Abro mis ojos con lentitud, mi vista se aclara por completo y me encuentro con un techo húmedo de piedra.
Unas gotas de agua están cayendo desdé arriba a mi rostro, me levanto del suelo y me doy cuenta que me encuentro en una curva.
—¡Papá! ¿Dónde estás?
No obtengo respuesta.
¿Qué carajos pasó?
¿Cómo llegué a está cueva?
Todo en estos momentos es confuso para mi.
Lo último que recuerdo es que estaba peleando contra un supuesto hombre lobo cuándo de repente apareció un dragón negro enrome.
Jamás había visto una forma de dragón así de poderosa, ni siquiera cuándo estaba en Canadá.
¿Qué carajos pasó?
Necesito salir de aquí, necesito ver si mi padre se encuentra bien. Además necesito saber cómo es posible que haya un hombre lobo en el mundo cuándo se supone que no debería de ser así.
Comienzo a caminar por la cueva, me encuentro con la salida y salgo del húmedo lugar solo para darme cuenta que estoy en la cima de las montañas.
Estoy demasiado lejos del castillo, necesito regresar inmediatamente.
Siento una presencia a mis espaldas, me doy la vuelta rápidamente, convoco mi espada de materia oscura y apunto con ella a la persona que tengo delante.
—¿Quién eres? —pregunto serio.
—No es la forma de tratar a quién te salvo la vida de esa cosa —responde.
Se trata de un joven guapo, de piel clara, ojos rasgados color café, tiene un largo cabello negro y viste de una forma muy extraña. Trae puesta una especie de bata larga color negro con detalles dorados en las mangas.
Jamás había visto a nadie vestir de esa forma.
—Baja tu arma, no hay necesidad de pelear.
—Yo creo que si, así que si no quieres eso será mejor que me digas quién eres ahora.
Su mano derecha se envolver en una luz azul, toca mi espada y la destruye por completo.
—¿C-cómo hiciste eso?
—Soy capaz de muchas cosas.
—¿Qué demonios eres?
—Una deidad poderosa.
—¿Qué? ¿Estás queriendo decir qué eres un Dios?
—Soy Zhang, el Dios Dragón. Guardián del viento.
—Dios Dragón...
—Te ves sorprendido.
—L-lo estoy... yo jamás había estado frente a un Dios Dragón antes. Solo... había conocido a Hades, dios del inframundo.
—¿Hades? Lo conociste.
—Lo destruí.
—Impresionante, no puedo creer que hayas sido capaz de destruir a un Dios. En especial a uno cómo Hades. Definitivamente no eres alguien ordinario.
—¿Qué estás haciendo en esté lugar?
—Vine por ti.
—¿Qué? ¿Por mi? ¿Por qué?
—Por que tu me despertaste de mi sueño.
—¿Yo? Yo no hice eso.
—Hace un año sentí una energía poderosa, esa energía me despertó de mi letargo en el que me habían puesto hace milenios. Te rastree por mucho tiempo, no fue hasta ahora que te he podido encontrar.
Hace un año, hace un año era el Conde. Posiblemente mi poder despertó a esté supuesto Dios por lo descontrolado que me encontraba en ese entonces.
—Dijiste que te habían puesto en ese sueño... ¿Quién?
—El que toma todas las decisiones en el universo.
—¿Dios? ¿El creador te puso en ese sueño?
La deidad asiente con la cabeza sin responder.
—Si el creador te puso en ese sueño siendo un Dios... eso quiere decir que eres un Dios maligno. Eres parte de los dioses que fueron corrompidos hace milenios.
—Ha pasado demasiado tiempo desdé eso, el mundo ha cambiado tanto —dice.
—Eres peligroso.
—Si fuera peligroso, ya te habría matado ¿No lo crees?
—¿Qué es lo qué buscas aquí?
—No estoy interesado en causar caos y destrucción si es lo que te preocupa. No tengo la más mínima intensión de volver a quedar en ese sueño eterno nuevamente.
—Volveré a preguntar... ¿Qué es lo qué estás buscando en esté lugar?
—A ti, desdé que desperté lo único que me ha importado es encontrar la fuente del extraño poder que me logro liberar de ese sueño maldito —responde el Dios Dragón —. Me causas demasiado interés, mortal.
—¿Por qué?
—Por que sigo sin creer que un mortal posea un poder casi parecido al de una deidad —responde —. Tú te asemejas a un Dios. Estás casi al nivel de uno.
—¿Yo?
—Tu poder es algo sumamente interesante para mi —dice.
—Escucha, no tengo tiempo para escuchar estás tonterías. En estos momentos estoy pasando por una situación bastante complicada y necesito volver a casa con mi familia —le digo —. Necesito irme ya.
—Está bien —él asiente —. Entonces vamos.
—Espera un momento... ¿Qué dices?
—Tú quieres volver a casa, no tengo ningún problema con eso. Volvemos entonces si es lo que deseas.
—Tú... ¿Vendrás conmigo?
—Correcto, ahora que he encontrado al responsable de mi regreso al mundo no pienso separarme bajo ninguna circunstancia de ti —responde la deidad.
—Estás loco, eres un Dios maligno. Además no te conozco de nada. No puedes ir conmigo, mejor regresa a casa.
—Yo... no tengo un lugar al cuál poder ir.
Carajo, esto definitivamente no puede estar pasándome.
—Iré contigo, quiero comprobar con mis propios ojos que tan grande es tu poder.
—Escucha...
—Soy un Dios maligno, tú no quieres que yo cause problemas en el nuevo mundo ¿No sería bueno el qué yo me mantuviera a tu lado todo el tiempo? Así puedes comprobar que no represento ninguna amenaza para nadie.
—Carajo... supongo que... tienes la razón.
—Muy bien.
—Pero te daré una advertencia, si intentas algo malo yo te voy a destruir ¿Oíste?
—Fuiste demasiado claro, no te preocupes.
—Bien... entonces vámonos ya, necesito ver si mi padre se encuentra bien —digo.
El Dios Dragón asiente con la cabeza.
Ahora soy la niñera de un Dios maligno, lo único que me faltaba.
Mi vida no podría volverse más caótica con esto.
Un Dios en el mundo, cada vez más esté mundo se vuelve más y más loco.
Realmente espero que esté tipo no cause un solo problema en el reino Tepes.
Ahora no tengo cabeza para una pelea con un Dios. Ya tuve suficiente con Hades.
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Los Herederos De Drácula
Science FictionA un año de la terrible guerra provocada por la irá y por la manipulación que el malvado Vlad El Dragón provocó en ahora hadampiro abominación. La desesperación y la tristeza sigue presente en la vida del joven Bastián Drácula, el temor de volver a...