𝟔. 𝐋𝐨𝐮𝐢𝐬 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐢𝐧𝐠𝐭𝐨𝐧

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𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞

Empujo la puerta de su oficina, tiene un vaso de whisky en su mano y en la otra una pluma.

—Si buscas a Anne no está —

—¡No la busco a ella sino a ti, quiero que me digas porque eres tan hijo de puta! —golpeo la pared.

—¿De qué mierda estás hablando? —se levanta y me mira desafiante.

—¡Angela ya me contó todo, no puedo evitar sentir rencor hacía ella o hacía su padre, pero tú, tu eres mi papá y no te importo joder mi vida! ¿qué culpa tengo yo de tus problemas con Joe Munson? —tiene la mirada perdida.
—¡Dime Louis Harrington! ¿acaso destruyendo mi vida lograste recuperar la tuya?! —niega con la cabeza.

—Espera hijo —camina hacía mí y trata de tocarme.

—¡Olvídate de mí, no quiero volver a verte nunca más! —cierro la puerta con fuerza, salgo de ese lugar esperando no tener que regresar nunca más.

Conduzco hacía el bar donde toca Eddie, espero no encontrarme con nadie conocido porque quiero estar solo.

Conduzco lentamente por las calles solitarias de Hawkins, cada vez me acerco más a la casa de los Munson, daría todo porque ella se encontrara ahí pero no es así, miles de kilómetros nos separan.

Estaciono mi auto unas casas antes, rodeo la vivienda hasta llegar a la ventana de su habitación, con cuidado subo por las protecciones y agradezco que la ventana no tenga el seguro.

Al entrar siento una presión en mi corazón, hay un recuerdo en cada rincón de este lugar, voy hacía el armario y me percato de que dejó su sudadera favorita, la tomo entre mis manos y respiro profundo hasta sentir mis pulmones arder, aún guarda su olor.

Me acuesto en su cama abrazando la prenda, ubico una pequeña colección de libros que están en su mesita de noche, los tomo y comienzo a leer sus portadas, entre ellos encuentro una pequeña libreta, esperaba que fuera de alguna materia de la escuela pero su contenido es muy diferente.

Me costó entender de que trataban todas estas fechas, al parecer Ruby anotaba sus periodos menstruales y los días que teníamos sexo, mis ojos se detienen en la última fecha que la hice mía, 14 de mayo de 1986.

Recuerdo la edad que Robin dijo que tenía ese bebé, me ayudo de mis dedos para hacer cálculos y si mi mente no me engaña, estoy bien por ciento seguro que ese pequeño... es mi hijo.

𝐑𝐮𝐛𝐲

Estoy frente al espejo y tengo una sonrisa de oreja a oreja, realmente me gusta mucho lo que veo, ya no soy aquella chica de hace dos años, cambié demasiado y no sólo en lo físico.

Tina me ayudó a escoger este vestido, tengo que agradecerle porque luzco fantástica, no quiero imaginar el vestido que me consiguió para mí exposición.

Pinto mis labios de un rojo intenso, me pongo un poco de perfume y tomo mi pequeño bolso, salgo de mi habitación y entro con cuidado a la de Ethan ya que siempre se duerme a las nueve, depósito un beso en su frente y mi corazón se estremece al escucharlo suspirar.

—Buenas noches Polly, que linda se ve hoy —es Nate, salgo de la habitación.

—Niña mira, tu novio ya llegó —sonríe con picardía, mis mejillas están calientes y escondo mi rostro para pasar desapercibida.

—Polly por favor cuídense mucho, regreso más tarde, pero no tan tarde, y sólo para aclararlo una vez más, Nate no es mi novio —el pelinegro le guiña burlón.

𝐒 𝐄 𝐌 𝐏 𝐈 𝐓 𝐄 𝐑 𝐍 𝐎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora