Epílogo

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Jungkook

Fue verdadera música para mis oídos el escuchar las noticias esa tarde

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Fue verdadera música para mis oídos el escuchar las noticias esa tarde. Dejé caer una exuberante cantidad de whisky sobre mi vaso con hielo y se me salieron varias carcajadas mientras oía a la reportera hablar.

—Durante la mañana de este miércoles, el reconocido y violento mafioso italiano Carlo Franco Muscatello fue apresado por la policía internacional en el aeropuerto de Busan. Los oficiales indican que no fue apoteósico hacerlo, y más bien sospechan que el imputado tenía intenciones de entregarse a la justicia, ya cansado de huir. El tribunal solicitará el presidio perpetuo calificado durante la próxima semana con un muy buen panorama. Aquel será el día en que Corea del Sur podrá decir que en ella la justicia venció.

Carlo no tardó en encontrar la carta, desesperarse e ir a su encuentro a Italia. Traté de detenerlo solo para provocarlo aún más y que su partida fuera inminente.

—¿Qué tal? —saludó Nora al entrar a mi cuarto, moviendo su hombro en círculos como si le molestara—. Tengo un dolor de espalda del demonio.

—¿Un whisky? —le ofrecí, poniéndome de pie.

—Por favor —respondió y contenta dio una vuelta sobre su eje frente a mí—. Era cierto lo de la faldita, ¿te gusta?

—Me encanta —contesté con sinceridad, recibiendo devuelta mi tarjeta desde sus manos y sintiendo mi entrepierna abultarse tras su toque—. Te ves preciosa.

—Tengo que desintoxicarme. Me veo extraña con tanto alcohol y medicamento.

—Lo vale. Había que personificar bien esto —comenté, cerrando la botella y volviendo a tomar asiento en mi sofá.

—Sí —convino musitando, cabizbaja—, pero lo de Jimin fue bastante arduo y molesto. No debí involucrarme con alguien como él, mi padre tenía razón.

—Es una ley bastante simple: Una princesa nunca mirará a los ojos a un sirviente.

—Lo intenté —respondió con un dejo de genuina confesión.

—Sí, claro.

Hobi entró ruidosamente también a mi habitación, emitiendo largos berridos por algún motivo, y una sonrisa se deslizó fácil en mi rostro.

—Mi cabeza me mata, empezó a hacer un calor de mierda —se quejó, atreviéndose a quitarme el vaso frío de whisky de mi mano y bebiéndolo casi por completo.

Carcajeé de buena gana y volví a levantarme para desordenar tu cabello.

—Esta misión te puso insolente por lo que veo.

—¿Me merezco una semana libre o no? —indagó con ojos grandes y esperanzados.

—Claro que sí, hermano. Además, alguien debe ocupar el lugar de Tae, y con esto queda claro que puedo confiar en ti. Puedes venir solo a las reuniones que convoque y tendrás todo el resto del tiempo para tu familia —le dije sacudiendo su hombro con cariño—. Bienvenido a Bangtan ahora.

Su mirada se iluminó y dejó salir una pequeña risa de nervios.

—Vaya, señor, muchas gracias, es todo un honor.

Estrechamos nuestras manos con energía y su mirada se fue con gran estima hacia Nora.

—Igual vendré seguido a vigilar a esta niña —añadió y yo asentí—. Es más calculadora que yo a veces.

Nora se acercó a abrazarlo con energía y le susurró un 'gracias por todo' que no despertó en mí nada más que profundo bienestar.

—Nos vemos, mona —se despidió Hobi, dirigiéndose a la puerta.

—¿Mona? —inquirí y Nora se echó a reír.

—Déjanos tener una broma interna, no te vas a morir —replicó Hobi sonriendo. Y siendo esa la primera vez que me tuteó, se marchó.

Nora entonces se ubicó en el espacio largo del sofá junto a mí. Con confianza se acomodó en el espacio entre mis piernas, descansó su cabeza en mi pecho y se puso a ver la televisión. Cambiar su estrategia fue lo más inteligente que pudo haber hecho. Me sentí orgulloso de que entendiera que debía ser fría como los demás lo han sido con ella, y así evitar su propia muerte.

—Mi padre enloqueció —comentó luego de escuchar por un rato las noticias, y fue lo único que dijo al respecto de él—. Mi lugar es junto al más poderoso de todos. Creo que es algo así como mi destino, puedo sentirlo.

Estimuló mi ego de la forma en que solo ella sabe hacerlo y sentí cosquillas por todo el cuerpo. Que esas palabras salieran de su boca era demasiado decir.

—Bueno —dije con cuidado—... si lo sientes ahora sí podemos comenzar de verdad.

Nora se removió tiernamente entre mis brazos y asintió.

—Supongo.

—¿Cómo se dice 'mi novia' en italiano? —pregunté con curiosidad.

—De muchas maneras. La mia ragazza es la más común —contestó con un bellísimo acento.

—¿Eres la mia ragazza?

Ella se volteó con suavidad para mirarme mejor y lo hizo muy fijamente. Prolongó demasiado la conexión que se generó y sus iris comenzaron a tomar suaves matices desconocidos para mí. Me vi de pronto muy pequeño; su mirada ahora era imposible de interpretar.

—Soy tu novia solo si ahora confías en mí lo suficiente para dejarme salir de verdad. ¿Lo haces? —inquirió y sentí miedo por primera vez—. ¿O prefieres apostar?

 ¿O prefieres apostar?

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FIN

La Mia Ragazza | J.JK - P.JM [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora