con una sonrisa.

—Me estás tomando el pelo, ¿no?

—¿Yo?¿Por qué habría de hacer eso?

Un destello cruzó sus ojos y pareció encender una pequeña bombilla en su mente.

—No puedo creerlo. Eres como una niña pequeña —dijo tras comprender el motivo de su actitud.

—Has roto una norma sagrada en el código de hermanas —replicó Kara formando un puchero.

—¿No me digas que le has cogido ropa de su armario sin permiso? —intervino Winn, desde sus sitio, con una sonrisa socarrona. Alex lo miró con la pregunta ¿en serio? dibujada en la frente, gesto que no pasó desapercibido.

—¿Qué le pasa a mi ropa? Yo tengo muy buen gusto. ¿O no?

—Sí —respondieron al unísono.

—Seguro que no se atreve a decirle eso a Cat —añadió Winn por lo bajo ganándose una mirada divertida de la agente.

—Alex, esto es serio. Terminaste de ver la película sin mí.

Nueva Era (SuperCorp) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora