No. 1.12. Rosalyn lo llamaba amor violento

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Aquí termina el arco de Rosalyn.











Hubo un momento en el que realmente sintió que enloquecía, cuestionandose, castigándose por no encontrar la causa, el motivo, la razón, el incentivo que los llevó a este momento.

"Rosalyn".

"Mmm", ella vierte el vino en su copa como una prostituta embriagando a su primer cliente de la noche, tramando cuidadosamente llevarlo a la inconsciencia para hacer de él lo que quiera.

Llevan horas bebiendo y ella sigue llenando su copa.

Porque están solos.

Y a ella le gustaba así.

Inconsciente.

Débil.

Vulnerable.

Había encontrado placer en su inconsciencia, cuando no podría pelear contra ella, cuando no podría defenderse de los juegos que le gustaba hacer con él. Dónde ella podría conquistar su cuerpo mientras arremetía contra su ser, fingiendo ser un hombre que lo toma, lo ultraja y se complace con verlo en una lujuria sexual interminable, orgullosa de ser quien le brinda placer a pesar de sus órdenes para detenerse.

Porque Cale no rogaba, había aprendido que rogar solo los emocionaba.

...S-Se ha convertido en una cosa.

"¿Qué ocurrió?", no encuentra otra forma de comprimir todas sus dudas que en esa insignificante pregunta llena de sentimientos aplastantes.

Cale, se había dado cuenta de que las cosas que antes le gustaban eran como cenizas en el viento, insípidas, ignorables e incluso agobiantes. Ya no encontraba tranquilidad en ahogarse en vino incluso cuando antes, bebía tanto como podía, hasta el punto de no recordar nada una vez estuviese sobrio, lo volvía un poco más fácil, el no recordar esos momentos en que uno de ellos se volvía necesitado y apartaban su ropa, manoseaban su cuerpo, gobernaban su boca y susurraban en su cuello lo mucho que lo amaban.

...Rosalyn le hizo temer estar ebrio. Sabía tan amargo, estremecía tanto su cuerpo, picaba sus ojos y casi era imposible de tragar.

Vino significa sexo que no recordará.

Vino significa ella sobre él, marcando su cuello, apartando su ropa y murmurando suavemente que lo ama.

Vino es ella sobre él, abriendo su pantalón, separando sus piernas y sacando su pene, acariciandolo hasta levantarlo, haciéndolo sentir culpable y temeroso por estar excitado por sus caricias.

Empieza a preguntarse si realmente no disfruta estos momentos, si ha empezado a desearlos.

Rosalyn le sonrió, sentada en la mesita de café, sosteniendo la pierna desnuda de Cale mientras agregaba nuevos hechizos a las restricciones. Fue cuidadosa y atenta, como quien trata con un tesoro invaluable y amado.

Se siente frágil en su palma, ahora es tan blanco como la leche, las marcas de amor que dejó la noche anterior siguen ahí y se ven tan hermosas en su piel que Rosalyn se siente mojada, el cosquilleo que despierta el deseo en su vientre.

"¿De qué hablas, Cale?".

Las formalidades se habían perdido hace mucho tiempo, tras la primera vez que ella tocó su piel y probó sus labios.

Las cosas no necesitan respeto, solo ser poseídas, tomadas y tomadas hasta que el amo este saciado.

No importa, nada importa mientras la cosa no se rompa.

El tesoro que con celo protegen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora