No. 1.21. Confrontaciones

490 61 18
                                    















¿Cuánto tiempo ha pasado?

Para que Raon sea más alto que él ahora.






][





Crecemos.



Sufrimos.




Hacemos sufrir a otros.



Solo queda volver a empezar...
















][




Los niños habían sido a lo que Cale se había aferrado, creyendo que podría aguantar mientras ellos siguieran ahí, mientras pudiera protegerlos, mientras fueran su responsabilidad. Había confiado en que podría sobrevivir dependiendo del sofocante pensamiento de que los niños lo necesitaban y nadie los cuidaría como él los cuidaba, nadie los amaría de la forma en que los amaba.

Cale temía el día en que tuviesen que enfrentar al mundo y él no estuviese ahí, observandolos.

Porque eran sus niños amados, sonrientes, listos, amables.

Los había...

Los crié bien, ¿n-no?, Se preguntó en medio de la noche, estrujado en los brazos de Rosalyn, escuchandola llamarlo entre sueños tan suavemente. Yo...yo los crié bien, ¿Verdad?

Tenía...él tenía dudas, se preguntaba que había sucedido, que había hecho, que no había hecho, como les había fallado, porque tuvo que haber hecho algo mal.

Tuve que haberlos lastimado para que me dieran la espalda, pensó, inquietandose cuando Rosalyn lo apretó más, llamándole entre balbuceos dormidos. Yo...yo no crié niños crueles.

Ellos cambiaron...

Fueron cosas pequeñas, actos pequeños. Lo disimularon bien al principio, casi no se dio cuenta de que algo ha cambiado, de que los niños que cuidaba habían desaparecido.

¿Sabes lo duro que fue...aceptarlo? Que los niños que había criado ya no estaban, que de alguna forma se habían ido, cuando él no estuvo prestando atención, fue...fue como si hubiese parpadeando y ellos cambiarán.

Lo que más le dolió, fue On.

On, su pequeña niña grande incluso empezó a participar, tomó la iniciativa de darle las pociones, sabiendo que nunca podría arrojarselo a la cara, como había hecho con los otros; preparando esos malditos baños, disuadiendolo para que no luchara.

"Te n-necesitamos".

"¿Qué...qué haremos sin ti?".

"Papi...¿Puedes quedarte?".

Ella lo miraba con sus grandes ojos llorosos, con sus mejillas sonrojadas y nariz roja, sollozando entre respiraciones agitadas, con su bonita voz rompiéndose, ella lucía tan lamentable cuando le rogaba que a Cale se le rompía el corazón. Eruhaben le enseñó a mantenerlo dócil usando el recuerdo de la niña abandonada que Cale había cuidado y nutrido.

Y On era buena en eso.

"¿Estas cómodo?", preguntó masajeando los pies de Cale que cada vez se veían más frágiles, más bonitos, como pequeñas piezas de porcelana fina.

Cale miraba por la ventana, ignorandola como si fuese una mota de polvo que lo ensucia.

Ya no nos mira.

On apretó los labios temblorosos. "¿Por cuánto...?", se le apretó la garganta, tenía tantas ganas de llorar. "¿Por cuánto tiempo me ignorarás?", Lleva mucho tiempo haciendo esa pregunta.

El tesoro que con celo protegen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora