Flor Morada.

66 9 2
                                    

Eres una flor morada porque tu olor sabe a otra flor.

Eres una flor por la belleza que lleva tu presencia pero por el recuerdo que desborda el aroma de tus pétalos.

Y es que me recuerdas a mi memoria con todo un jardín de flores, y es que tú no eres la flor de la que estaba enamorada.

Tú no eres mi amada, tú no eres su mirada ni tampoco su fachada.

Así que muévete despacio, no me mires bajo el sol, ni me beses bajo la lluvia porque entonces me recuerdas a mi amada.

A mi amado.

A aquel del que estuve tan tontamente enamorada y al que ahora que se ha ido.

Jamás amaré tanto a alguien como amé aquella flor morada, morado que se ha vuelto azul de la asfixia que le produce que no le haya superado.

No digas que soy tu primer amor, porque yo ya tuve el mio.

No volverá, porque amas una sola vez, amas con tanta fuerza que te es imposible amar dos veces.

Incluso si es a la misma persona, nunca le vuelves a idolatrar con la misma fuerza que la primera vez.

Así que yo ya no amo, no te amo a ti.

Porque no eres mi flor morada.

No te amo a ti porque amé tanto a otra flor que estoy agotado, cansada.

Mi mente dedicó tantas palabras, tantas canciones, que sus letras jamás podrán ser enviadas a otra flor.

Mi corazón ya latió una vez y ese latido no se repite.

Un "te amo" no se vuelve a decir.

Pero tú tienes mis "te quiero".

Lamento mucho que mi pérdida me haya extasiado tanto que ya no tenga fuerzas para amarte.

Eso sí, no te atrevas a abandonarme.

Pues no me quedaré sola ante la partida de aquel que amé demás y aquel que no amé lo suficiente.

Es que no es mi culpa que mi flor morada se haya marchitado, que no me haya valorado y se haya marchado.

Baila lento flor morada, desplázate despacio entre los pliegos del amor que conjuga tus manos, entre el amor que ve tus ojos pero no sienten tus labios.

Ese amor es falso, sabes que no te amo.

No te amaré como amo a mi flor morada, pues tu mirada me recuerda a la suya, sus ojos luminosos que evocan insomnio y tormento, tormento que amo tanto.

Estoy gritando su nombre, aún sabiendo que he comenzando de nuevo con alguien más.

No me importa que me abras la puerta del auto, yo quiero bajar del auto y pelear en la lluvia.

Lluvia que ya fue compartida con mi flor morada, lluvia que ya ha mojado las hebras de otros dos enamorados.

Lluvia que jamás compartiré contigo.

Eres mi flor morada, pero una flor desgastada.

No te calles, merezco insultos y ofensas por no amarte, baila lento que se nos acaba el tiempo.

¿Cuánto tiempo tienes para teñir de sangre y mar azul tus pétalos para volverte morada?

Gestionaremos, nos entenderemos, mejoraremos, aún así jamás será suficiente, aún así no importará cuan teñida estés.

No eres esa persona, no eres por quien mi mente alucina y enloquece.

No eres a quien deseo tocar, sin embargo, eres de quien quiero escapar.

¿Cómo puedo pedirte que te quedes mientras yo me quiero ir a otros brazos?

Mientras sé que si mi flor morada regresa estaré preparada para enredarme entre su tierra, plantarme con ella y no escapar nunca.

No te muevas.

No hables.

No me beses.

Porque mientras lo hagas mis ojos no verán los tuyos, estarán viendo los de ella.

No te calles, háblame de tu flor morada.

¿Acaso yo te recuerdo a tu amada?

Todos tenemos una amada ¿no es así?

Una amada flor morada que permanece en nuestros recuerdos, una aguja que se ha clavado en nuestra sangre para colarse en nuestras células.

Para contaminarlas y nunca soltarlas.

No puedo donarte de mi sangre si ya está contaminada.

No puedo rasgar mis manos por ti si ya están rasguñadas.

No puedo salvarte si he perdido fuerza intentando salvar a mi flor.

Tampoco puedo amarte.

Así que baila lento, no pierdas el tiempo.

Me recuerdas a mi flor morada.

-Rouse

LAS CARTAS DE AMOR QUE NUNCA SE ENVIARON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora