𝟏𝟕. 𝐂𝐚𝐫𝐨𝐥 𝐁𝐚𝐤𝐞𝐫

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𝐄𝐝𝐝𝐢𝐞

Eddie llamó hace dos horas para decirme que llegarán tarde, los chicos de la banda y él están trabajando duro en el estudio de grabación.

Preparo la ducha para Violet, bañar a mi princesa es una de las cosas que más disfruto, las risas no faltan cuando chapotea o cuando el agua salpica su pequeña carita, a Eddie también le gusta bañarla pero ha estado ocupado últimamente.

—Cassie ya llegamos —dice detrás de la puerta, Violet se emociona al escuchar a su padre.

—Está bien amor —sigo con lo mío.

Luego de unos minutos hemos terminado, enredo a Violet en su toalla y salimos del baño.

Eddie está sentado en la orilla de la cama, tiene entre sus manos su adorada guitarra, parece que le está haciendo algunos ajustes.

—¿Cómo les fue amor? —pregunto mientras cambio a mi pequeña, Eddie se levanta y se acerca.

—Hola mi reina y mi princesa, las extrañé mucho el día de hoy —por su aliento puedo percibir que bebió.

—Si, se nota —digo con sarcasmo. —Apestas a alcohol —pongo cara de desagrado.

—Solamente fueron algunas cervezas Cassie, una canción quedó mejor de lo que imaginamos y quisimos festejar —ruedo los ojos.

—Que trabajo tan divertido —me da algo de coraje, mientras yo cambio pañales él se divierte con sus compañeros.

—Vamos Cassie sólo fue hoy, Lauren tuvo la idea, es muy divertida, hace mucho que no la pasaba tan bien —no puedo creer lo que está diciendo, quiero creerle cuando dice que no se siente atraído por ella pero por sus comentarios es difícil hacerlo.

—Lauren, Lauren, deja de hablar de ella —se ríe y se acerca otra vez a mí.

—Amor de la única que hablo es de ti, tú eres la única que vive en mis pensamientos, bueno también está princesa —besa la mejilla de Violet y ella ríe.

—Date una ducha por favor.

𝐑𝐮𝐛𝐲

—Buenos días Nate —saludo antes de entrar a mi oficina.

—Ruby espera, ¿podemos hablar? —ruedo los ojos y doy media vuelta.

—¿Dé que quieres hablar Nate? —pregunto con tono sutil pero en realidad estoy fastidiada, me molesta que no entienda que no quiero nada con él.

—Sobre lo de ayer, no sé cómo interpretar ese “lo siento Nate” —hace comillas con sus dedos.
—¿Puedes explicarme? —asiento con la cabeza.

—La explicación la has tenido desde siempre, Nate no quiero nada con nadie y menos en este momento, tú sabes que en mi relación con Steve viví cosas muy fuertes las cuáles me dejaron heridas que aún no he podido sanar —niega con la cabeza, da unos pasos hacía adelante quedando cerca de mí.

—Yo puedo ayudarte a sanar, sólo abre tu corazón y déjame demostrarte que puedo amarte cómo te mereces, Ethan merece una familia —frunzo el ceño.

—Ethan ya tiene una familia, el hecho de que Steve y yo no estemos juntos no significa que le vamos a fallar como familia —

—¿Por qué te aferras tanto a él? ¿por qué si Steve ya te soltó? —sus palabras me lastiman, me dió justo dónde más me duele.

El timbre del teléfono nos interrumpe y lo agradezco.

—Buenos días, agencia Launate —respondo luego de suspirar.

—Buenos días, soy Carol Baker, quisiera agendar una cita con Nate Jones —

—Permítame un momento señorita Baker —el rostro de Nate cambia repentinamente.
—Carol Baker quiere una cita —susurro para evitar que nos escuche por el otro lado.

—No tengo espacio, dile que en cuánto tenga un lugar me comunico con ella —asiento con la cabeza, la pierna de Nate se mueve sin control.

—Señorita Baker por el momento Nate Jones no puede darle una cita pero en cuánto haya un lugar me comunico con usted —termina la llamada.
—¿Bueno? ¿bueno? —nadie responde.

—Tengo trabajo, nos vemos más tarde —se levanta y se va.

Su última pregunta da mil vueltas en mi cabeza, me niego a aceptar que Steve me soltó desde hace mucho pero, ¿y si Nate está en lo correcto?.

En mis pensamientos hay otra duda, ¿por qué Nate se puso tan nervioso con esa llamada?.

𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞

He llegado al hotel dónde papá se está hospedando, necesito aclarar algunas cosas.

—Hola hijo, ¿cómo estás? —pregunta mientras me abraza fuertemente.

—Bien, ¿y tú? —respondo a secas, aún no me siento en confianza.

—Bien hijo y ahora que estás aquí me siento mucho mejor —palmea mi hombro.

—¿Tú invitaste a Anne al bautizo de Ethan? —parece confundido pero sé que sabe actuar a su beneficio.

—No hijo, te juro que yo no tuve nada que ver —entrecierro mis ojos como si así fuera a leer su mente.

—Me cuesta mucho creerte —

—Yo no lo hice Steve, no mentí al decir que quiero recuperarlos pero entiendo que no me creas —

—Sabes las cosas que pasaron con Anne, Ruby se enteró y ahora ya no quiere verme, intenté despedir a Anne pero me siento mal por su madre —papá frunce el ceño.

—¿Por su madre? ¿Qué pasa con su madre? —

—Dijo que necesita el trabajo porque su madre está enferma y depende sólo de ella —suelta una carcajada.

—No hijo, la mamá de Anne está en perfectas condiciones, toda su familia vive en Londres y el dinero es lo que menos les hace falta —me siento tan idiota por haberle creído, utilizo el teléfono de papá y la cito en mi departamento.

—Hola Steve, ¿en qué te ayudo? —pregunta apenas atraviesa la entrada del departamento, intenta seguir con su farsa.

—Hola Anne, necesito tu firma aquí —señalo la parte inferior de una hoja.

—Pero esto es una renuncia, creí que te habías tocado el corazón y me dejarías seguir con mi empleo, sabes que mi madre está enferma y aún así me echas —una sonrisa se forma en mi rostro.

—No es necesario que sigas mintiendo Anne, sé que vienes de una buena familia que reside en Londres y que tu madre afortunadamente está perfecta de salud —su mirada apunta al piso, al parecer se quedó sin argumentos. —Estás despedida, toma tus cosas y vete —apunto la puerta.

—Me das tanta pena —sonríe. —¡Sigues buscando algo que ya no existe, lo tuyo y lo de esa estúpida ya no está Steve, acéptalo! —

—No sabes nada, no tienes ningún derecho de hablar sobre eso —

—Sé lo suficiente para hablar sobre eso, ella ya no te ama y así pases toda tu vida juntando las piezas que se perdieron nunca podrás armar ese rompecabezas de nuevo, el para siempre no existe y te tocará descubrirlo de la peor manera —sus palabras están llenas de resentimiento, espero que no de certeza.

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𝐒 𝐄 𝐌 𝐏 𝐈 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora