Nunca seré yo.

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Nunca podré contar con la dicha de recibir el aroma de las flores cada que el zac del reloj anuncie la última hora de clase.

Nunca un regalo llegará a mis manos tal carta que Romeo se encarga de enviar a Julieta cada día.

Pues es que yo nunca seré Julieta, nunca seré Dulcinea, ni siquiera alcanzo a ser Eva, tampoco aquella princesa que entre páginas comparte un final feliz.

Compartir, yo nunca sabré compartir.

Nunca seré yo quien reciba un beso esperando poder anunciar mi regreso, pues es que si yo muriera, nadie intentaría salvarme, nadie querría besarme y mucho menos mirarme.

Paso mañanas de insomnio, mi desvelo es tan duradero que no solo osa de acompañarme en la noche, la luna está tan cansada de escucharme rogarle que le ha pedido al sol, que tome el turno, esperando que me calle.

Mi cama ya no es mi cama, pues mi sueño no la acompaña.

Mi vida ya no es mi vida pues por más que quiera no se siente mía. No cuando el anhelo de ser yo se queda vagando entre letras no escritas.

Nunca seré yo la quien canté una canción memorizando momentos guardados en una cápsula luminosa de recuerdo preciado.

Nunca seré yo quien se atreva a desafiar la existencia de la muerte por un amor de verano, no hay amor de verano.

Ni de invierno...

Tampoco primavera o otoño.

Todo aquello son para los que sí tienen a alguien, desvelan algunas de sus noches por alguien y comparten su vida con cualquiera, con ese alguien.

Nunca seré yo la que dedique canciones porque nunca seré yo quien piense en un ser amado al armar dichos versos.

Nunca besaré a la muerte planeando regresar a la vida, nunca nadie llenará mi copa o votará por mi amor.

Porque no hay amor, no existe tal cosa.

Nunca seré yo la que pueda ser amada, tan siquiera soy escuchada.

Jamás podré compartir mi vista a través de la tuya. Tampoco hablaremos de las figuras de las nubes en el cielo, buscando plasmarlas en la triste realidad planteada.

Y es que esta es mi triste realidad porque jamás seré yo.

Jamás me amaran a mi, tampoco me escogerán a mi, cual niña en grupo de niños con habilidades nulas.

Nunca seré yo aquella enamorada que suspiré ante las flores llenas de ilusiones y corazones escondidos, tan vacíos, ignorantes.

Nunca seré yo.

-Rouse.

LAS CARTAS DE AMOR QUE NUNCA SE ENVIARON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora