VII

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Al día siguiente, por la noche, mi padre practicaba sus barajadas para comenzar a hacer trampa

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Al día siguiente, por la noche, mi padre practicaba sus barajadas para comenzar a hacer trampa. Sus ojos me decían que había vuelto al inicio. Que debía comenzar otra vez al menos en el juego tradicional, y así como distinguía su frustración, también podía ver que su expertiz intacta le inyectaba cierta dosis de placer, y lo veía sonreír sutilmente con cada carta robada que luego emergía de su manga con la forma de un as.

Sigilosamente le escribí a Jimin 'ahora' y lo deslicé por la muralla. Luego, rápido regresé a donde estaba mi padre y caminé frente a él un momento, nerviosa.

Había decidido intervenir por él tras sus insistencias.
Solo en mi imaginación tenía lugar el placer que sería poder salir libremente con Jimin, y que mi padre y él se lleven bien.

—Te ves bonita, hija.

Toda la masculinidad que emanaba de sus gestos me llevó a tomar asiento en su regazo.
Él solo corrigió su postura para permitirme estar más cómoda y continuó practicando sus trucos con la baraja.

—Papi es que... Escucha, quiero presentarte a alguien.

Detuvo todo movimiento y me miró.

—¿Perdón?

—Salí a pasear un día, ¿de acuerdo? Me sentía ahogada... no me regañes.

Él solo guardó silencio, escrutando mi expresión.

—Es muy amable conmigo y... quiero que me dejes salir con él.

—Estás bromeando, Nora. No tengo tiempo para ju...

—Está afuera —me apresuré a decir, temblorosa.

Enseguida me incorporé y abrí la puerta de entrada. Jimin estaba detrás de ella, con las manos en los bolsillos y ojos nerviosos.

—Entra rápido —le susurré entre dientes.

Comenzó a moverse con cautela y yo tiré de su brazo para que lo hiciera de una vez.

—Wow, wow —carcajeó y sacudió la cabeza.

Volteó a ver a mi padre y se tensó. No supo dónde meter las manos. Primero las llevó a sus bolsillos, después cruzó los brazos y luego los soltó.

—Buenas noches, señor —dijo al fin y aclaró su garganta—, ¿cómo le va?

Mi padre lo escaneó de pies a cabeza con una sonrisa desdeñosa y contuvo una carcajada. Se incorporó entonces y soltó las cartas que estaba barajando.

—¿Cómo me va? —indagó divertido—, ¿cómo crees que me va?

—Papá, él es Jimin —intervine poniéndome frente a él sutilmente.

—Vengo para que escuche de mí boca cuánto quiero... pasar tiempo con su hija. Hace años que...

—¿Pasar tiempo?, ¿tiempo en qué? Eres ridículo al pedirme eso sabiendo la tamaña pocilga que es este lugar. Abriste la boca y ya la cagaste.

La Mia Ragazza | J.JK - P.JM [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora