Encontré

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Ojalá fuera una persona la encontrada en letras melancólicas.

Si en mis letras encuentra identidad aquel chico mentiroso, adelante, aquellos falsos amigos disfrazados de inteligencia y otros cuantos hechos falsedad sin tapa.

Encontré a lo largo de los años frívolos de mi existir curiosidad, solía querer de niña, la mente de mi compañera de al lado.

Deseaba ser tan inteligente como ella.

Pronto, me encontré con que la billetera de mis padres era motivo razonable para risas conjugadas en rumores de niñas. Y la dueña era la más inteligente.

Hoy en día llamamos inteligencia a gente sin empatia, y unos cuantos argumentos que lo conforman.

Tal vez son inteligentes por no querer sentir, aunque no pueden evitarlo, está en su humanidad.

No era su culpa.

Encontré que aquellos compañeros que creía inteligentes, lo eran, efectivamente tenían el dominio de hacerles creer a la gente que poseían la razón, más la estúpida postura lejana al amor y el cariño.

Uno a uno, me encontré con su mentira.

El primero parecía dulce, casi logró atraparme entre frases no dichas de susodicha mujer de ojos verdes.

La ahogaba con cargos que no eran de ella.

Hablaba tanto de ella que agobiaba, nunca dijo algo bueno.

Creí que tenía razón, pronto me empezó a fastidiar, pues decía sufrir por ella y querer alejarla de su vida mientras su boca sucia estaba llena de su nombre.

La conocí, y sinceramente no entendí que buscó en aquel chico jodido.

Era hermosa, no solo por sus ojos claros y labios rosáceos, era lista y parecía tener una vibra tan luminosa como si fuera un ángel reencarnado.

Noté también que él seguía hablando de ella a través de videos, culpandola de su dolor.

Me encontré con una máscara, y es que nunca contó nada más sobre él, su personaje era basado en otros y honestamente nunca tuve que imaginar más.

Era tan vacío, que tal vez con cierto desvelo y absoluto silencio podría llegar a ser interesante, solo eso.

Seguido encontré una chica, solía llamarla Marina, de lejos era radiante y parecía aquella chica de banda desconocida que bajo una película de los 90s podría llevar una linda historia, un lindo trauma.

Pero no, Marina era burlona, solía hablar entre palabras que gritaban falsedad, a veces no necesitaba hablar para ser intolerable.

Era un libro con solo dos páginas, las dos tan desgastadas y rotas, solo fingía que era blanco en vez de gris.

Hipócrita.

Luego conocí al chico lindo, poseía belleza simple, común de un mundo social.

Sus aires de grandeza solo me hicieron saber lo simplón que era, no había nada interesante en él.

Solo el hecho que tenía un don para hacerme doler la cabeza.

Nunca silenciaba su boca egocéntrica, se dedicaba a hacer oír sus ideas sin dejar escuchar a otros.

Cuando lo hacía solo pretendía que lo que había dicho era una total estupidez.

Seguido, conocí a una chica de cara seria.

Lo era, era una copa sin nada, un nada.

No tenía historia, nada que contar, eso la hacía peor que todos.

O eso creía hasta que me llamó idiota por un acto de amabilidad, no era inteligente, solo tenía palabras elegantes y un cabello teñido.

Me encontré con que el mundo no es tan romántico.

Y que suelo amar el romanticismo más que otra cosa.

Encontré personas vacías, que a veces, parecían ser irreales, ojalá fuera por belleza espléndida, en cambio era por huecos.

Te encontré a ti, encapsulada en tus palabras listas, en tu mente de libros y tus labios, parafraseando lo que quería escuchar.

Tu corazón sucio, contaminado, me atrapó en el tiempo en el que te creí.

Porque decías lo que quería escuchar, para mi corazón no había más descanso que ese.

Tal vez ese fue mi error.

No indagar en ti, abrirte, desgarrarte con los dedos el alma y entender que te querías aprovechar.

Te creí inteligente.

Te creí romántico.

Te creí.

Una vez por nunca aprender a juzgar como me juzgan.

Dos veces por estar tan llena de bondad en un mundo escaso de generosidad.

Tres por jamás entender que la loca seré yo, en el mundo de "normales".

A ti y aquellos mentirosos.

Encontré

—Rouse

LAS CARTAS DE AMOR QUE NUNCA SE ENVIARONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora