Rosa Mentirosa

19 2 0
                                    

Eres mi rosa mentirosa porque si fuera verdadera no serías tú.

Eres mi anhelo más buscado, el menos encontrado, una burbuja hecha fantasía.

He vivido solo la vida, no me refiero al goce mismo, me refiero a la soledad.

La vida no se puede gozar en un mundo donde no esté el amor de lo miserable del mundo, la existencia.

Vivo el anhelo intentando traspasar los límites, cruzar la frontera para llegar a ti.

Llegar a ti.

Tres palabras tan cortas pero tan dolorosas, como un puñal, aquel que se clava en mi mente en las horas de tu ausencia, siempre he sido una metáfora misma esperando ser desenredada en un mundo sin mano.

Soy un miedo con vida.

Cada hora, cada minuto sin tu aliento, susurrando mi nombre, se ha sentido como el anuncio final, los minutos en blanco antes de morir.

El agua teñida de rojo desbordando la tina, avisándome que mi corazón no ha bombeado lo suficiente a causa de tu ausencia.

Y es que nunca has notado mi inmenso miedo a ser abandonado, te has marchado sin temor.

Sin temor de que a tu regreso se le presentará mi ausencia, porque es imposible. Es imposible que cuando regreses no esté yo.

Te has lastimado, te he lastimado.

¿Cómo no hacerlo si vivimos en un mundo lleno de agujas filosas? Tú y yo nos creímos invencibles, capaces de superar las espinas.

Rosalie, estábamos descalzos.

Cada día pienso en tu herida, es lo más hermoso de ti.

Tal vez fui, soy y seré un enfermo.

Pero si es así has sido mi enfermedad, una que espero sea mortal.

Dime qué hago para acabar con la inminente necesidad de cuidar tu caparazón, incluso si eso implica morirme del frío.

Deseo morirme, pero odio abandonarte.

Soy el perro que rebusca en las sobras de la basura, creyendo que algún día podrá encontrar lo que alguna vez fue servido en oro.

Soy el perro que cree que puede encontrar otra como tú.

Te he odiado por minutos breves, odiando el hecho de que pudieras olvidarme.

Seamos honestos, es probable.

Es probable que en las paradas de nuestros caminos, mi retrato sea más borrable ante ti, un lienzo que se borra para darle poder al carbón de otros labios.

Nuestro amor ha sido una perdida del tren, lo hemos perdido, tú por llegar tarde y yo por amanecer temprano.

Rosalie, entiérrame.

Pero es que estoy muerto sin ti, sin tu calor.

Calor que desprende el café de la mañana, detesto el café pero me hace sentirme acompañado.

Rosalie.

No me dejes, piensa en mi, recuerdame.

¿No ves que me temo ser olvidado en ojos sin cuerpo y corazón sin alma?

He pasado los días sufriendo en agonía, siendo cómplice del dolor masoquista que me toma en las noches.

Días sin sueño, sueños sin días.

Nunca te he encontrado en mis sueños, eso me ha costado horas desconectado en el universo sin colores.

Rosalie.

Soy un dibujo en blanco y negro, uno ya dañado, hecho pedazos, me has borrado y me has dibujado de nuevo.

Ahora me he deformado intentando ser merecedor de tu tinta.

Nos hemos mezclado sin resultado alguno pero yo llevo ya el sabor a ti.

Hemos roto nuestros hilos, queriendo no atarlos de nuevo, sin saber que ya estábamos pegados.

Tengo miedo de tus miedos.

Tengo temor de tus temores.

Existo porque existes, pero cuando no sea así entonces mi alma en pena atará la cuerda para marcharse.

Encamino un viaje, no descalzo, ni sin abrigo...

Desnudo.

He pretendido curar tus heridas sin hablar con ellas, ahora te ruego con las rodillas rotas escucharte, sé que estás quemada por manos sucias.

Si es así entonces déjame lavarte.

Limpia mi alma que yo limpiaré la tuya.

Me encuentro en el abismo, en el puente, en la tina, en la nieve, añorando a tus besos no dejarme en incertidumbre.

Temblando sin consciencia humana.

No soy normal, así que te oro, te sentencio.

Mi rosa mentirosa...

Rómpeme, pero no me abandones.

Olvídame, pero no me abandones.

Sácame, pero no me abandones.

Asfixiame, pero no me abandones.

Libérame, pero no me abandones

Iguálame, pero no me abandones.

Elígeme, no me abandones.

Rosalie.

-Rouse

°

[Luke]

LAS CARTAS DE AMOR QUE NUNCA SE ENVIARON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora