Capítulo 13

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Un nuevo día ha comenzado, toda la familia se encuentra reunida para tomar el desayuno. Estoy muy contento por ello, esté es el primer desayuno que tengo con ellos después de un año lleno de oscuridad.

—¿No quieren nada más, niños? —pregunta la abuela Charlotte —. Saben que pueden pedir lo que quieran.

—Mamá, deja de malcriarlos —le dice la tía Emilia —. Ya no son unos niños y lo sabes.

—Ustedes tres ya no son unos niños —la reína de los vampiros mira a sus tres hijos —. Pero mis nietos adorables si lo son.

En serio extrañe demasiado a mi abuela.

Para ella el tener a sus nietos juntos de nuevo ha sido un regalo de los cielos, en especial ahora que tiene un nuevo nieto.

—A nosotros jamás nos trataste así —comenta Dracelus.

—Por que eran tiempos diferentes, no sean celosos. Ya son adultos de más de cien años.

—Yo opino que...

—No opines, Vladimir. Callado ayudas más —le dice su madre.

—Cómo órdenes.

Aún que pasen cien o un siglo más, los hermanos Drácula siempre le tendrán miedo a su madre. Eso jamás cambiará.

—Mis señores, lamento mucho interrumpir su desayuno —uno de nuestros vampiros se hace presente en el comedor —. Traigo una novedad.

—Adelante, dila —habla el rey de los vampiros.

—Acaba de llegar al palacio una bruja.

—¿Una bruja?

—Así es señor Vlad, esa bruja solicita ver con urgencia a la princesa Aurora y al príncipe Bastián.

—¿A nosotros? —miro confundido al vampiro.

—Así es mi señor, esa bruja es su amiga de Canadá.

—¿Cordelia? ¿Cordelia Kedward está aquí?

—Es correcto señora Aurora. Ella quiere verlos. Ella no se ve nada bien.

Aurora y yo nos ponemos de pie.

—Por favor continúen con el desayuno —le digo a mi familia —. Nosotros ahora volvemos.

Mi hermana y yo abandonamos el comedor y comenzamos a ir hacia la sala de estar.

—¿Cómo supo Cordelia qué me encontraba de regreso con ustedes?

—Yo se lo dije, en cuánto volviste yo le envié un mensaje de texto diciéndole todo.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Lo olvide.

—El vampiro dijo que Cordelia se encontraba mal.

—Lo sé, eso es raro.

Seguimos nuestro camino, llegamos a la sala de estar y veo a mi vieja amiga bruja. Ella ahora tiene el cabello diferente, se corto el cabello a la altura de los oídos y es de un color morado. Honestamente me gusta su tinte.

—Cordelia.

—Bastián...—los ojos de la morena se llenan de lágrimas.

Corre hacia mi y ambos nos abrazamos.

—Dios Santo, no puedo creer que estés de vuelta —me dice la bruja —. Creí que jamás volvería a verte.

—Yo también, te eche de menos brujita.

Nos dejamos de abrazar y después la hija del dragón abraza a mi hermana.

—¿Qué pasa amiga? —le pregunta Aurora —. Nos dijeron que estabas mal.

Los Herederos De Drácula Donde viven las historias. Descúbrelo ahora