No. 1.15. Repercusiones II

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Ron los observa desde la ventana, Cale está sentado en el patio, vigilando a los niños mientras juegan, Choi Han se sienta tras él, rodeándolo (encarselandolo). Es como volver tres años atrás, cuando la guerra aún no los tocaba y la gente no conocía héroes.

Cuando Cale era simplemente Cale.

"¿Por qué lo permites?", Cuestionó a Eruhaben.

No era la primera vez que hacía eso, hacer preguntas, cuestionar al ser que podría matar con solo...desearlo.

Es su culpa, susurra su propio corazón. Si él hubiese intervenido, jamás hubiesen podido tocar al niño. Ron lo resiente, a él y al poder dentro de ese cuerpo inútil de mente débil que pudo haber hecho tantas cosas y eligió el camino fácil.

Los seres más poderosos eran perversos.

Lo odiaba.

Lo odiaba tanto.

Si tan solo pudiese matarlo...

Si pudiese matarlos a todos y llevarse al niño.

Si tan solo...

"Necesitaba que Cale se rompiera", explica, agitando con suavidad el líquido rojo con el que había pasado noches en vela estudiando. "Un poco, solo un poco".

Me lo quitaste, Ron apretó levemente las manos, apenas un espasmo silencioso, un pequeño descuido. Me lo quitaste...

Eruhaben se detuvo, bajó lentamente el vial y se enfrentó a la mirada del humano. Ron se tensó bajo esos ojos que todo lo ven.

"Cuidado, humano", dijo Eruhaben amistosamente, volviendo a juguetear con el vial. "Esos pensamientos...tus pensamientos no me gustan".

El espasmo de nuevo sacudió sus manos, la sonrisa en los labios de Ron fue más amable, más servil, más fría mientras se enfocaba en él, solo en él.

"¿No se me permite tener pensamientos propios ahora, mi señor?".

Eruhaben sonrió, mostrando sus blancos dientes. "No, no puedes, eres mi mascota ahora", observó fijamente al hombre.

Mascota...su mascota, Ron no se inmutó ante la humillante degradación, ni apartó la mirada. No le temía.

Tal vez por eso Eruhaben lo disfrutaba tanto.

"¿Y que quiere mi maestro que piense?", su tono inquisitivo era casi cariñoso, repugnantemente dulce.

"En mi", respondió Eruhaben, bajando la cabeza y volviendo a su trabajo.

Solo en mi...

Ron no pudo mantener su sonrisa, ya no.

"...Haré mi mejor esfuerzo".




][





La habitación es asfixiante, su presencia es aplastante.

Rosalyn tiembla, temerosa al ser vista por él, al realmente ser vista.

"Embarazada", pronuncia Eruhaben lentamente, saboreando la palabra y encontrandola amarga.

Rosalyn retrocedió, evitando mirarlo. Eruhaben no dejó de verla, como si al parpadear, ella huiría.

"Tal-l vez me equivoque", tartamudeó ella, como la niña pequeña que cometió un error, un error imperdonable.

Nunca se equivocaba.

El tesoro que con celo protegen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora