Tal vez en otra vida tu mano y la mía jamás se separaron, tal vez en otra vida tu mano y la mía un día sí se encontraron.
Tal vez ese mismo día que vi tus ojos grandes y supe que quería estar contigo siempre.
Tal vez en otra vida palabras no nos condenaron a separarnos y tal vez y solo tal vez aquellas palabras se reemplazaron por un "te amo".
Y es que tú no moriste, pero yo sentí que sí de tanto de lo que te lloré. Fuiste como un duelo, tuve que enterrarte junto a mis sentimientos.
Tuve que obligar a mi pobre corazón que a penas latía a no acelerarse por tu voz, pues tu voz jamás la volvería a escuchar. Tal vez sí me quisiste en otro universo, nos encontramos y nos amamos hasta el infinito y más allá.
Tal vez sí compartimos cursilerias que llenan el alma de aquellos que no se empalagan de amargura. Compartimos esas cursilerias y reímos juntos.
Tal vez en otra vida, las sabanas envuelvan nuestro amor y nos abrigue del frío y de la soledad de aquellos desamparados.
Tal vez en otra vida yo no pertenezco a aquellos desapamparados.
Tal vez en otra vida no te perdí.
No nos perdimos.
No nos olvidamos.
Y no nos rechazamos.
Yo quería vivir con tu sombra decorando mi figura todos los días, quería verte detrás de mí en el espejo y en el fuerte de almohadas.
¿No lo entiendes?
Quería escucharte reír y deleitar tus labios al despertarte con los míos.
No quería perderte.
Tal vez en otra vida sí te quedaste a mi lado y ahora seguimos cantando esas canciones que siempre deseé que te gustaran.
En otra vida seguimos compartiendo palabras entre tardes vacías de deberes y llenas de frases que ocupan un espacio en nuestras mentes.
En otra vida seguimos hablando todos los malditos días, cruzamos palabras con la normalidad de siempre, con aquella tranquilidad que sólo poseen aquellos que saben que no se van a perder nunca.
Y es que perder es una palabra que incluso los niños le tienen miedo, pues ¿quien querría perder su juguete?
Nadie.
Ni siquiera aquellos adultos más serios, porque incluso ellos saben lo que es la pérdida, pues ya han perdido su infancia.
Juguete te llamo porque tal vez no le doy aquel significado de uso, le doy aquel significado de elemento preciado para acompañar los días.
Tal vez en otra vida no perdí mi juguete.
Tal vez en otra vida no te perdí a ti.
Extraño todo de ti, y es que ojalá pudiera extrañar a una persona solamente pero eso no es cierto, no es probable, uno espera encontrar las cualidades de la persona que te enamoró en cualquier otro patético cuerpo humano.
Tal vez es posible.
Tal vez no esta todo perdido...
Perdido, yo ya te he perdido.
Las mañanas y las noches son lo mismo, ¿que no entienden que tú me estas olvidando?
¿Cómo podría hacer yo tal cosa?
Si siempre te pienso, siempre te extraño y anhelo.
Tal vez en otra vida tu final se escribió con mi final, y nadie necesita leer el inicio para saber como terminamos.
Pero...¿ahora cual será mi final si no es contigo?
Yo ya estoy lista.
Pero no para dejarte, para volver corriendo a tus brazos porque tal vez y solo tal vez tú quieras hacer lo mismo...
Tal vez tus ojos nunca dejaron de mirarme, de añorarme, de necesitarme. Si es que alguna vez lo hiciste.
Yo aún lo hago, tal vez eso aún lo recuerdes. Y es que tal vez nunca lo olvidaste.
Yo nunca lo olvidaré.
Tal vez mi celular me hable anunciando tu regreso.
Tal vez una ola de mar volverá a resonar en su vaivén...
Tal vez tú estés en la orilla.
Y yo seré la arena que te esté esperando.
Tal vez tu amor nunca se esfumó.
¿Cómo es posible que el amor desaparezca?
¿Eso es posible?
Al parecer eso hacen las personas de hoy en día.
Algún día no habrá un tal vez.
Tal vez en otra vida lo que nos quedó por vivir, lo vivimos.
Sin que haya un tal vez.
—Rouse.
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LAS CARTAS DE AMOR QUE NUNCA SE ENVIARON
PoesíaSon trece las cartas que nunca se enviaron, y que están presentes en la memoria para aquellos a los que fueron escritas, un dolor, un amor, una historia plasmada en letras que su humilde escritora espera que ustedes puedan entender, puedan sentir. M...