El tesoro que con celo protegen

No. 2. 4. Demonio castigador

Y cuando llegaba a su apartamento por las noches estaba oscuro.

Sin nadie que lo recibiera.

Seung Jong se acuclilló en el marco de la puerta, rozando con sus dedos las marcas en la madera. Su sonrisa era afable mientras acariciaba esas marcas gastadas. Empezaba a extrañarlo de nuevo, a esa pequeña estrella que brillaba tímida en sus tinieblas, siempre lo extrañaba. Los días pasaban, se volvían semanas, luego meses y empezaba a necesitarlo otra vez. "Creo que debería ir por ti", sus murmullos eran como un grito en ese lugar oscuro y frío.

Se levantó, tarareando en su solitario hogar.

"Si...tal vez ya empiezas a extrañarme".

][

Kim Seung Jong sonrió, las sonrisas le daban una apariencia suave a su rostro de erudito, lo volvía más accesible, confiable, Seung Jong sonreía y era como si el sol se asomara por las montañas, así de cálido, así de bonito, así de hechizante. Las sonrisas lo hacían ver amable, Dak Ho lo miró y no pudo evitar ver a Rok Soo en la forma de sus ojos, en su mandíbula, eran muy parecidos si prestabas la suficiente atención.

"Rok Soo es un buen niño, y me hace feliz que este bajo el cuidado de una familia tan estable", sus ojos, cuando hablaban de Rok Soo, eran suaves, cálidos en un cariño tan desbordante que Dak Ho sonrió sin darse cuenta. "Yo...yo estoy agradecido de que puedan cuidarlo", aun sentado, empujó su silla con los pies, alejándose de la mesa y se inclinó, casi golpeando su frente con el borde. "Muchas gracias por acoger a mi Rok Soo".

Sobresaltada, Dak Ho se levantó, inclinándose sobre la mesa para darle una palmadita nerviosamente en el hombro. "No hagas eso, está bien, acoger a Rok Soo ha sido una bendición para nosotros, es un niño tan bueno, ¿Cómo puedo dejar que te inclines asi?", preocupada, lo alentó a enderezarse.

Kim Seung Jong sacudió violentamente la cabeza, aún inclinado. "Uno se inclina cuando quiere pedir un favor".

Dak Ho volvió a sentarse, mirándolo con aprehensión. Este era el tío de su pequeño Rok Soo, ¿Cómo podía tratarlo con descuido?, Todo lo que pertenecía a Kim Rok Soo era un tesoro para Dak Ho.

El hombre respiró temblorosamente, apretando las manos en sus rodillas.  "Fue duro", admitió, con un nudo en la garganta. "Cuando mi hermano murió fue tan duro", levantó entonces la cabeza y la miró, su expresión era tensa y sus ojos llorosos, se veía tan frágil, como vidrio, impulsaba los instintos protectores de las personas. "Y Rok Soo...él no entendía que ocurría, solo sabía que sus padres ya no estaban y tenía que quedarse conmigo...y yo no supe como lidiar con eso".

Dak Ho lo compadecía, porque si perdiera algo tan importante de repente, sin aviso, sabía que no podría reponerse...no de nuevo, la perdida era algo duro para los que se quedan atras. "Lo lamento mucho", su propia voz se rompió, casi palpando ese dolor.

Kim Seung Jong respiró hondo, sus ojos llorosos se habían enrojecido. "Rok Soo es lo único que me queda, pero no puedo cuidarlo, soy un obsesivo del trabajo sin remedio", rió, con una lágrima resbalando por su mejilla. "Pero es el pequeño hijo de mi hermano y...y quisiera tu permiso para ir a verlo, solo de vez en cuando, no seré una molestia, solo quiero ver qué este bien, llamaré con mucha antelación, puede ser una hora, unos minutos", su voz se volvió apresurada, como si temiera una negativa de la mujer. "Estaré tranquilo mientras pueda estar seguro de que está bien".

Saebyeok se ha ido de viaje...Dak Ho le apretó la mano. Pero se ve tan destrozado, observó la apariencia pálida del hombre y sus ojos suplicantes. Yo también estri destrozada si no pudiese ver a Rok Soo. "Por supuesto, la familia es importante", quiso reconfortarlo con una sonrisa vacilante. "Pero debo preguntarle a Rok Soo que opina de ello".